COMENTARIO: El lento pero inexorable vuelco de las sociedades europeas hacia posturas cada vez más alejadas de lo "políticamente correcto" se está manifestando desde los lugares más insospechados. En este caso Joaquín Sabina, situado públicamente a la izquierda de la izquierda. Es que en Europa, tras la invasión musulmana están despertando a la realidad. La actual división de las sociedades no es entre las izquierdas o las derechas. La línea divisoria corre entre corrupción o anticorrupción; los que defienden nuestra civilización madre o los que intentan destruirla; los que defienden a la persona y los que intentan convertirla en un "bien de mercado"; los que defienden la existencia del Estado basado en la herencia romana (familia, religión, propiedad privada y fuerzas armadas) y los que quieren la anarquía destruyendo esas bases; los que creen que el hombre está en el mundo para algo más allá de la simple materia y los que piensan que se está para satisfacer las necesidades que surgen del estómago para abajo.En resumen, los que defienden la dignidad humana y los que la desconocen radicalmente. Y esa disyuntiva corre también para nosotros los argentinos.
El cantante cree que "no hay otra manera" de terminar con el autoproclamado califato, que ha matado casi 2.000 personas en menos de año y medio.
Joaquín Sabina, que esta misma semana presenta por primera vez una serie de pintura con su firma, ha justificado el envío de tropas contra el Estado Islámico en Siria e Irak: Es más necesario que nunca. En la Segunda Guerra Mundial había que hacerla contra Hitler y ahora contra los yihadistas".
El cantante, que en el año 2003 participó en un concierto de la Plataforma Cultura contra la Guerra, cree que el despliegue de tropas "es la única solución". "No se van a enviar soldados por la enorme cobardía de los grandes imperios que no quieren volver con ataúdes, pero no hay otra manera".
En declaraciones para el XL Semana, Sabina ha reconocido que "sólo ha votado una vez y fue contra la OTAN" a pesar de haber apoyado campañas como la de Zapatero y, más recientemente, Luis García de los Monteros. Con respecto a la situación actual, el cantante reconoce que el Congreso se ha convertido "en un circo" y asegura que tiene "mucho respeto por los votantes de Podemos, pero no me gustan sus dirigentes".
La deriva soberanista en Cataluña también ha tenido un hueco en la agenda de Sabina, que califica la situación como "preocupante": "A estas alturas del siglo XXI estamos hablando de los viejos nacionalismos, sin tener en cuenta las trágicas consecuencias de los Balcanes. Me parece una cosa tan loca y tan irracional que no me entra en la cabeza".
Estas declaraciones de Sabina no lo convierten en un Tertuliano, pero son un síntoma de lo profunda que se está haciendo "la grieta", como diría Lanatta. (JE Garcia-Perez)
El cantante cree que "no hay otra manera" de terminar con el autoproclamado califato, que ha matado casi 2.000 personas en menos de año y medio.
Joaquín Sabina, que esta misma semana presenta por primera vez una serie de pintura con su firma, ha justificado el envío de tropas contra el Estado Islámico en Siria e Irak: Es más necesario que nunca. En la Segunda Guerra Mundial había que hacerla contra Hitler y ahora contra los yihadistas".El cantante, que en el año 2003 participó en un concierto de la Plataforma Cultura contra la Guerra, cree que el despliegue de tropas "es la única solución". "No se van a enviar soldados por la enorme cobardía de los grandes imperios que no quieren volver con ataúdes, pero no hay otra manera".
En declaraciones para el XL Semana, Sabina ha reconocido que "sólo ha votado una vez y fue contra la OTAN" a pesar de haber apoyado campañas como la de Zapatero y, más recientemente, Luis García de los Monteros. Con respecto a la situación actual, el cantante reconoce que el Congreso se ha convertido "en un circo" y asegura que tiene "mucho respeto por los votantes de Podemos, pero no me gustan sus dirigentes".
La deriva soberanista en Cataluña también ha tenido un hueco en la agenda de Sabina, que califica la situación como "preocupante": "A estas alturas del siglo XXI estamos hablando de los viejos nacionalismos, sin tener en cuenta las trágicas consecuencias de los Balcanes. Me parece una cosa tan loca y tan irracional que no me entra en la cabeza".
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