Los ejércitos de la mayoría de los países
desarrollados están acometiendo desde hace tiempo diversos programas de
modernización, destinados a mejorar las capacidades integrales y la seguridad
del soldado. Todos ellos coinciden en un denominador común, incrementar la
eficacia y eficiencia del combatiente, proporcionando así mayor seguridad y
capacidad de supervivencia en combate. A su vez, dichos conceptos, permiten la
integración con los escalones superiores, admitiendo igualmente el crecimiento
sistemático en función de las futuras aportaciones tecnológicas. ( Por Antonio
ROS PAU)
Los inicios de todos estos planes hay
que buscarlos en la última década del pasado siglo y uno de los primeros sería
el Land Warrior norteamericano, hoy cancelado, si bien sus principios continúan
formando parte del programa FCS (Future Combat Systems). Muchos programas de
otros tantos países tomaron igualmente el camino del desarrollo tecnológico,
liderados por empresas de primera línea, como es la europea Cassidian, hasta
hace poco conocida como EADS Defence & Security. En realidad, todos ellos
aspiran a alcanzar un mismo objetivo: convertir al soldado de Infantería en un
sensor de inteligencia y un órgano destinado a la adquisición de objetivos
durante las operaciones, manteniendo igualmente la función esencial de ser una
plataforma de armas, con capacidad de supervivencia en todas las situaciones.
En la base de los diversos programas se encuentran las características de los conflictos actuales, asociados a las previsiones de cómo serán las confrontaciones bélicas del futuro. Sin duda, en su evolución siguen teniéndose muy en cuenta los enfrentamientos derivados de las amenazas asimétricas, como representa Afganistán, las confrontaciones palestino-israelitas o, en menor medida ahora, Irak, sin descuidar los últimos acontecimientos y revueltas en el mundo árabe. Mirando hacia el futuro, los estudios del Army Armaments Group de la OTAN concluyen que, superado 2020, más del 20 por ciento de la población mundial vivirá en núcleos urbanos, lo cual condicionará la necesidad de combatir en esos escenarios.
Todo ello lleva consigo un elevado riesgo de enfrentamiento en dichos escenarios, con elevada presencia de población civil no combatiente y, por lo tanto, sujeto a los temidos efectos colaterales, que de igual manera determinan las reacciones de la opinión pública. Esa necesidad impone la ejecución de acciones quirúrgicas contra el enemigo enmascarado, en un entorno peligroso donde la población civil puede utilizarse como freno, cuando no como escudo. Como derivada de lo anterior, el combate en áreas urbanas impone la necesidad de superar toda una serie de retos operativos, siendo, sin lugar a dudas, uno de los más importantes la información y las comunicaciones en todos los niveles empeñados en las operaciones hasta llegar a nivel individual, escuadra o pelotón. Por ello, la digitalización del campo de batalla es un requerimiento acuciante como medio para cubrir dichas exigencias.
Ya en el terreno más operativo, el nuevo combatiente, trabajará agrupado en una estructura sencilla del tipo pelotón o sección; manteniéndose siempre comunicado con los demás componentes de la unidad a través de la red táctica militar. Dichas unidades operarán en la mayoría de los casos integradas y coordinadas con los vehículos blindados de transporte. A su vez, esas plataformas móviles inteligentes serán las encargadas de proporcionar apoyos de fuego y actuar como núcleo de soporte logístico, suministrando de ese modo la necesaria autosuficiencia a los combatientes durante las misiones. Cabe resaltar también la necesidad de seguir trabajando para reducir los pesos totales de todo el conjunto: sistema de armas, protecciones, comunicaciones y medios de gestión, además de las imprescindibles fuentes energéticas. En buena medida, todo el equipo debería situarse por debajo de los 25 kg., a fin de potenciar así la movilidad.
En la base de los diversos programas se encuentran las características de los conflictos actuales, asociados a las previsiones de cómo serán las confrontaciones bélicas del futuro. Sin duda, en su evolución siguen teniéndose muy en cuenta los enfrentamientos derivados de las amenazas asimétricas, como representa Afganistán, las confrontaciones palestino-israelitas o, en menor medida ahora, Irak, sin descuidar los últimos acontecimientos y revueltas en el mundo árabe. Mirando hacia el futuro, los estudios del Army Armaments Group de la OTAN concluyen que, superado 2020, más del 20 por ciento de la población mundial vivirá en núcleos urbanos, lo cual condicionará la necesidad de combatir en esos escenarios.
Todo ello lleva consigo un elevado riesgo de enfrentamiento en dichos escenarios, con elevada presencia de población civil no combatiente y, por lo tanto, sujeto a los temidos efectos colaterales, que de igual manera determinan las reacciones de la opinión pública. Esa necesidad impone la ejecución de acciones quirúrgicas contra el enemigo enmascarado, en un entorno peligroso donde la población civil puede utilizarse como freno, cuando no como escudo. Como derivada de lo anterior, el combate en áreas urbanas impone la necesidad de superar toda una serie de retos operativos, siendo, sin lugar a dudas, uno de los más importantes la información y las comunicaciones en todos los niveles empeñados en las operaciones hasta llegar a nivel individual, escuadra o pelotón. Por ello, la digitalización del campo de batalla es un requerimiento acuciante como medio para cubrir dichas exigencias.
