Malvinas: Relatos de héroes y villanos.

ARGENTINA TIENE HÉROES I.

El Soldado Oscar Ismael Poltronieri, quien siendo operador de una ametralladora del Regimiento de Infantería 6, desplegado en el Mte Dos Hermanas. Cubrió con su acción el repliegue de todos sus compañeros hacia zonas más seguras.


Posteriormente, cuando se lo daba por muerto, guió un contraataque contra la Guardia Escocesa que asaltaba Mte Tumbledown.

Recibió la máxima condecoración que otorga nuestra Nación: “La Cruz al Heroico Valor en Combate” y es el único soldado conscripto vivo que ha tenido este honor desde el Siglo XIX.

Sus acciones no pasaron desapercibidas para sus enemigos, quienes fueron los que, precisamente, lo recomendaron para recibir tan alta condecoración.

Siendo casi analfabeto, luego de la guerra, intento suicidarse, vendió baratijas en los colectivos y trabajó de remisero. Actualmente, se agente civil del Ejército en el Hospital Militar de Campo de Mayo.


En los colegios de nuestro país los alumnos no lo conocen. Como sí conocen y nombran a tantos falsos héroes del deporte y de la farándula.


                                                                            +++


ARGENTINA TIENE HÉROES II.

No todos lo héroes argentinos vistieron uniforme ni tuvieron que empuñar una ametralladora, volar un caza o sumergirse en un submarino debajo de la flota enemiga.
Algunos de ellos no se sacaron ni el saco ni la corbata para jugar el mortal juego de los espías. Sus armas fueron, sus ojos, su memoria y su astucia.

Uno de ellos Horacio Calderon viajó a tierras lejanas para conseguirnos armas para librar la batalla desigual. Los famosos y necesarios misiles aire-mar Exocet. Bien conocidos y temidos por nuestros enemigos.

Sucede que cuando un país va a la guerra lo hacen con todos sus ciudadanos. Los de uniforme y los que no lo visten. Cada uno aportando sus capacidades para la lucha.

También ellos, cuando regresaron no los esperaba una banda militar y fueron ocultados de su gente. Aún más, él no tuvo el consuelo de sus camaradas de armas, pues había combatido en soledad.

Tampoco fueron recordados ni condecorados. Como Horacio que hoy no dispone, siquiera, de una mísera jubilación en compensación por aquellas andanzas memorables.


                                                                                  +++


ARGENTINA TIENE HÉROES y VILLANOS III.
Como lo decía Ringo Bonavena cuando subís a un ring hasta el banquito te sacan.

Tal fue el caso de la Argentina cuando decidió recuperar las Islas Malvinas.

Por supuesto, hubo quienes nos boicotearon. Son bien conocidos los casos de los EEUU y de Chile. El primero, lo hizo después de mediar y tratar de evitar el conflicto para terciar, finalmente, por la Gran Bretaña y proveerla de todo el apoyo logístico militar que necesitaba para ganar la guerra.

El segundo, lo hizo por temor hacia nosotros y en defensa de sus intereses nacionales. Y nos obligó, a nosotros, a un costoso despliegue preventivo en nuestra frontera oeste.

Ilusos nosotros, si creíamos que hubieran echo otra cosa.

También, nos apoyó, a su manera, la Unión Soviética, Cuba, Libia y especialmente el pueblo hermano del Perú que se ofreció, incluso a pelear junto a nosotros.

No podemos ni debemos olvidar la abstención española en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU. Una puñalada trapera que, tampoco, supimos anticipar.

Menos conocida, aunque mucho más importante, es la actuación funcional a la Gran Bretaña de la República Oriental del Uruguay, sede de su acción psicológica y diplomática contra nosotros.

Aún menos conocidos son la pequeños esfuerzos de empresas extranjeras que nos habían vendido armas y que querían que estas funcionaran, tal fue el caso de firmas francesas, alemanas e israelíes.

Por supuesto, que hubo villanos vernáculos como los comandantes del Proceso Militar que desalojaron, rápidamente, a Galtieri e iniciaron el proceso de desmalvinización que dura hasta nuestros días. Pronto, bien aprovechado por una legión de políticos, intelectuales y periodistas locales.

Debajo de todos ellos estuvo, siempre, el pueblo fiel. Quien, aunque engañado y desengañado, no abandonó nunca a sus verdaderos soldados.

P.D: Seguramente que lectores más avisados que este autor podrán aportar mayores datos de los hechos vertidos aquí.