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sábado, 16 de diciembre de 2023

El ORIGEN del POBRISMO

 





por Carlos Pissolito

A modo de introducción: Se encuentra extendida la leyenda urbana muy difundida por el liberalismo y sus compañeros de ruta de que el denominado “pobrismo” es una derivación de los regímenes populistas. Es más, acusan a la Iglesia Católica, a través de su Doctrina Social (DSI), de ser su mentor intelectual.

Pero, ¿es esto cierto? Vemos.

Antes de empezar tenemos que reconocer dos débitos intelectuales, a saber:

La punta del ovillo del pobrismo no la dio: el tuit de La Batalla  Cultural

https://x.com/batallakultural/status/1735045396643111332?s=20

Y el segundo fueron los datos obtenido a través de Wikipedia sobre la legislación de los pobres en Inglaterra y en Gales:

https://en.wikipedia.org/wiki/Poor_Law_Amendment_Act_1834

***

Desarrollo: Para empezar, fue en Inglaterra y en Gales donde se aprobaron las primeras Leyes de Pobres como una codificación de normas provenientes de finales de la Edad Media, durante en la era Tudor (1587/1598). Un sistema que con varias modificaciones continuó y evolucionó hasta que surgió el Estado de bienestar moderno, luego de la 2da GM. 

Concretamente, la historia de la Ley de Pobres en Inglaterra y Gales suele dividirse en dos estatutos: la Antigua Ley de Pobres aprobada durante el reinado de Isabel I (1558/1603) y la Nueva Ley de Pobres (1834) y que modificó al sistema que pasó de ser administrado a nivel parroquial local por un sistema centralizado que fomentó el desarrollo a gran escala de casas de trabajo para el apoyo de los más pobres. 

Posteriormente, el sistema comenzó a declinar a principios del siglo XX debido a factores como la introducción de las reformas propuestas por sociedades de beneficencia y los primeros sindicatos obreros. Por lo que el sistema no fue abolido formalmente hasta la Ley de Asistencia Nacional de 1948, aunque y partes de la ley permanecieron vigentes hasta tan tarde como 1967.

Valga como ejemplo de sus alcances, las recomendaciones hechas por la Comisión Real de 1832 dirigida por William Nassau sobre el funcionamiento del sistema para su mejora:

  • Las casas de trabajo debían ser separadas para diferentes tipos de indigentes, incluidos ancianos, niños, hombres sanos y mujeres sanas.
  • Las parroquias  debían unirse con los sindicatos para proporcionar casas de trabajo.
  • Se prohibía la ayuda al aire libre, de modo que la gente tenía que entrar en los asilos de trabajo para solicitar ayuda.
  • Se impulsaba una autoridad central para implementar las políticas y evitar las variaciones.

En la práctica, de los 10 millones de habitantes de Inglaterra y Gales de esa época, sólo un 20% eran consideradas personas sanas y en condiciones de trabajar,  de ellos el 50% eran niños menores de 15 años y entre el 9% y el 20% estaban enfermos, eran ancianos o débiles. Por lo tanto, la ayuda del sistema fue dirigida, principalmente, a los más pobres y enfermos. Por lo que muy poco fue destinado a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores en relación de dependencia. Ya que la masa de ellos no pudo nunca negociar con sus empleadores en condiciones de igualdad y se generalizó el concepto de que la pobreza debía aceptarse como algo inevitable y que la ayuda debía ir en forma de asistencia sólo a los más necesitados.

Los abusos y deficiencias del sistema llamaron la atención de los grandes escritores británicos de la época como Charles Dickens y Frances Trollope y luego del estadounidense Jack London que describieron las pésimas condiciones de vida y sus sufrimientos cotidianos para lograr sobrevivir. 

Antes de seguir y abundar con más detalles como el tratamiento de los pobres, hay que admitir que evolucionó hasta llegar al Estado de bienestar en el marco del liberalismo. Por lo que creemos que el punto está probado respecto de su origen, alcances y limitaciones. En pocas palabras, las ayudas propuestas y ejecutadas no fueron más que un asistencialismo a los más necesitados, pues -de hecho- no se mejoraron las situaciones laborales ni la dignidad de la masa trabajadora, la que siguió trabajando casi en condiciones de esclavitud práctica. 

Como una cuestión intermedia, se puede citar que como reacción surgieron varios movimientos que se proponían poner fin a este tipo de explotación laboral como fue el caso del denominado socialismo utópico atribuido a los pensadores de principios del siglo XIX, anteriores al marxismo. Entre los que se destacan:  Robert Owen en Gran Bretaña y a Henri de Saint-Simon, Flora Tristán, Charles Fourier​ y Étienne Cabet en Francia. 

Cabe destacar que sus impulsores se diferencian del socialismo marxista y del anarquismo moderno en que no desarrollaron teoría de la lucha de clases; ya que creían que las personas de todas las clases podían convivir en paz y en armonía, basados en una perspectiva de progreso y confianza en el hombre y la tecnología, bajo la influencia de un cierto humanismo.

