Por Jorge Castro - 14/04/13
El dato central de la situación mundial en la segunda década del siglo XXI es que cae la pobreza y crece la economía global, arrastrada por el auge de los países emergentes, encabezado por la expansión de la nueva clase media en Asia, África y América Latina. En 1980, 52% de la población mundial vivía bajo los niveles de pobreza (U$S 1,25 /día) y ese porcentaje había descendido a 22% en 2008.
La clave de esta fenomenal disminución de la pobreza en el mundo es lo que ha ocurrido en Asia (3.600 millones de habitantes), donde 77% de la población vivía con menos de U$S 1,25/día en 1980, y ahora ese porcentaje ha caído a 12%. En el caso de China, en los últimos 30 años, 663 millones han salido de la pobreza y se han incorporado a la clase media; ahora los pobres son 13% de la población y eran 84% en 1981.
Este es un fenómeno del mundo emergente que sucede en todas partes y al mismo tiempo; y esto ocurre cuando ya son 80 los países emergentes que crecen por encima de EE.UU.
(en términos de ingreso per cápita y alza de la productividad), mientras que eran 20 los que se expandían de forma similar entre 1980 y 2000. Pero esto no es todo.
La clase media global, que asciende hoy a 1.800 millones de personas, alcanzaría a 4.900 millones en 2030 (sobre una población mundial de 8.300 millones); y su crecimiento tendría lugar en un 85% en los países emergentes. En dos décadas, el mundo se convertiría en una sociedad de clase media.
China marca el rumbo.
En 2030, 75% de su población pertenecería a la clase media y la pobreza extrema habría sido eliminada. Además, la pobreza cambia de naturaleza en ese período. Más de 65% de los 600 millones de habitantes de África Subsahariana poseen hoy telefonía móvil interactiva (smartphones). Significa que, aun siendo pobres, han dejado de ser marginados y excluidos. Se han incorporado de manera masiva al mundo virtual hiperconectado, núcleo tecnológico y estructural de la época.
Indonesia tiene hoy 240 millones de habitantes y 220 millones de teléfonos móviles. De ahí que la población rural de sus 3.000 islas disponga ahora de la información, los servicios bancarios y el precio de los mercados, propios del mundo avanzado.
El caso de Facebook es suficientemente representativo. Los cinco principales usuarios en el mundo son Brasil, India, Indonesia, México y EE.UU., en ese orden.
El consumo anual de los países emergentes alcanzaría en 2025 a U$S 30 billones.
Para entonces, 3/5 partes de los 1.000 millones de hogares que tendrían ingresos por U$S 20.000 anuales estarán en el Sur y en el Este del planeta (Asia, África y América Latina).
La participación de la clase media en el mundo emergente es todavía mayor en la fuerza de trabajo. Era 25% en 2001, trepó a 42% en 2011 y alcanzaría a 55% en 2017. Es un dato de importancia estratégica.
El factor “clase media” va más allá de lo demográfico y se convierte en un elemento esencial del incremento de la productividad. Son 19 los países emergentes que en la última década duplicaron el ingreso per cápita (2.600 millones de personas) y 8 corresponden al continente africano. África Subsahariana creció 60% desde 2000 y su PBI per cápita se expandió 40%.
El cálculo del PNUD es que China, India y Brasil tendrán en 2020 un PBI combinado superior al de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y EE.UU., sumados. En ese período, Asia no japonesa se expandiría 56,4%, en tanto Japón lo haría 1,7%.
Lo que se puede hacer es identificar tendencias, que son formas comprimidas -y explosivas- de las fuerzas más vigorosas del presente histórico.
La clave en ellas es distinguir lo esencial de lo accesorio y orientar toda la atención y la capacidad de acción sobre lo primero. Hay que suplantar el anacrónico optimismo y el mucho más anacrónico pesimismo por la confianza en la realidad.
La clave de esta fenomenal disminución de la pobreza en el mundo es lo que ha ocurrido en Asia (3.600 millones de habitantes), donde 77% de la población vivía con menos de U$S 1,25/día en 1980, y ahora ese porcentaje ha caído a 12%. En el caso de China, en los últimos 30 años, 663 millones han salido de la pobreza y se han incorporado a la clase media; ahora los pobres son 13% de la población y eran 84% en 1981.
Este es un fenómeno del mundo emergente que sucede en todas partes y al mismo tiempo; y esto ocurre cuando ya son 80 los países emergentes que crecen por encima de EE.UU.
(en términos de ingreso per cápita y alza de la productividad), mientras que eran 20 los que se expandían de forma similar entre 1980 y 2000. Pero esto no es todo.
La clase media global, que asciende hoy a 1.800 millones de personas, alcanzaría a 4.900 millones en 2030 (sobre una población mundial de 8.300 millones); y su crecimiento tendría lugar en un 85% en los países emergentes. En dos décadas, el mundo se convertiría en una sociedad de clase media.
China marca el rumbo.
En 2030, 75% de su población pertenecería a la clase media y la pobreza extrema habría sido eliminada. Además, la pobreza cambia de naturaleza en ese período. Más de 65% de los 600 millones de habitantes de África Subsahariana poseen hoy telefonía móvil interactiva (smartphones). Significa que, aun siendo pobres, han dejado de ser marginados y excluidos. Se han incorporado de manera masiva al mundo virtual hiperconectado, núcleo tecnológico y estructural de la época.
Indonesia tiene hoy 240 millones de habitantes y 220 millones de teléfonos móviles. De ahí que la población rural de sus 3.000 islas disponga ahora de la información, los servicios bancarios y el precio de los mercados, propios del mundo avanzado.
El caso de Facebook es suficientemente representativo. Los cinco principales usuarios en el mundo son Brasil, India, Indonesia, México y EE.UU., en ese orden.
El consumo anual de los países emergentes alcanzaría en 2025 a U$S 30 billones.
Para entonces, 3/5 partes de los 1.000 millones de hogares que tendrían ingresos por U$S 20.000 anuales estarán en el Sur y en el Este del planeta (Asia, África y América Latina).
La participación de la clase media en el mundo emergente es todavía mayor en la fuerza de trabajo. Era 25% en 2001, trepó a 42% en 2011 y alcanzaría a 55% en 2017. Es un dato de importancia estratégica.
El factor “clase media” va más allá de lo demográfico y se convierte en un elemento esencial del incremento de la productividad. Son 19 los países emergentes que en la última década duplicaron el ingreso per cápita (2.600 millones de personas) y 8 corresponden al continente africano. África Subsahariana creció 60% desde 2000 y su PBI per cápita se expandió 40%.
El cálculo del PNUD es que China, India y Brasil tendrán en 2020 un PBI combinado superior al de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y EE.UU., sumados. En ese período, Asia no japonesa se expandiría 56,4%, en tanto Japón lo haría 1,7%.
Lo que se puede hacer es identificar tendencias, que son formas comprimidas -y explosivas- de las fuerzas más vigorosas del presente histórico.
La clave en ellas es distinguir lo esencial de lo accesorio y orientar toda la atención y la capacidad de acción sobre lo primero. Hay que suplantar el anacrónico optimismo y el mucho más anacrónico pesimismo por la confianza en la realidad.
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