Ya en el terreno más operativo, el nuevo combatiente, trabajará agrupado en una estructura sencilla del tipo pelotón o sección; manteniéndose siempre comunicado con los demás componentes de la unidad a través de la red táctica militar. Dichas unidades operarán en la mayoría de los casos integradas y coordinadas con los vehículos blindados de transporte. A su vez, esas plataformas móviles inteligentes serán las encargadas de proporcionar apoyos de fuego y actuar como núcleo de soporte logístico, suministrando de ese modo la necesaria autosuficiencia a los combatientes durante las misiones. Cabe resaltar también la necesidad de seguir trabajando para reducir los pesos totales de todo el conjunto: sistema de armas, protecciones, comunicaciones y medios de gestión, además de las imprescindibles fuentes energéticas. En buena medida, todo el equipo debería situarse por debajo de los 25 kg., a fin de potenciar así la movilidad.
La realidad actual de los
conceptosPese a que existen diferentes proyectos en cada uno de los
países, todos ellos se basan en principios conceptuales similares; pero, a su
vez, todos ellos tienen algunas peculiaridades propias diferenciales en cuanto a
la base de partida, proveedores involucrados, concepción, desarrollo y, en
muchos casos, incluso materiales empleados. Si bien la confluencia conceptual
parece ser uno de los denominadores comunes de los últimos tiempos, estos
tienden a centrarse en aspectos y funciones esenciales, como son la seguridad y
protección del usuario, obtención de información y gestión de las
comunicaciones, asociado todo ello a la navegación y sostenido por los soportes
energéticos materializados en las baterías, sin descuidar el auténtico cerebro
del sistema, el ordenador individual capaz de gestionarlo.
El armamento y eficacia de fuego es otro factor que mantiene su importancia, asociado igualmente a los medios de apuntamiento y visión, tanto nocturna como diurna. Habrá interfaces con otros medios auxiliares, entre los que hallaríamos las plataformas nodriza, e incluso se contará con elementos de apoyo como UAV o UGV, los cuales cobrarán mayor relevancia en un futuro próximo, complementado todo ello mediante los desarrollos de nuevas propuestas en alimentación, con raciones de combate mucho más nutritivas y equilibradas, de manera que permita mantener una plena operatividad en combate y reducir el peso, sin disminuir la hidratación del soldado.
En el terreno de la seguridad y las protecciones individuales, se trabaja para mejorar desde el calzado, pasando por el amplio espectro de protecciones balísticas y corporales, reducción de firma infrarroja, protección ocular y NBQ. No se descuida la incorporación de sensores fisiológicos, que permitan tener monitorizado en todo momento al combatiente. El control de parámetros como las capacidades físicas y constantes vitales, niveles de fatiga o estrés se efectuará mediante captadores de información no intrusivos adosados al cuerpo del soldado. La ropa es igualmente un elemento esencial, de cuyos desarrollos se esperan nuevas capacidades para apoyar al usuario en situaciones climatológicas adversas, incluido temperaturas extremas de calor o frío.
El auténtico cerebro de todo el programa se basa en el sistema de mando y control, comunicaciones computación e inteligencia C4I, al que cabría añadir la movilidad. Todo ello estará concentrado en un diminuto ordenador o PC inalámbrico y rugerizado, capaz de controlar desde los parámetros fisiológicos, pasando por la gestión comunicaciones, hasta la navegación o los datos de los subsistemas de armas y demás sensores asociados. La disponibilidad cartográfica es completa y se halla asociada al GPS, lo cual permite conocer en todo momento la posición de la unidad. La función de mando y control, permite determinar en tiempo real la posición de cada miembro del pelotón, posibilitando igualmente el comunicarle las amenazas obtenidas por otros medios de información.
El PC, es igualmente responsable de coordinar y asegurar las comunicaciones entre los miembros del pelotón y con los escalones superiores. La red táctica, permite estructurar las comunicaciones mediante direcciones IP individuales para cada combatiente, posibilitando así una fácil comunicación en video, voz y datos entre todos los miembros de la unidad o el vehiculo nodriza. Uno de los puntos críticos del sistema es, sin lugar a dudas, la fuente de energía, imprescindible para garantizar el funcionamiento integral, y de momento se recurre a baterías de ión litio. De igual manera, los parámetros esenciales de las fuentes energéticas son monitorizados en todo momento a través del ordenador individual, que dispone de las correspondientes alarmas previas de agotamiento, lo cual facilita recurrir con tiempo a los elementos de repuesto o auxiliares. La eficacia de fuego se centra en la plataforma del sistema de armas y sus diferentes componentes como elemento básico de letalidad.
