“Si los dados de hierro deben rodar, que Dios nos ayude”.
Theobald von Bethmann-Hollweg, canciller alemán en 1914
por Carlos Pissolito
A la Primera Guerra Mundial, inicialmente, se la denominó la Gran Guerra, pues nadie sabía que a mitad del Siglo XX se desataría una segunda, aún más cruenta que esa misma. Hoy, a más de 100 años de la Primera y a casi 80 de la Segunda, el interrogante es que si habrá una Tercera.
Tras la Primera, el mundo “disfrutó” de la denominada “Pax Britannica”, aunque terminó con cuatro imperios: el ruso, el alemán, el austrohúngaro y el otomano; así como signifićo el fin del gobierno de la aristocracia, la que sería reemplazada por la burguesía, al menos, en las apariencias.
Tras la Segunda, la Pax se denominó “Americana”. Esta vez, fue el principio del fin para los imperios francés y británico. La burguesía sería reemplazada por el proletariado o, al menos, por su vanguardia.
Al final de ambas, sobre las ruinas humeantes, diferentes tratados de paz redibujaron por completo los mapas del mundo. También, ambas no cumplieron sus promesas de resolver las causas que habían justificado su lanzamiento. Pues, tan pronto como una nueva generación de jóvenes alcanzó la edad militar, 20 años después, el mundo volvió a sumergirse en una peor.
¿Podrían volver a rodar los dados de hierro? Lo han hecho en dos oportunidades en los últimos 100 años. Nadie quiere que vuelvan a ser lanzados por tercera vez. Ya que esta vez sería, realmente, catastrófico. Sin embargo, el peligro de que alguien lo haga, arriesgando su propia supervivencia, es real. Hasta lo han afirmado para que no nos queden dudas.
En vísperas de la Gran Guerra, la Primera de las tres, todos los líderes políticos de ambos bandos estaban convencidos de que sería una guerra corta. Una que se decidiría en una o dos grandes batallas y que los muchachos estarían de vuelta antes de la Navidad.
Hasta ahora, el siglo XXI sólo ha visto guerras limitadas, mayormente, intraestatales. También, es cierto que los comandantes militares y sus mandantes políticos, saben mejor que antes de las consecuencias de otra Gran Guerra.
Para terminar y como hemos venido viendo, la Primera y la Segunda involucraron el fin de varios imperios. Hoy por hoy, el único que puede atribuirse ese título, aunque no lo reivindique, son los EEUU.
Hablando de imperios, el Romano de Oriente sobrevivió mucho más siglos que su contraparte occidental porque sus gobernantes pudieron adaptarse estratégicamente, basándose menos en la fuerza militar y más en la disuasión y en una buena elección de sus aliados. Ya que incluso cuando empleaban su fuerza militar, y en lo que eran muy buenos, estaban menos inclinados a destruir a sus enemigos que a contenerlos, porque -como ellos mismos decían- los enemigos de hoy podrían ser los aliados del mañana.
Por el contrario, a los EEUU de hoy los vemos más parecidos al Imperio Romano de Occidente. Como los romanos buscan combinar la fuerza militar, la diplomacia y las fortificaciones para responder de manera efectiva a sus amenazas. Pero, esa estrategia -como bien sabemos- se demostró ineficaz para contener a los bárbaros que comenzaron a penetrar en el imperio. Tal como parece estar pasando hoy en los EEUU asediados por los nuevos "bárbaros" y por la violencia molecular en el seno de su sociedad.
Para colmo de males, los EEUU cambian su presidente cada 4 años o a lo sumo cada 8. Nunca aceptaron abandonar la República y convertirse en un Imperio como lo hicieron Roma y Bizancio. El interregno de la administración Trump pareció acercarse a una prudencia bizantina; pero con el regreso de Biden a la Casa Blanca, sin duda, lo acerca a la concepción de Roma.
Como rodarán, esta vez, los dados de acero no lo sabemos. Aunque da la impresión de que están cargados.
Algún ejemplo de nuevos bárbaros mi CR? Muchas gracias.
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