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miércoles, 13 de marzo de 2013

¿Más chavista que Chávez?


 



por Rosendo Fraga - 13 Mar 13
 
 
La muerte de Chávez ha puesto en evidencia la fortaleza del vínculo bilateral entre Argentina y Venezuela. Se trata del país con el cual el gobierno de Cristina Kirchner ha firmado más acuerdos bilaterales, tanto en su primer período como en lo que va del segundo. Durante los quince meses del mismo la convergencia de modelos ha sido creciente: en lo económico la estatización de YPF, la pérdida de autonomía del Banco Central, imposibilidad de remitir utilidades, congelamiento de precios, reforma de los mercados, control de cambios, etc.; en lo político la intención de reformar la constitución, el conflicto con los medios y el proyecto de modificar el sistema judicial; en lo internacional la malvinización de la política exterior, el acuerdo con Irán y el conflicto por la deuda remanente con la justicia de los EE.UU. La relevante presencia del presidente Ahmadinejad en el sepelio del líder venezolano confirma la hipótesis de que Chávez jugó un rol importante dos años atrás, en la puesta en marcha de la negociación entre Buenos Aires y Teherán que culminó con el acuerdo sobre la causa AMIA. Pero difícilmente la Presidenta argentina -como también el Presidente ecuatoriano- pueda jugar un rol para sustituir el que tenía en el ámbito regional y mundial el extinto presidente venezolano. La realidad es que ese rol ya lo está cumpliendo Cuba, con quien su sucesor está más alineado que el propio Chávez. La Habana ha tenido el control de la sucesión venezolana, juega un papel importante en la negociación entre Colombia y las FARC que se desarrolla en la capital cubana y durante todo 2013 ocupará la Presidencia pro tempore de la CELAC, la Comunidad de los 33 países de America Latina y el Caribe.

Es posible que ahora la Presidente argentina sea más chavista que mientras Chávez vivía y ello se hará sentir en la política exterior argentina. Poner en marcha el acuerdo con Irán -hasta ahora, curiosamente, la aprobación por parte del parlamento iraní está demorada- será una de las consecuencias, aunque el costo político interno e internacional es creciente por este tema. En la cuestión Malvinas, el referéndum de los isleños ratificando su voluntad de ser británicos llevará al gobierno argentino a endurecer su postura. En cuanto al tema de la deuda en New York, no es fácil que la justicia estadounidense el 29 de marzo emita un fallo favorable a la Argentina, ya que a partir del 1 de marzo la Presidente en su discurso limitó la propuesta de pago al monto del último canje. Pese a los intentos de la conducción de YPF por llegar a un acuerdo con Repsol, las autoridades de la empresa lo han desmentido. Juicios en España y otros países iniciados por dicha empresa y la reactivación de un juicio ambiental en los EE.UU., hacen que la petrolera estatal, como tema de política exterior, siga alejando y no acercando a la Argentina al mundo desarrollado. La fuga de inversiones brasileñas (venta de activos de Petrobras y postergación de la inversión de Vale) muestra más distancia de Brasil.
En lo interno, esta línea política que implica estar más cerca que lejos del modelo venezolano se manifiesta con el creciente conflicto entre la Casa Rosada y el gobernador Scioli. El lunes 4 de marzo, tanto el ministro de Planificación a Infraestructura (De Vido), como el gobernador kirchnerista de Mendoza (Pérez), ratificaron tres días después del discurso de la Presidente del 1 de marzo que sigue vigente el proyecto de reformar la Constitución Nacional para permitir otro mandato de Cristina. En este marco, el oficialismo nacional exige a Scioli no ya que entregue toda la lista de candidatos a diputados nacionales para octubre 2013, sino que además haga una renuncia explícita a su intención de ser candidato presidencial en 2015, lo cual significaría una subordinación explícita y no ambigua como hasta ahora. Para ello se impulsa la protesta gremial de los docentes bonaerenses -que son kirchneristas- y al mismo tiempo se reducen los fondos que el gobierno nacional debe remitir automáticamente a la provincia, no se le da asistenta financiera y se le impide endeudarse tanto con bonos como con letras. Cercado económicamente, Scioli espera que a último momento la Presidente ceda -como sucedió el año pasado con el medio aguinaldo-, dado que en caso contrario la provincia puede desestabilizarse y una provincia en crisis -Buenos Aires es el 40% del PBI y la población del país- puede implicar una crisis para el gobierno nacional, como ya ha sucedido en el pasado. Si ninguno cede se enfrenta el riesgo -como suele suceder en política- de una crisis por error de cálculo. La exclusión de Scioli de la reunión convocada por el kirchnerismo en Entre Ríos el viernes 15 de marzo por tener un proyecto personal es una señal política más de esta pugna.
En la oposición la muerte de Chávez genera divisiones, mientras que electoralmente se está articulando en dos ejes. La posibilidad de un acuerdo entre el PRO y el peronismo disidente o anti-kirchnerista como se dio en 2009 avanza. Así lo hacen las conversaciones para que el PRO apoye la candidatura de Lavagna en la Ciudad de Buenos Aires para senador nacional y la de Francisco de Narváez para primer candidato a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires, quien lleva en su lista a José Scioli, hermano del gobernador. Si se concreta este acuerdo, que alcanzaría a los dos principales distritos, tendría en mayor o menor medida seguimiento en otras provincias. En este sector de la oposición ha predominado la crítica hacia la figura de Chávez. El encuentro entre Pino Solanas y Elisa Carrió en un seminario sobre corrupción confirma la amplitud de las conversaciones entre ambos, que apuntan a reconstruir una alianza de centro-izquierda como la que se dio en 2009, que integró al Socialismo, la UCR, el GEN y la Coalición Cívica. La figura de Chávez dividió al FAP, al decir Binner que él hubiera votado por Capriles, posición que no comparten otros sectores de su coalición. Dentro del Radicalismo sucede otro tanto. Mientras figuras como Cobos y Sanz han manifestaron una posición crítica hacia el líder venezolano, otros como Alfonsín y Moreau han tenido una visión favorable.
En conclusión: la muerte de Chávez ha puesto en evidencia la fortaleza del vínculo bilateral entre Buenos Aires y Caracas, así como la convergencia de modelos que se está dando; si bien probablemente Cristina sea más chavista sin Chávez que con él, difícilmente podrá ocupar su lugar, el que además de hecho está siendo asumido por Cuba; el conflicto entre la Casa Rosada y el gobernador de Buenos Aires sigue abierto y puede escalar por error de cálculo, excluyéndose a Scioli de la convocatoria kirchnerista del 15 en Paraná; por último, Chávez divide al sector de centro-izquierda de la oposición, pero no al del PRO y el peronismo anti-K, que además avanzan en una alianza electoral en la Capital y la provincia de Buenos Aires.

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