Cada país opta por su propio fusil de asalto, ametralladora ligera u otros medios; preparados para proporcionar la necesaria modularidad de la plataforma y se recurre esencialmente a los raíles Picatinny MIL-STD 1913. La incorporación de las cámaras permite la observación, gestión de la información en video y toma de objetivo en condiciones de luz aceptables. De igual manera, puede recurrirse a la imagen infrarroja en condiciones de baja visibilidad o blanco camuflado. La configuración admite también un intensificador de imagen para operaciones nocturnas. La presentación de la información se realiza directamente sobre el objetivo de la cámara; o bien puede igualmente ser transferida al visor ocular adosado al casco del soldado direccionada, bien sea por cable o por radiofrecuencia. La transmisión de estos datos e imágenes, puede efectuarse vía radio a los niveles jerárquicos superiores en tiempo real. La gestión y operación de todo el sistema es realizada por el ordenador propio, gobernado por el soldado mediante las botoneras configuradas a tal fin, convirtiéndose así en un autentico interfaz entre operador y el sistema optrónico.
Los jefes de pelotón dispondrán de medios adicionales, que les permitan ser más eficientes y eficaces durante las operaciones, nuevos medios para extraer gran cantidad de información útil sobre el terreno; amén de los apoyos a la navegación mediante GPS y control zonal o las comunicaciones en tiempo real con cada uno de los miembros de la unidad. Muchos programas tienen previsto dotar a los cuadros de mando de sistemas destinados a la adquisición de objetivos, que a su vez incorporarán desde los necesarios medios optrónicos, cámaras térmicas, telemetría a otras posibilidades que optimicen su función de mando y control. Muchos de estos sistemas han sufrido a lo largo del tiempo un prolongado proceso de validación, incluyendo situaciones reales de combate en puntos calientes, como son los conflictos actuales en Irak o Afganistán.
El armamento y eficacia de fuego es otro factor que mantiene su importancia, asociado igualmente a los medios de apuntamiento y visión, tanto nocturna como diurna. Habrá interfaces con otros medios auxiliares, entre los que hallaríamos las plataformas nodriza, e incluso se contará con elementos de apoyo como UAV o UGV, los cuales cobrarán mayor relevancia en un futuro próximo, complementado todo ello mediante los desarrollos de nuevas propuestas en alimentación, con raciones de combate mucho más nutritivas y equilibradas, de manera que permita mantener una plena operatividad en combate y reducir el peso, sin disminuir la hidratación del soldado.
En el terreno de la seguridad y las protecciones individuales, se trabaja para mejorar desde el calzado, pasando por el amplio espectro de protecciones balísticas y corporales, reducción de firma infrarroja, protección ocular y NBQ. No se descuida la incorporación de sensores fisiológicos, que permitan tener monitorizado en todo momento al combatiente. El control de parámetros como las capacidades físicas y constantes vitales, niveles de fatiga o estrés se efectuará mediante captadores de información no intrusivos adosados al cuerpo del soldado. La ropa es igualmente un elemento esencial, de cuyos desarrollos se esperan nuevas capacidades para apoyar al usuario en situaciones climatológicas adversas, incluido temperaturas extremas de calor o frío.
El auténtico cerebro de todo el programa se basa en el sistema de mando y control, comunicaciones computación e inteligencia C4I, al que cabría añadir la movilidad. Todo ello estará concentrado en un diminuto ordenador o PC inalámbrico y rugerizado, capaz de controlar desde los parámetros fisiológicos, pasando por la gestión comunicaciones, hasta la navegación o los datos de los subsistemas de armas y demás sensores asociados. La disponibilidad cartográfica es completa y se halla asociada al GPS, lo cual permite conocer en todo momento la posición de la unidad. La función de mando y control, permite determinar en tiempo real la posición de cada miembro del pelotón, posibilitando igualmente el comunicarle las amenazas obtenidas por otros medios de información.
El PC, es igualmente responsable de coordinar y asegurar las comunicaciones entre los miembros del pelotón y con los escalones superiores. La red táctica, permite estructurar las comunicaciones mediante direcciones IP individuales para cada combatiente, posibilitando así una fácil comunicación en video, voz y datos entre todos los miembros de la unidad o el vehiculo nodriza. Uno de los puntos críticos del sistema es, sin lugar a dudas, la fuente de energía, imprescindible para garantizar el funcionamiento integral, y de momento se recurre a baterías de ión litio. De igual manera, los parámetros esenciales de las fuentes energéticas son monitorizados en todo momento a través del ordenador individual, que dispone de las correspondientes alarmas previas de agotamiento, lo cual facilita recurrir con tiempo a los elementos de repuesto o auxiliares. La eficacia de fuego se centra en la plataforma del sistema de armas y sus diferentes componentes como elemento básico de letalidad.
Cada país opta por su propio fusil de asalto, ametralladora ligera u otros medios; preparados para proporcionar la necesaria modularidad de la plataforma y se recurre esencialmente a los raíles Picatinny MIL-STD 1913. La incorporación de las cámaras permite la observación, gestión de la información en video y toma de objetivo en condiciones de luz aceptables. De igual manera, puede recurrirse a la imagen infrarroja en condiciones de baja visibilidad o blanco camuflado. La configuración admite también un intensificador de imagen para operaciones nocturnas. La presentación de la información se realiza directamente sobre el objetivo de la cámara; o bien puede igualmente ser transferida al visor ocular adosado al casco del soldado direccionada, bien sea por cable o por radiofrecuencia. La transmisión de estos datos e imágenes, puede efectuarse vía radio a los niveles jerárquicos superiores en tiempo real. La gestión y operación de todo el sistema es realizada por el ordenador propio, gobernado por el soldado mediante las botoneras configuradas a tal fin, convirtiéndose así en un autentico interfaz entre operador y el sistema optrónico.
