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lunes, 14 de julio de 2014

Narcopolítica.



Cartoneros de un flagelo http://soclauraetcharren.blogspot.com.ar/2014/07/cartoneros-de-un-flagelo.html
Narco Inseguridad. En el poder, las buenas intenciones, no bastan.
Macri, Scioli, Massa y la vía Cobos.

por Laura Etcharren

Narco Maras, Pandillas, Violencia y Pobreza. Página de FacebookCon escalas y bajo la línea de la tergiversación, la última década, ha desembocado en un estado sostenido por las impericias y la Anomia.
Una década que ha tenido tres grandes máximas: la brutal producción de marginalidad, la mayor apertura al narcotráfico, y con ella, la indiscutida perforación del tejido social. Tres situaciones que marcan, a partir de 2011, ya con la consagración del flagelo Narco Mara, la corriente vertiginosa de cosecha cadáveres y desaparecidos en democracia.

Es que la inseguridad, se volvió una herramienta destructiva para el ciudadano de trabajo y de rentabilidad para los sectores de poder que le han dado, a los grupos armados, el territorio, la marginalidad y la omisión connivente. A tal punto, que la misma inseguridad acabó por constituirse, con sus dimensiones, en una esfera de rendimiento que debe, en el oxímoron de la realidad, que “cuidarse”.




Se impone la confusión en el contexto de la mediocridad. Se la programa con jactancia por parte de un oficialismo abúlico y una oposición que, cuando no derrapa y desperdicia su conocimiento, reduce el flagelo del narcotráfico, a la vulgaridad de la ignorancia que ni siquiera, tiene el decoro de callar acerca de lo que no sabe o toca de oído.

Cartonear conceptos de discursos ajenos o contratapas de libros especializados. Caer en clichés con frases apenas hilvanadas. Decir, como si fuese un hallazgo intelectual, “que el narcotráfico es malo”.
Sentarse en los escalones de la ineptitud y desde ahí resonar, casi con estoicismo, con una zaraza de juicios de valor. Tan poco creíbles como Nemo, el pescado de Disney que habla. Sumatoria de consejos al resto de los mortales ante un mercado -el del narco- construido por el poder que nos rifó.


Gobernadores atados

Hasta los gobernados que hoy se perfilan como posibles presidenciales, se manejan al menos, en materia de seguridad, en el déficit de gestión y argumentación. Porque ni Macri puede con la ciudad, ni Scioli, puede con la provincia.

La primera, sitiada por marginales funcionales al narco o bien, enarbolados en la ficción de la inclusión. Marginales colgados de planes que acusan, en el imaginario, el derecho a instalar en el Obelisco, una carpa villera, a la que bautizan carpa digna. Cuando lo cierto es, que la dignidad, es trabajo y para ellos, el trabajo, es tan solo cobrar un plan.

Esa marginalidad que usurpa terrenos y luego, cuando el narco va también sobre esos terrenos, reclama seguridad. Justicia. Cayendo en la aplicación selectiva de la ley cuando la base es: delito por delito. Ellos usurpan, los narcos continúan.

Se suma, al entorno decorado con arbolitos, faroles y bicisendas, en una minúscula emulación de Ámsterdam y París, la cantidad de villas miseria trocadas a narco villas. Y su frustrado intento re localización de personas en riesgo. A los que se los vuelca, sin distinción, en la Villa 31. En Padre Múgica. Desplazando pobreza, marginalidad y violencia que proveniente de la 20. 1-11.14. Y más.

Scioli, por su parte, a pesar de los gestos que no son pocos, como haber declarado acertadamente el Estado de emergencia en seguridad, -teniendo en contra casi por capricho, al Frente para la Victoria y a su propio vicegobernador- se aferra a la creación de una nueva policía cuando sabe que “Goliat”, domina el territorio sin disputa. Y que la nueva policía, para poder salvaguardar a la sociedad, deberá poder cohabitar. Convivir con la policía que ya existe y que ha sabido, en la subdivisión de mala policía, contaminar a la buena.

Es más, el Gobernador, también padece esa misma marginalidad que opaca los deseos estéticos europeos del Jefe de Gobierno de la Ciudad. Característica emblemática, como se escribió al comienzo, de la Década Ganada. Con más villas que sufrieron la penetración de las mafias y barrios condenados al reservorio de individuos buscados en sus países de origen con entrada libre en nuestro país, o exiliados criminales, que adoctrinan menores y en donde se corrompe hasta la leche. Pero se le suma, a la barbarie bonaerense, la célula de la Mara Salvatrucha (MS 13) que opera en La Matanza (Rafael Castillo. San Petesburgo. Puerta de Hierro) y que ahora inició su desplazamiento hacia Morón.

Una provincia atravesada por los Kiosquitos Nacionales y Populares. Esa suerte de bunkers de venta de droga que existen, entre otras cosas, por la permisividad sigilosa de la anomia que permitió la propagación de cocinas.

Countrys y villas testigos de una inseguridad que recluta Narcotráfico y Narcomenudeo.

Cúspide de las mafias y material humano descartable.

Ciudad y Provincia. Macri y Scioli compartiendo los sabores de la migración dialéctica delictiva, con un Massa que asoma, orgulloso de su Municipio. Que intenta diferenciarse aunque termina por caer, en el cartonerismo de la obviedad. Sembrando más lugares comunes alrededor del flagelo que irremediablemente, alguien heredará. Con las mismas impericias, al dibujar en las declaraciones, que los Narcos, son muñequitos de playmobil fáciles de voltear en el corto plazo.


La vía Cobos

Es hasta el momento, el diputado y candidato a Presidente integra el espacio UNEN, Julio Cobos, quien aparece no sólo con un diagnóstico concreto de la problemática de la inseguridad sino que además, transciende el cliché reduccionista de hablar de narco en términos de sustancias.

Cobos, va al fondo del conflicto. Apunta a la génesis. Al trasfondo Narco que es el vinculado, fundamentalmente, con el dinero. Que incluye trata de personas, tráfico de armas.

Ahí hace hincapié y puntúa, en tramos, las alternativas sobre esta problemática que es mundial. Que ha estallado en algunos países, al tiempo que otros la mantienen en estado larval, mientras el resto, hasta el momento, están en proceso de avanzar sobre la misma.

Una decisión política de luchar contra la inseguridad y avanzar sobre el narcotráfico. Eso se desprende de la retórica del Candidato que hoy, en ese aspecto, se muestra como el más sólido y alejado de la venta de velos resolutivos con sólo mover dos piezas.

No deja, Cobos, de lado a la minoridad. Los niños son parte fundamental para trabajar sobre el flagelo porque si los mismos tienen los continentes emocionales y educativos pertinentes, se le recorta, al Crimen Organizado, el instrumento de captación.

De hecho, su paso como vicepresidente del simulacro Nac & Pop, aporto la sensatez que luego, Boudou, convirtió en degradación. Durante su mandato, la inseguridad, estaba contenida. Había implosionado pero persistía, el estado embrionario de Narco Maras.

Con el fin del mandato y ya sin el condimento sensato, el Narco se consagra en Argentina. Estalla. Y con el estallido, comienzan a mostrarse, sin disimulo, las células de carteles que operan en Argentina (Colombianos. Mexicanos. Más la puja paraguaya y peruana). Células que se incrementaron con la formación local hasta construir lo que se perfila como el primer cartel local. “Los Monos” de Rosario.

Todo ello, en el último Gobierno. El de Cristina y Amado. Testigos, patológicamente sinceros, de la cosmovisión de una villa como espacio de "progreso"

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