Dicho lo que hemos dicho y que queda como antecedente, es nuestra intención pasar a una breve descripción de la DSI, tal como la conocemos y que creemos que una opuesta al asistencialismo y al pobrismo; pues su finalidad no es fomentar el asistencialismo, sino proponer una verdadera “justicia social” tal como lo expresa el papa Pio IX en la encíclica “Quanta Cura” (Con cuánto cuidado) y que critica el materialismo tanto del socialismo como del liberalismo económico. Este documento va a iniciar una serie de más de una docena de documentos papales, tales como: (1)

  1. “Rerum Novarum” (Sobre las cosas nuevas), donde se critica la explotación de los obreros tanto del marxismo como del capitalismo, escrita por el papa León XIII en 1891
  2. “Quadragesimo Anno” (a los 40 años precisamente de la anterior) en 1931, del papa Pío XI, en la que vuelve a confrontar al marxismo al defender la propiedad privada y con el capitalismo pre-Keynes ante la injusta retribución salarial. 
  3. “Mater et Magistra” (Madre y maestra): en 1961, el papa Juan XXIII critica la falta de solidaridad de los países ricos con los más pobres, describiendo el subdesarrollo. 
  4. “Populorum Progressio” (El desarrollo de los pueblos), del papa Pablo VI, en 1967 remarca que la economía está al servicio de las personas y no al revés. 
  5. También el papa Paulo VI le dedicó la encíclica “Octogesima Adveniens” en el 80vo aniversario de la “Rerum Novarum”, en 1971.
  6. “Laborem Exercens” (La excelencia del trabajo) de Juan Pablo II, en su encíclica  que remarca el valor cristiano del trabajo, su dignidad y la importancia de los sindicatos, como el de los portuarios de su Polonia natal, Solidaridad, de Lech Walesa.
  7. “Sollicitudo rei Socialis” (Preocupación social), también de Juan Pablo II vuelve sobre los criterios enunciados “Rerum Novarum” y “Populorum Progressio” sobre el “abismo” de desarrollo entre el Norte y el Sur y sobre las nefastas consecuencias de la deuda externa de los países subdesarrollados. 
  8. “Caritas in Veritate” (La caridad en la verdad), del papa Benedicto XVI, tras la crisis financiera de las hipotecas subprime de 2007/2008, y en la que se reitera la necesidad de fraternidad en el desarrollo económico.
  9. “Laudato si” (Alabado seas), de 2015, y “Fratelli tutti” (Hermanos todos), de 2020, del papado de Francisco enfatiza que la justicia social y la (DSI)  no son creaciones del comunismo o una ocurrencia de un “papa peronista”. Aunque no puedan negarse sus semejanzas con las ideas plasmadas por el presidente Juan Domingo Perón, titulada la “Comunidad organizada” y expuesta como un discurso de clausura para el primer Congreso Nacional de Filosofía en 1949, celebrado en la UNCuyo de Mendoza.

Antes de seguir adelante, creemos que es necesario resumir, al menos, lo principales principios de la DSI:

  1. La dignidad de la persona humana: “La justicia social sólo puede obtenerse respetando la dignidad trascendente del hombre”. Sollicitudo Rei Socialis, n. 47
  2. La primacía del bien común: “El bien común está siempre orientado hacia el progreso de las personas: ‘el orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas y no al contrario’. Gaudium et spes, 26, 3. 
  3. El destino universal de los bienes y propiedad privada: “El derecho de uso de los bienes de la tierra es necesario que se ejercite de una forma equitativa y ordenada, según un específico orden jurídico. Este principio tampoco excluye el derecho a la propiedad privada”. Compendio de DSI, 171-84.
  4. El principio de solidaridad: “Hoy quizás más que antes, los hombres se dan cuenta de tener un destino común que construir juntos, si se quiere evitar la catástrofe para todos.” Sollicitudo rei socialis, Nro 26
  5. El principio de subsidiariedad: “Como no se puede quitar a los individuos y darlo a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria”. Quadragesimo anno Nro  203.
  6. La participación social: ”..igualdad que es el fundamento del derecho de todos a la participación en el proceso de desarrollo pleno”. Sollicitudo rei socialis.
  7. La cultura de la vida y de la calidad de vida: “El hombre está llamado a una plenitud de vida que va más allá de las dimensiones de su existencia terrenal, ya que consiste en la participación de la vida misma de Dios”. Evangelium Vitae, Nro 2
  8. La existencia de la ley moral: “Si no existe una verdad última, la cual guía y orienta la acción política, entonces las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder”. Centesimus Annus, Nro 46.
***

3. A modo de conclusión: Para finalizar y respecto de las similitudes entre la DSI y la ya mencionada conferencia de Juan Domingo Perón, valgan algunas precisiones que tomamos de un texto del Dr, Alberto Buela:

“El peronismo no es un subproducto de la doctrina social de la Iglesia sino que dicha doctrina es la que coincide, en algunos aspectos, con la del peronismo”. (2)

En una cita crítica, el  mismo Buela argumenta:

“La DSI es más un grupo de opiniones según los Papas que un cuerpo de doctrina, mientras que el peronismo posee una doctrina segura y clara. Qué no la lleven a cabo por fallas de sus militantes es harina de otro costal”. 

Como soldado y hombre práctico no estoy en capacidad de entrar en tales sutilezas. Me defino como cercano, tanto a la DSI como al justicialismo expresado en “La Comunidad Organizada”. (3) Y por lo tanto, contrario a toda forma de pobrismo y siempre a favor de toda dignidad humana. 

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Nota:

(1) Nos fue de gran utilidad esta página WEB: https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html

(2) Buela, Alberto. "Algo sobre el peronismo y la doctrina social de la Iglesia". https://www.informadorpublico.com/opinion/algo-sobre-el-peronismo-y-la-doctrina-social-de-la-iglesia

(3) El texto de "La Comunidad Organizada" traducido al ingles: https://espacioestrategico.blogspot.com/2022/10/the-organized-community.html








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