Los jefes de pelotón dispondrán de medios adicionales, que les permitan ser más eficientes y eficaces durante las operaciones, nuevos medios para extraer gran cantidad de información útil sobre el terreno; amén de los apoyos a la navegación mediante GPS y control zonal o las comunicaciones en tiempo real con cada uno de los miembros de la unidad. Muchos programas tienen previsto dotar a los cuadros de mando de sistemas destinados a la adquisición de objetivos, que a su vez incorporarán desde los necesarios medios optrónicos, cámaras térmicas, telemetría a otras posibilidades que optimicen su función de mando y control. Muchos de estos sistemas han sufrido a lo largo del tiempo un prolongado proceso de validación, incluyendo situaciones reales de combate en puntos calientes, como son los conflictos actuales en Irak o Afganistán.
Innovación asociada a la
necesaria compatibilidad futuraEn esta materia, los retos
planteados inicialmente hace ya cerca de dos décadas han seguido un proceso de
evolución continua y natural. De otra parte, los modelos teóricos conceptuales
han alcanzado en estos años caminos paralelos, pese a los desarrollos separados
entre los diferentes países. De los aproximadamente 600 requisitos definidos por
los expertos militares, la inmensa mayoría son idénticos, lo cual hace pensar
que en un futuro próximo se producirá una importante convergencia entre muchos
de ellos y, por lo tanto, la concreción en un programa conjunto, o al menos en
la compatibilidad entre socios y aliados.
En el Viejo Continente, la Agencia Europea de Armamento (EDA), de la que forman parte estados como Francia, Alemania, Italia, España, Austria, Finlandia, Portugal, Rumania y Suecia, confluyen ya en la mayoría de los aspectos. En un contexto más amplio, los grupos de trabajo de la OTAN comparten las mismas ideas e intereses. Estos, junto a Suiza, toman como denominador común la inmensa mayoría de las definiciones técnicas, amén de trabajar en muchos casos con las mismas empresas, como la europea Cassidian, donde actúa como concentrador o socio líder en muchos de los proyectos de la región. Las previsiones consisten en que, superadas estas fases iniciales, hoy en situación de pruebas y validación, será cuando se produciría la ya nombrada convergencia hacia una concepción más universal. Sería hacia el año 2015 cuando se pondría a prueba la necesaria interoperatividad entre los diferenciados programas nacionales actuales, lo que podríamos definir como generación inicial. Los pasos anteriores dejarían así despejado el camino a lo que llamaremos una segunda generación; la cual correspondería con un soldado común europeo, que tomaría forma a partir de mediados de la década.
Otro denominador común de todos estos conceptos es que prevén el uso radical de las nuevas tecnologías en todos los campos de actuación. Pese a que los programas actuales obedecen a desarrollos específicos en la mayoría de las materias, también se recurre en muchos casos a los materiales de plataforma comercial; aquellos que son conocidos como COTS, esencialmente en los componentes de hardware. En el futuro, seguirán haciendo un uso profuso de innovadoras tecnologías. Entre éstas, las que albergan mayores esperanzas son las nanotecnologías en su amplio espectro: se trabaja en técnicas de enmascaramiento y mimetizado que reproduzcan, de manera inmediata y sobre el uniforme o vestimenta, el entorno en que se halle el combatiente. La configuración de nuevas estructuras de gestión y mando –esqueleto electrónico– para la transmisión de información entre los diferentes subsistemas y su alimentación desde revolucionarias fuentes de energía más eficientes y longevas tienen igualmente en cuenta el trabajo que se realiza en sentido inverso, con la reducción de consumos.
La monitorización de información vital sobre el estado del combatiente irá en aumento, incorporando nuevos sensores fisiológicos, permitiendo así una inmediata diagnosis y actuación por parte de los apoyos sanitarios. También se anuncia una innovadora generación de fluidos ferro-magnéticos inteligentes y transformables, como base de las nuevas protecciones balísticas; además de tejidos destinados a las protecciones corporales mucho más ligeras y eficaces. Con todo ello, y sumando las mejoras añadidas a los sistemas de armas y la optrónica, se obtendrá una notable reducción de pesos, traducida de manera inmediata en el incremento de las funcionalidades y capacidad de supervivencia. En el futuro, los micro PC incluirán igualmente programas de síntesis e identificación, añadiendo las autenticas capacidades IFF (identificación amigo-enemigo), incluyendo el reconocimiento de voz, o mecanismos de aviso cuando un combatiente amigo se interponga en la línea de tiro de las armas propias.
La telemetría mediante láser permitirá calcular y evaluar las posibilidades de batir al objetivo mediante el empleo de un determinado tipo de arma, o programar la detonación de una granada, como ya ocurre con el XM25 norteamericano, hoy en proceso de evaluación sobre suelo afgano. En cuanto a los soportes energéticos, en pocos años aparecerán nuevas fuentes de alimentación mucho más eficientes con mayor autonomía. La recarga será más rápida, proporcionada en la mayoría de los casos a partir de generación renovable como paneles fotovoltaicos u otros. En cuanto a las plataformas de apoyo, se contempla integrar también en las infraestructuras C4ISR para la gestión del campo de batalla y las comunicaciones, apoyándose para ello, y como elemento base, en los vehículos blindados, desde donde el jefe de pelotón pueda coordinar y dirigir las operaciones.
