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jueves, 4 de agosto de 2016

Carta a un militar que combatirá el narcotráfico.

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Escribe: Comisario Claudio Kussman – Preso Político Argentino

Estimado soldado que combatirá el narcotráfico:

Tengo primeramente y ante todo que expresarle mis condolencias. Usted ingresó a la fuerza para otro tipo de enfrentamientos, mucho más francos como es la guerra. Ahora pasará a desempeñarse como policía en un mundo muy complicado. Tan complicado que en esta “guerra” en donde no hay ejércitos que enfrentar, llega a afectar hoy muy seriamente el futuro de la humanidad. La no existencia de ejércitos oponentes hace que yo no comprenda para qué los convocan. De todas formas le diré que “la calle” es un territorio muy difícil, complicado y con muchas variantes, en donde casi siempre uno finalmente es el perdedor. En donde por mejor que actúe siempre habrá suspicacias. Si no lo cree, mire a sus pares de otras épocas, hoy sufriendo y muriendo en las cárceles del país ante la total indiferencia de quienes hoy lo enviarán a ustedes a transitar por las mismas calles que transitaron ellos en el pasado.



DE LOBOS Y CORDEROS

Posiblemente sus jefes, como en el pasado,  harán interesantes cursos, recibirán floridos diplomas, que podrán exhibir con orgullo, pero para conducirlos con cierta seguridad e idoneidad les faltará “la calle”. La real, la que enseña y golpea a través de años de trabajo. A la que se llega a conocer solo con juventud y desde las bajas jerarquías. La que impone un verdadero equilibrio ecológico, eliminando a través de la permanente labor a los débiles y los menos aptos. La que no respeta la mejor oratoria que se pueda tener, ni el mejor uniforme ni la mejor arma. Yo pude verlo en la década de los trágicos años 70, en donde los miembros de su fuerza y muchos de la mía creyeron que la cosa era fácil y que estaban en una sociedad de corderos, a los que había que salvar y que estos siempre los apoyarían y admirarían. No percibieron que debajo de la piel había verdaderos lobos. Así por reflejo también fuimos arrastrados los policías y cuanto ex uniformado anduvo suelto en los años 70, partícipe o no de la “salvación de la patria”.

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LO PEOR DEL SER HUMANO

Prepárese a enfrentar todas las pasiones y debilidades y también habilidades humanas… al servicio del mal. La ambición, la mezquindad, el miedo, la traición, la mentira, el sexo, los vicios y el dinero por toneladas, todo en manos de depredadores que, tanto en las calles como en los despachos del poder, dominan el territorio en el cual ustedes van a ingresar. Por vocación, como otros muchos, tuve oportunidad de trabajar siempre en la calle, como asimismo con la DEA, e incluso de ser becado en EEUU; cumplí lo mejor  que pude junto a otros policías pese a lo cual HOY ELLOS Y YO ESTAMOS EN PRISIÓN CULPABLES O NO, ANTE LA INDIFERENCIA E HIPOCRESÍA DE LOS MANDATARIOS DEL PRESENTE. Mientras que otros ex uniformados, empresarios, sindicalistas, funcionarios judiciales, etc., verdaderos responsables, gozan de buena salud y libertad. Sé que lamentablemente lo que le cuento sobre mi experiencia no le sirve, ya que ésta no se trasmite. Pero por lo menos a partir del momento en que comience a actuar documente cada instante de su vida y labor. Hoy existe la tecnología para ello. Si sobrevive, y cada día logra regresar al hogar, le podrá servir a futuro cuando en “agradecimiento” los lobos le pidan explicaciones, sobre lo que hizo por otros. O SI LO PREFIERE, POR SU PATRIA.

Muy sinceramente le deseo que la suerte lo acompañe.

“¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?”. Henry George (1839-1897).

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