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lunes, 21 de mayo de 2012

DOS ARMADAS EN DECADENCIA


Una foto que ningun submarinista quiere ver:
un submarino en superficie.
Las crónicas periodísticas argentinas resaltan, hoy, la presencia a partir del 14 de junio de un submarino nuclear de ataque británico, el HMS “Talent” en aguas del Atlántico Sur, en proximidades de las Islas Malvinas. Son muchos los analistas que hablan de “provocación”, de “escalada militar” y de hasta “amenaza nuclear”. Sin embargo, la realidad dista de estas simples caracterizaciones. Vemos los porqués:


1ro. El submarino de referencia. Si bien es uno de propulsión nuclear no dispone de armas nucleares; ya que su cometido principal es la destrucción de otros submarinos o buques enemigos mediante el lanzamiento de torpedos y misiles de crucero con cargas explosivas convencionales. Aunque, hay que reconocer que éste está armado con misiles Tomahawk. Con los que se puede realizar ataques de precisión contra blancos terrestres a una distancia aproximada de 1.000 km. Tal como otros similares al HMS Talent, lo hicieron en las recientes campañas de Libia y Afganistán. Aunque sin resultados apreciables conocidos. Por otro lado, pese a los datos consignados no se puede afirmar que sea un buque de última generación, pues el mismo y su tecnología datan de la década del 80; y su clase, la Trafalgar, está siendo reemplazada por la más moderna, la Astute.

2do La Armada que lo envía. Vale decir la Royal Navy es hoy una fuerza en franco achicamiento. A saber, no dispone portaviones en servicio. Está previsto que dos nuevos del tipo Queen Elizabeth entren en servicio en el 2016 y en el 2018, respectivamente. Además, de no tener a su disposición de una plataforma que los transporte (Como lo fue, en 1982, el Atlantic Conveyor), hoy ni la Royal Navy ni la Royal Air force  tienen en su inventario aviones navales; ya que los conocidos Harrier GR7 y GR9 fueron dados de baja en el 2010, a la espera de la llegada del nuevo avión norteamericano que los reemplazará, el F-35 Lightning II. Por otro lado, de tener portaaviones, los buques necesarios para su escolta no están todos disponibles. De las 13 fragatas que estaban en servicio hasta hace poco, 4 son del tipo 22 y han sido dadas de baja; se espera las restantes sean reemplazadas por las evolucionadas tipo 26, alrededor del 2020. En pocas palabras: Gran Bretaña carece hoy de los elementos mínimos necesarios (portaaviones y buques de escolta) para intentar repetir la Operation Corporate con la que reinvadió las Malvinas en 1982.

3ro La Armada que lo recibe. Vale decir la nuestra. No dispone, entre otras cosas, de ningún submarino en servicio para disuadir al británico de, al menos, acercarse o navegar en nuestras aguas bajo nuestra soberanía y jurisdicción. El S-31 Salta, de la clase 209, está fuera de servicio por la necesidad de reparación de su motor eléctrico de propulsión. El S-41 Santa Cruz, de la clase TR-1700, no puede sumergirse dado el excesivo desgaste de sus baterías; y el S-42 San Juan, de la misma clase, está siendo reparado en el Astillero Alte Storni; pero no estará listo sino hasta fin de este año o a principios del próximo. Por lo demás, ninguno de los submarinos mencionados ha recibido alguna mejora en sus sistemas de combate. Vale decir, los tres tienen un retraso tecnológico de 30 años. Lo que en estos tiempos no es poco. Además, no cuentan en su arsenal con ningún torpedo antisubmarino, ya que el MK-37 fue retirado de servicio hace 10 años. El actual en uso, el SST-4, ya no se fabrica más en su lugar de origen, Alemania. Existe un 4to submarino el Santa Fe, cuya construcción fue suspendida en los años 90. Todo ello, sin entrar en detalles en el nivel de adiestramiento de las tripulaciones, las que hace varias temporadas que no se hacen a la mar.

Son muchas las conclusiones que se podrían extraer de estos datos. Pero, en aras de la mejor de la síntesis; solo nos resta repetir la frase atribuida a Carlos Marx, pero que bien podría haber sido de tu tocayo Groucho: “La Historia se repite primero como tragedia, luego como farsa.”

                                                                                                                 EL ADMINISTRADOR.

Nota: La información de esta nota ha sido obtenida en fuentes de información pública.

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