De igual manera, se incorporarán progresivamente los medios ligeros no tripulados, tanto aéreos como terrestres; nos referimos los elementos de apoyo táctico, materializados en UAV y UGV, pensados para limitar o minimizar los riesgos de los combatientes durante las operaciones. Los ensayos en esa materia son ya visibles en ciertas propuestas, como la israelí Skylar, en lo que a medios aéreos refiere; o en las capacidades propuestas por la norteamericana iRobot, contemplado igualmente en el programa FCS. Para proporcionar mayor información a los jefes de pelotón, se trabaja asimismo en subsistemas integrados y compatibles con los anteriores. En ese apartado podemos nombrar el subsistema Coral, también de manufactura israelí, entre otros.
De esta manera, el soldado de infantería pasa así a convertirse en un elemento totalmente integrado en el campo de batalla, capaz de combatir y proporcionar información a los escalones superiores, pues también podrá recibirla o gestionarla en tiempo real. Sin duda, la puesta en servicio de estos métodos, doctrina y materiales, mejorarán los niveles de autoprotección del soldado, sus capacidades en combate cercano frente al adversario; especialmente en áreas urbanas, en la jungla o desierto, allí donde las fuerzas regulares ligeras, mecanizadas y acorazadas pierden parte de sus capacidades operativas. Las nuevas facultades, deben permitir alcanzar una ventaja sustancial en los conflictos asimétricos, en combate contra guerrillas, enfrentamientos en áreas urbanizadas, acciones contraterroristas u otros actos violentos. Un elemento igualmente importante es que proporcionarán los necesarios elementos de simulación y entrenamiento táctico, tan necesarios para adaptarse a los últimos avances en la materia, así como la capacidad de generar escenarios de entrenamiento próximos a las realidades cambiantes.
En el Viejo Continente, la Agencia Europea de Armamento (EDA), de la que forman parte estados como Francia, Alemania, Italia, España, Austria, Finlandia, Portugal, Rumania y Suecia, confluyen ya en la mayoría de los aspectos. En un contexto más amplio, los grupos de trabajo de la OTAN comparten las mismas ideas e intereses. Estos, junto a Suiza, toman como denominador común la inmensa mayoría de las definiciones técnicas, amén de trabajar en muchos casos con las mismas empresas, como la europea Cassidian, donde actúa como concentrador o socio líder en muchos de los proyectos de la región. Las previsiones consisten en que, superadas estas fases iniciales, hoy en situación de pruebas y validación, será cuando se produciría la ya nombrada convergencia hacia una concepción más universal. Sería hacia el año 2015 cuando se pondría a prueba la necesaria interoperatividad entre los diferenciados programas nacionales actuales, lo que podríamos definir como generación inicial. Los pasos anteriores dejarían así despejado el camino a lo que llamaremos una segunda generación; la cual correspondería con un soldado común europeo, que tomaría forma a partir de mediados de la década.
Otro denominador común de todos estos conceptos es que prevén el uso radical de las nuevas tecnologías en todos los campos de actuación. Pese a que los programas actuales obedecen a desarrollos específicos en la mayoría de las materias, también se recurre en muchos casos a los materiales de plataforma comercial; aquellos que son conocidos como COTS, esencialmente en los componentes de hardware. En el futuro, seguirán haciendo un uso profuso de innovadoras tecnologías. Entre éstas, las que albergan mayores esperanzas son las nanotecnologías en su amplio espectro: se trabaja en técnicas de enmascaramiento y mimetizado que reproduzcan, de manera inmediata y sobre el uniforme o vestimenta, el entorno en que se halle el combatiente. La configuración de nuevas estructuras de gestión y mando –esqueleto electrónico– para la transmisión de información entre los diferentes subsistemas y su alimentación desde revolucionarias fuentes de energía más eficientes y longevas tienen igualmente en cuenta el trabajo que se realiza en sentido inverso, con la reducción de consumos.
La monitorización de información vital sobre el estado del combatiente irá en aumento, incorporando nuevos sensores fisiológicos, permitiendo así una inmediata diagnosis y actuación por parte de los apoyos sanitarios. También se anuncia una innovadora generación de fluidos ferro-magnéticos inteligentes y transformables, como base de las nuevas protecciones balísticas; además de tejidos destinados a las protecciones corporales mucho más ligeras y eficaces. Con todo ello, y sumando las mejoras añadidas a los sistemas de armas y la optrónica, se obtendrá una notable reducción de pesos, traducida de manera inmediata en el incremento de las funcionalidades y capacidad de supervivencia. En el futuro, los micro PC incluirán igualmente programas de síntesis e identificación, añadiendo las autenticas capacidades IFF (identificación amigo-enemigo), incluyendo el reconocimiento de voz, o mecanismos de aviso cuando un combatiente amigo se interponga en la línea de tiro de las armas propias.
