MI LISTA DE REGALOS PARA LOS REYES MAGOS.

por Carlos Pissolito

Los magos han existido siempre. Y no son los padres. Quiso la tradición cristiana fueran ellos los primeros en homenajear a Jesucristo, como hombre, como rey y como Dios.

Los antiguos siempre les han elevado a ellos sus respectivas listas de regalos.

Aquí va la mía.

Por sobre todo, que las nuevas autoridades electas abandonen toda forma de gatopardismo y que cambien las cosas en serio, especialmente en lo relacionado con:

1. Nuestras fuerzas armadas: para que les devuelvan su orgullo, les den una misión trascendente y  las dejen adiestrarse y equiparse para poder cumplirla. Para que ellas re-adquieran las capacidades militares acordes con una  necesaria disuasión y con una lógica paridad regional a fin de que sigan siendo un instrumento apto para nuestra política exterior.  Que el gobierno no tengan recelos para emplearlas en tareas de apoyo a la comunidad y que les dejen manejar esas operaciones. También, en tareas vinculadas con la seguridad de los argentinos, ya que son una excelente herramienta para reocupar los espacios perdidos en manos del crimen organizado, especialmente del narcotráfico.

También pido:

2. Que nuestras fuerzas armadas retomen el ideal sanmartinano de la excelencia de ser lo que deben ser. Que para ello seleccionen a los mejores para sus puestos de comando, impulsando la franqueza y la lealtad intelectual por sobre la obsecuencia.

3. Que estas fuerzas estudien las enseñanzas de las guerras de hoy y se preparen para las del futuro y que dejen de añorar y prepararse para formas de guerra ya superadas.

4. Que nuestra Fuerza Aérea deje de soñar con disponer aviones de caza como su única prioridad y que comience a valorar a sus aviones de transporte y de formación de pilotos.

5. Que nuestra Armada deje de añorar con tener un portaaviones y que comience las gestiones para obtener un buque de asalto anfibio con cubierta para varios helicópteros.

6. Que el Ejército deje de repotenciar tanques de más de 30 años y que no les servirían para gran cosa en caso de conflicto y, que en su lugar, potencien a sus unidades de infantería ligera, de exploración, de ingenieros de combate y especialmente de logística; que los artilleros acepten que pueden usar morteros y que los comunicantes nos comuniquen.

7. Que sus altos mandos se juramenten para no volver a repetir los errores cometidos por el Proceso Militar en Malvinas, cual es creer que una fuerza puede ser enviada a una misión sin la necesidad de ser apoyada y que puede ser abandonada a su suerte. Es más, que esto mismo se lo exijan así a sus mandantes políticos y que aprendan a decir  que "NO" cuando corresponda.

8. Finalmente, que todos sus integrantes se sientan felices por ser una herramienta útil para la grandeza de su país. También, para que todo superior se haga responsable de sus órdenes y de sus subordinados.  Recordando siempre que su propio honor es la prenda más preciada que posee. Y que esto no es negociable.

Que así sea.