As I Please
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por Martin van Creveld
¿Alguien piensa que las computadoras pueden tener miedo?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar ambición?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar ira?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar avaricia?
¿Alguien cree que las computadoras pueden saber qué es la belleza?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden tener confianza?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden tener conciencia?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar satisfacción?
¿Alguien cree que las computadoras pueden saber qué es el coraje?
¿Alguien piensa que computar puede ser algo curioso?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar desesperación?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar decepción?
¿Alguien cree que las computadoras pueden soñar?
¿Alguien piensa que computar implica hacer un esfuerzo?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden sentirse eufóricas?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden emocionarse?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar frustración?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden divertirse?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar la generosidad?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden llegar a los objetivos que quieren alcanzar?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar buena voluntad?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar culpa?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar la felicidad?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden odiar?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden dudar?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar esperanza?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden ser humanas?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar alegría?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden amar?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden hacer cualquier cosa a propósito?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar dolor?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar lástima?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar arrepentimiento?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden relajarse?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar la responsabilidad?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden estar tristes?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden tener sentido del humor?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden ser serias?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar tristeza?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden ser tercas?
¿Alguien piensa que los cálculos pueden sufrir?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar sorpresa?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden experimentar el terror?
¿Alguien cree que las computadoras pueden saber lo que significa estar cansado?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden saber lo que es una sensación de asombro?
¿Alguien piensa que las computadoras pueden preocuparse?
Y no olvidemos la adoración, el cariño, el asombro, la avaricia, el asombro, el aburrimiento — y de ningún modo las menos importantes del lote—, tales como la camaradería, la competitividad, la repugnancia, la vergüenza, la empatía, la irritabilidad, la amistad, el honor, la laboriosidad, el anhelo, el masoquismo, el placer (¡el placer!), la posesividad, el respeto, la tranquilidad y sus opuestos, la inquietud, la repugnancia, el sadismo, la satisfacción, la pereza, la simpatía, la confianza, la adoración y muchos otras también. Junto con muchas otras, estas capacidades controlan nuestro pensamiento. Parafraseando a Nietzsche, no es la razón la que controla nuestras emociones. En cambio, todo lo que hace es encontrar excusas más o menos débiles para ellas.
Por mucho que nuestra comprensión del mundo se haya expandido, cómo lo que originalmente era mera materia muerta (principalmente oxígeno, carbono, hidrógeno y nitrógeno) y alguna vez adquirió estas y otras cualidades similares es un misterio. Uno cuya solución no está ni un ápice más cerca de lo que estaba, digamos, hace cincuenta mil siglos, cuando todavía vivíamos en grupos familiares extensos esparcidos por la sabana. Y es probable que siga siéndolo durante algún tiempo. Ahora dénle la vuelta a la idea. Supongamos que, usando productos químicos, electrodos, un bisturí o alguna combinación de todos estos, logramos extirparlos y eliminarlos de nuestra mente. ¿Qué quedaría?
Lo han adivinado: simplemente una computadora.
Traducción: Carlos Pissolito
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