La telemetría mediante láser permitirá calcular y evaluar las posibilidades de batir al objetivo mediante el empleo de un determinado tipo de arma, o programar la detonación de una granada, como ya ocurre con el XM25 norteamericano, hoy en proceso de evaluación sobre suelo afgano. En cuanto a los soportes energéticos, en pocos años aparecerán nuevas fuentes de alimentación mucho más eficientes con mayor autonomía. La recarga será más rápida, proporcionada en la mayoría de los casos a partir de generación renovable como paneles fotovoltaicos u otros. En cuanto a las plataformas de apoyo, se contempla integrar también en las infraestructuras C4ISR para la gestión del campo de batalla y las comunicaciones, apoyándose para ello, y como elemento base, en los vehículos blindados, desde donde el jefe de pelotón pueda coordinar y dirigir las operaciones.
De igual manera, se incorporarán progresivamente los medios ligeros no tripulados, tanto aéreos como terrestres; nos referimos los elementos de apoyo táctico, materializados en UAV y UGV, pensados para limitar o minimizar los riesgos de los combatientes durante las operaciones. Los ensayos en esa materia son ya visibles en ciertas propuestas, como la israelí Skylar, en lo que a medios aéreos refiere; o en las capacidades propuestas por la norteamericana iRobot, contemplado igualmente en el programa FCS. Para proporcionar mayor información a los jefes de pelotón, se trabaja asimismo en subsistemas integrados y compatibles con los anteriores. En ese apartado podemos nombrar el subsistema Coral, también de manufactura israelí, entre otros.
De esta manera, el soldado de infantería pasa así a convertirse en un elemento totalmente integrado en el campo de batalla, capaz de combatir y proporcionar información a los escalones superiores, pues también podrá recibirla o gestionarla en tiempo real. Sin duda, la puesta en servicio de estos métodos, doctrina y materiales, mejorarán los niveles de autoprotección del soldado, sus capacidades en combate cercano frente al adversario; especialmente en áreas urbanas, en la jungla o desierto, allí donde las fuerzas regulares ligeras, mecanizadas y acorazadas pierden parte de sus capacidades operativas. Las nuevas facultades, deben permitir alcanzar una ventaja sustancial en los conflictos asimétricos, en combate contra guerrillas, enfrentamientos en áreas urbanizadas, acciones contraterroristas u otros actos violentos. Un elemento igualmente importante es que proporcionarán los necesarios elementos de simulación y entrenamiento táctico, tan necesarios para adaptarse a los últimos avances en la materia, así como la capacidad de generar escenarios de entrenamiento próximos a las realidades cambiantes.
Un repaso a algunos proyectos
actualesLos programas dirigidos a la modernización de los niveles
de pelotón y sección de la infantería ligera suponen un cambio revolucionario
para la mayoría de los países avanzados. Como ya comentamos anteriormente, los
integrantes de la OTAN, y como complemento la propia Unión Europea, bien
podríamos decir que encabezan los esfuerzos destinados a plasmar e
industrializar esos avances tecnológicos. Actualmente, Francia y Alemania serían
seguramente los más avanzados, pues ambos han adquirido ya un sustancial número
de equipos, iniciando a continuación las consiguientes fases de pruebas sobre el
terreno, desplegándolos en los teatros de operaciones de Afganistán, en el marco
de la ISAF. Son alrededor de una veintena los proyectos de otros tantos países
que están en diferentes fases de desarrollo, validación o industrialización;
compartiendo en algunos casos incluso el liderazgo empresarial.
Empezando por Alemania, la Oficina Federal para Tecnología y Adquisiciones para la Defensa, contrató el pasado mes de marzo 400 unidades del sistema básico del combatiente futuro IdZ (Infanterist der Zukunft) a Cassidian. Obedecía a un requerimiento del Bundeswehr, el Ejército de Tierra de aquel país, para dotar de manera inmediata a sus soldados desplegados en Afganistán, formando parte de la ISAF. El IdZ básico, está destinado a los pelotones de Infantería formados por diez soldados. Como equipamiento, está constituido por un chaleco modular, que alcanza la protección balística y antiesquirlas hasta el Nivel IV; equipo C4I, incluyendo NaviPad para control de situación y envió de mensajes, datos de blancos e imágenes, visor nocturno y radiotransmisor; y otros dispositivos especiales, como telémetro láser, cámara y dispositivos de designación por imagen de radiación térmica. Con él, no sólo se brinda protección a los soldados, sino que supone un notable aumento de las capacidades de mando y control, navegación y empleo de armamento.
El proyecto francés se denomina FELIN (Fantassin à Equipements et Liaisons Integres) y en él convergen los avances galos en la materia, presentados en repetidas ocasiones en el salón internacional Eurosatory, en París. Liderado por Sagem Défense Sécurité, aglutina a un importante grupo de empresas, que trabajan cada una de ellas en los diferentes subsistemas. Actualmente está en proceso de evaluación de las armas utilizadas, como el fusil de asalto FAMAS, la ametralladora ligera Minimi y el rifle de precisión FRF2, que se halla igualmente probando sus bondades en Afganistán. Las Fuerzas Armadas galas tienen previsto adquirir en los próximos años unas 32.000 unidades y prepararlas para trabajar integradas con la nueva gama de vehículos blindados a ruedas VBCI de Nexter Systems. En fases posteriores, su arquitectura modular permitirá integrar los nuevos avances en la materia y está previsto igualmente incorporar nuevos sistemas de armas más eficaces y letales.
