En los momentos de crisis, la idoneidad es más importante que la función que se ejerza tanto más si se superponen.
La realidad es cruel para los que la ignoran.
Cambiar de opinión en tiempo de crisis es fundamental para poder sobrevivir, tanto en crisis políticas como económicas y todas aquellas derivadas.
Carlos E. LAIDLAW (*) - Especial para ESPACIO ESTRATEGICO
El tema es un “problema primariamente político y, por consiguiente, de responsabilidad civil, sobre el cual existe, aparentemente, un desconocimiento acerca de su tratamiento, por la falta de idoneidad, para enfrentar una fase peligrosa de la cual puede resultar algo pernicioso para la entidad, normalmente una Nación, que la experimenta”.
Peligro y Oportunidad |
Ello se justifica porque se ingresa en una fase crítica que equivale a la penetración en un ámbito en el cual reinan, según los casos, la desorientación, la desconfianza, la desesperación reflejadas en la ciudadanía, de no mediar la idoneidad propia de un Estadista o asesores acorde a su función en calidad y cantidad para darle tal significación al Jefe de Gobierno.
La crisis o las crisis (la palabra no tiene plural) tienen un carácter único porque requieren y exigen para salir de ella es imprescindible un verdadero esfuerzo de invención y creación (innovación, tanto mayor cuanto sean las condiciones previas o antecedentes de tal circunstancia, que pueden, por arrastre contingencia, presentar serios problemas políticos, económicos y sociales.
Se caracteriza porque; 1) Se ingresa en una fase crítica que equivale a la penetración en un nuevo ámbito con múltiples consecuencias; 2) Abre un abismo entre un pasado que ya no se considera vigente o influyente y un futuro, donde pueden aparecer otras; 3) Demanda una cuidadosa descripción de las notas específicas de cada componente de la situación que exige proceder a un análisis de ella, dentro de un todo de naturaleza Política y, en particular, impone realizar una explicación de orden causal y sus consecuencias.
En buena parte de ella deben considerarse “lo que en Política se denominan "imponderables", que son aquellos hechos que surgen imprevistamente y que por esta causa no se pueden medir o calcular”, especialmente cuando surgen una vez iniciada la gestión, tal como la epidemia del coronavirus, que se presentó con posterioridad, sobreponiéndose a una crisis heredada sobre otra y generando una “crisis compleja”.
En tal situación impone al Jefe de Gobierno considerar ambas como una sola, de mayor magnitud pero con la sumatoria de factores por su incidencia en el Desarrollo Nacional, que exige redoblar la capacidad para tomar decisiones de acuerdo con la realidad.
Y, en este punto, está la esencia política de las crisis complejas, en la cual coloca a la Nación en una recuperación incierta y en la cual se pone a prueba la organización del Gobierno (Administración Pública Nacional: APN), en función de la cantidad de sus ministerios y sus respectivas organizaciones internas, de acuerdo con la Teoría o Teorema de Graicuna (ver https://mapadelestado.jefatura.gob.ar/datos.php) en el cual se pude determinar la organización de la ANP y un detalle de un ministerio (ver https://mapadelestado.jefatura.gob.ar/organismos.php), sin considerar los empleados de cada elemento orgánico.
El mencionado Mapa de la Administración Nacional de la Jefatura de Ministerios, un trabajo excelente, expresa con detalle los cargos directivos y apellidos de las personas que lo ocupan de acuerdo con los símbolos que figuran a la derecha, en especial el “organigrama escalar” destacado cada una de las reparticiones y ministerios con cargos directivos, contrario a la Teoría de Graicuna
La cantidad excesiva de personal de la actual organización no solamente complica el funcionamiento de la conducción política, sino que produce un gasto extraordinaria que incide en el Presupuesto Nacional generando graves consecuencias macro económicas que inciden sobre la economía por el costo del mismo que es necesario enfrentar, a costa de necesidades más importantes.
Tal circunstancia da origen a la impresión de moneda en forma excesiva para atender necesidades sociales, con su conocida consecuencia, la inflación, principal causa de las crisis nacionales, en los últimos 40 años, que es el impuesto que más afecta a los pobres.
Este es el momento de tener en cuenta los aspectos parciales de una crisis compleja:
1. La crisis compleja política ponen en evidencia una coyuntura complicada en el marco del proceso político de una coalición que ganó una elección general. Como tal, ella es un proceso donde se altera el normal funcionamiento del sistema político y de las relaciones entre los actores políticos que lo componen, produciendo divisiones en las acciones a tomar para tener un mayor Poder, circunstancia que genera momentos de incertidumbre e inestabilidad institucional. Hasta aquí la política interna.
La crisis compleja política internacional, por su parte, de especial importancia, se refiere a la carencia de equilibrio en el orden político internacional y tiene lugar cuando el Estado se aleja en sus relaciones diplomáticas de los países democráticos y se asocia con países autoritarios, normalmente de izquierda, en el contexto del Grupo de Puebla, que gravita sobre la economía y el desarrollo nacional, al evitar inversiones internacionales para solucionar la crisis económica
2. La crisis compleja económica es una situación prolongada de recesión económica, antigua y contingente, con sus efectos asociados de desempleo, cierre de empresas y descenso del consumo y de la inversión de recursos escasos, especialmente cuando existen dos monedas en actividad: el dólar y el peso, dando origen a la ausencia de una moneda nacional, que afecta gravemente su soberanía y ejerce gran influencia en varios de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU, tales como: (Ver https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/)
3. La crisis nacional del empleo, “trabajo decente y crecimiento económico”, (Uno de los Objetivos de Desarrollo Sustentable) es uno de los riesgos más grandes para la seguridad en estos tiempos. De seguir este rumbo se corre el riesgo de tener un país más fragmentado, proteccionista y confrontado.
“La persistente escasez de oportunidades de trabajo, por insuficientes inversiones y bajo consumo provocan una erosión del contrato social sobre el cual se asientan las sociedades democráticas según el cual el progreso debe beneficiar a todos”.
Lamentablemente el coronavirus produjo un manifiesto descenso del mismo, con sus consecuencias: pobreza de una importante parte de la población e indigencia.
4. La crisis de una “educación de calidad” (otro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable
esta referida a aquellas situaciones en que una institución o sistema es incapaz de cumplir sus fines o de dar respuesta a los nuevos fines que caigan dentro su ámbito de responsabilidad, hasta el punto de que ello implica una pérdida de legitimidad porque se refiere a una crisis de valores y conocimientos para lograr la mencionada idoneidad, razón por la cual debe abocarse a una reestructuración imprescindible para satisfacer, al mismo tiempo, las necesidades insalubres que produce el COVID-19. La ideología de los gremios agrava la situación educativa
Caso contrario debe pensarse en su desaparición o, ineludiblemente, a una sustitución por otra alternativa adecuada a las exigencias señaladas
En síntesis, las crisis complejas nacionales constituyen una coyuntura difícil en el marco del proceso político porque alteran o rompen el normal funcionamiento del sistema político y las relaciones entre los actores políticos y sociales que lo componen, produciendo, durante un determinado periodo de tiempo, momentos de incertidumbre e inestabilidad institucional.
Por eso los chinos escriben la palabra “crisis” con su sinograma: 危机 (Wei Ji), dos caracteres, donde Wei, significa “peligro” y Ji, significa “oportunidad”, que explica sabiamente la naturaleza de la misma y la conveniencia de tiempo y lugar, propia de un Estadista, a quien compete la Administración de un Estado, en una crisis compleja, que comienza con su organización
(*) General de división (R) del Ejército Argentino
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