En cuanto al programa británico FIST (Future Integrated Soldier Tecnology), se sabe que ha sido probado con éxito en Afganistán por varias unidades, entre las que se hallaría la Brigada de Asalto Aéreo. Las previsiones del Reino Unido consisten en adquirir más de 35.000 equipos en diferentes fases durante esta década. Países de reconocida neutralidad durante años están siguiendo un camino paralelo. Este sería el caso de Suiza, con el IMESS (Integrated and Modular Engagement System for the Swiss Soldier). De esta manera, el país alpino, apostó por el producto Warrior21 de Cassidian, con un contrato inicial de 20 millones de francos, destinado a garantizar de manera considerable un importante aumento de capacidades, junto a una futura viabilidad y modularidad de sus unidades de infantería. La industrialización del Warrior21 incluye componentes potentes y eficaces de reciente desarrollo, capaces de proporcionar la conveniente superioridad táctica al soldado, sin olvidar la interacción con las nuevas gamas de vehículos blindados de infantería.
Estados Unidos, que canceló el programa Land Warrior hace algunos años, ha seguido con los desarrollos formando parte del FCS, mediante el Force Warrior. Además de los notables avances plasmados en sistemas de armas, protecciones e integración de comunicaciones, entre otros, parece ser que en los progresos conceptuales se hallarían inmersas instituciones tan relevantes como la Universidad de Berkeley o el reconocido Instituto Tecnológico de Massachussets, centrándose en el desarrollo de nanotecnologías. Los resultados del US Army se esperan en un horizonte mas allá del año 2020. Muchos otros proyectos han tomado forma en otros tantos países, disponiendo cada uno de ellos de peculiaridades propias, entre las que se hallarían los oportunos sistemas de armas y la incorporación de las industrias nacionales.
España tiene en el COMFUT, una plataforma propia en ese sentido. Italia, el Soldado Futuro, que se vertebra entorno al sistema de armas Beretta AXR 160 y se halla igualmente empeñado en el mismo lo bueno y mejor de su industria de defensa, como en nuestro país. Los canadienses, mediante el ISSP (Integreted Soldier System Project), o proyecto del sistema integrado del soldado, hacen converger sus necesidades y expectativas de futuro. El Land125 australiano, estructurado igualmente como proyecto Wundurra, planifica los requerimientos militares de la Infantería. Suecia organiza sus requerimientos en el programa Markus; Turquía con el Tek-ER; Polonia, el Tytan Project y comparte muchos puntos comunes con la República Checa en el 21 Century Soldier; Malasia con el MKFUMKII. Las Fuerzas de Autodefensa de Japón, mediante el V Operation; o Singapur, con el ACMS (Advanced Combat Man System); y la India desarrolla el F-INSAS. Israel trabaja de igual forma en muchos componentes modulares capaces de integrarse en estas concepciones. Todos ellos comparten una filosofía y objetivos similares, pero en muchos casos con enfoques diferentes. Sin lugar a dudas, nos hallamos ante uno de los cambios más importantes de todos los tiempos para la infantería ligera.
Empezando por Alemania, la Oficina Federal para Tecnología y Adquisiciones para la Defensa, contrató el pasado mes de marzo 400 unidades del sistema básico del combatiente futuro IdZ (Infanterist der Zukunft) a Cassidian. Obedecía a un requerimiento del Bundeswehr, el Ejército de Tierra de aquel país, para dotar de manera inmediata a sus soldados desplegados en Afganistán, formando parte de la ISAF. El IdZ básico, está destinado a los pelotones de Infantería formados por diez soldados. Como equipamiento, está constituido por un chaleco modular, que alcanza la protección balística y antiesquirlas hasta el Nivel IV; equipo C4I, incluyendo NaviPad para control de situación y envió de mensajes, datos de blancos e imágenes, visor nocturno y radiotransmisor; y otros dispositivos especiales, como telémetro láser, cámara y dispositivos de designación por imagen de radiación térmica. Con él, no sólo se brinda protección a los soldados, sino que supone un notable aumento de las capacidades de mando y control, navegación y empleo de armamento.
El proyecto francés se denomina FELIN (Fantassin à Equipements et Liaisons Integres) y en él convergen los avances galos en la materia, presentados en repetidas ocasiones en el salón internacional Eurosatory, en París. Liderado por Sagem Défense Sécurité, aglutina a un importante grupo de empresas, que trabajan cada una de ellas en los diferentes subsistemas. Actualmente está en proceso de evaluación de las armas utilizadas, como el fusil de asalto FAMAS, la ametralladora ligera Minimi y el rifle de precisión FRF2, que se halla igualmente probando sus bondades en Afganistán. Las Fuerzas Armadas galas tienen previsto adquirir en los próximos años unas 32.000 unidades y prepararlas para trabajar integradas con la nueva gama de vehículos blindados a ruedas VBCI de Nexter Systems. En fases posteriores, su arquitectura modular permitirá integrar los nuevos avances en la materia y está previsto igualmente incorporar nuevos sistemas de armas más eficaces y letales.
En cuanto al programa británico FIST (Future Integrated Soldier Tecnology), se sabe que ha sido probado con éxito en Afganistán por varias unidades, entre las que se hallaría la Brigada de Asalto Aéreo. Las previsiones del Reino Unido consisten en adquirir más de 35.000 equipos en diferentes fases durante esta década. Países de reconocida neutralidad durante años están siguiendo un camino paralelo. Este sería el caso de Suiza, con el IMESS (Integrated and Modular Engagement System for the Swiss Soldier). De esta manera, el país alpino, apostó por el producto Warrior21 de Cassidian, con un contrato inicial de 20 millones de francos, destinado a garantizar de manera considerable un importante aumento de capacidades, junto a una futura viabilidad y modularidad de sus unidades de infantería. La industrialización del Warrior21 incluye componentes potentes y eficaces de reciente desarrollo, capaces de proporcionar la conveniente superioridad táctica al soldado, sin olvidar la interacción con las nuevas gamas de vehículos blindados de infantería.
Estados Unidos, que canceló el programa Land Warrior hace algunos años, ha seguido con los desarrollos formando parte del FCS, mediante el Force Warrior. Además de los notables avances plasmados en sistemas de armas, protecciones e integración de comunicaciones, entre otros, parece ser que en los progresos conceptuales se hallarían inmersas instituciones tan relevantes como la Universidad de Berkeley o el reconocido Instituto Tecnológico de Massachussets, centrándose en el desarrollo de nanotecnologías. Los resultados del US Army se esperan en un horizonte mas allá del año 2020. Muchos otros proyectos han tomado forma en otros tantos países, disponiendo cada uno de ellos de peculiaridades propias, entre las que se hallarían los oportunos sistemas de armas y la incorporación de las industrias nacionales.
España tiene en el COMFUT, una plataforma propia en ese sentido. Italia, el Soldado Futuro, que se vertebra entorno al sistema de armas Beretta AXR 160 y se halla igualmente empeñado en el mismo lo bueno y mejor de su industria de defensa, como en nuestro país. Los canadienses, mediante el ISSP (Integreted Soldier System Project), o proyecto del sistema integrado del soldado, hacen converger sus necesidades y expectativas de futuro. El Land125 australiano, estructurado igualmente como proyecto Wundurra, planifica los requerimientos militares de la Infantería. Suecia organiza sus requerimientos en el programa Markus; Turquía con el Tek-ER; Polonia, el Tytan Project y comparte muchos puntos comunes con la República Checa en el 21 Century Soldier; Malasia con el MKFUMKII. Las Fuerzas de Autodefensa de Japón, mediante el V Operation; o Singapur, con el ACMS (Advanced Combat Man System); y la India desarrolla el F-INSAS. Israel trabaja de igual forma en muchos componentes modulares capaces de integrarse en estas concepciones. Todos ellos comparten una filosofía y objetivos similares, pero en muchos casos con enfoques diferentes. Sin lugar a dudas, nos hallamos ante uno de los cambios más importantes de todos los tiempos para la infantería ligera.
Pies de fotos (según aparecen)
-El sistema de armas básico solicitado por el
Mando de Operaciones Especiales USSOCOM es el SCAR, si bien la mayoría de los
ensayos en los subsistemas siguen realizándose en la plataforma M4.
-El proyecto español está liderado por Cassidian,
habiéndose mostrado en varias ocasiones
en los certámenes internacionales relacionados con la defensa.
en los certámenes internacionales relacionados con la defensa.
-La compatibilidad de los diferentes subsistemas
pretende incorporar todo tipo de protecciones, incluidas las NBQ (foto
Sagem).
-Francia cuenta en el FELIN con un proyecto bien
estructurado, vertebrado entorno a los nuevos medios de combate de infantería
(foto Sagem).
-La obtención, gestión y control de la
información es esencial en las operaciones de combate. Operando el sistema
"Skylar" israelita se obtiene incluso la información proporcionada por los
UAV.
-Visualización de la información obtenida por la
cámara situada encima del arma mientras el usuario permanece a cubierto. Está
previsto que se transmita a los escalones superiores y es de gran utilidad en
las operaciones de combate en población.
-Canadá desarrolla también su propio sistema y
para las fases de pruebas utiliza su plataforma basada en el fusil de asalto
M16, fabricado por Diemaco.
-Bajo las siglas COMFUT, el Ejercito de Tierra
español identifica el programa destinado al diseño y desarrollo del Combatiente
Futuro, con él se pretende mejorar las capacidades ofensivas y defensivas del
soldado, proporcionándole mayor seguridad y capacidad de supervivencia.
-Los jefes de pelotón podrán con los nuevos
medios extraer gran cantidad de información útil sobre el terreno (foto
Sagem).
-Entre los medios tácticos de apoyo a las
unidades de Infantería ligera se hallan cada vez más presentes los robots. En el
futuro la previsión es que su crecimiento sea singular (foto Sagem).
-Los "sniper", o francotiradores, incorporarán
nuevos sistemas de visión integrada, donde, además de la telemetría, añadirán
otras informaciones que les permitan ser más eficaces (foto Sagem).
-Las comunicaciones cobran mayor importancia.
Aquí podemos ver en operación una PRC-710MB de origen hebreo
No hay comentarios:
Publicar un comentario