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domingo, 16 de septiembre de 2018

EEUU: El Estado Profundo habla.

traditionalRIGHT   http://www.traditionalright.com/author/wslind/








por William S. Lind


Resultado de imagen para deep stateEn un instantáneamente famoso artículo de opinión anónimo publicado en New York Times del 6 de setiembre, “La silenciosa resistencia interna al gobierno de Trump”, el Estado Profundo hizo escuchar su voz. Cualquiera que dude de su existencia puede ir dejando sus dudas a un costado. El artículo sobre el Estado Profundo es el equivalente a la zarza ardiente y a una voz que proclama: “Soy el que soy”.

El núcleo de la editorial se encuentra en su primer y segundo párrafo:



“... muchos de los funcionarios de alto rango del gobierno (del Presidente Trump) están trabajando diligentemente desde adentro para frustrar temas de su agenda…”

“Como lo se, soy uno de ellos.”

El artículo de opinión contiene más y menos de lo que se ve a primera vista. Puede ser que shokee al ciudadano medio el pensar que miembros del gobierno trabajen en contra de la agenda del presidente, pero cualquiera que haya trabajado en Washington sabe que esto pasa todo el tiempo. Y no solo los presidentes, los senadores, los congresistas, los miembros del gabinete, los comandantes militares y cualquier funcionario de alto rango que tenga un staff sabe que ellos tienen su propia agenda. Ellos trabajan para sus propias agendas cuando pueden, incluyendo cuando ésta está en conflicto con la agenda de la persona para la cual trabajan. Es tan común que se ha convertido en una forma de conducta institucional, conocida como la Ley Ramkovic (1): Es más fácil para un subordinado controlar a su superior que para un superior controlar a sus subordinados. El artículo anuncia de que hay una facción en el gobierno de Trump que trabaja contra temas de la agenda que van contra lo establecido, pero es algo que ya se ha visto antes.

También, son poco sorprendentes las revelaciones de que esta facción está tratando de promover políticas del establishment republicano como desregulaciones, bajas de impuestos y más presupuesto para el Pentágono y que se opone a las políticas populistas que llevaron a que Trump fuera electo. Mucho de lo que pasa en Washington es un esfuerzo por subvertir la voluntad popular. Aquellos que los pueden hacer con éxito en nombre de los intereses monetarios muchas veces se hacen muy ricos.

Esto nos lleva a lo que el artículo tiene de sorprendente, sorprendente no porque no lo hayamos sospechado antes, sino porque el Estado Profundo se siente, ahora, lo suficientemente confiado como para decirlo abiertamente.

Tomemos la política exterior: en público y en privado, el Presidente Trump muestra sus preferencias por autócratas como el Presidente Vladimir Putin de Rusia y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un…

Observadores astutos han notado, sin embargo, que el resto del gobierno está operando en otra senda, una en la que países como Rusia son considerados intervencionistas y que deben ser castigados como corresponde...

El artículo de opinión continúa hablando del Estado Profundo con aprobación, hasta el punto de alardear sobre ello:

“El (Presidente Trump) se quejó por semanas sobre funcionarios de alto nivel de su staff
que lo dejaban mal parado frente a una futura confrontación con Rusia y expresó su frustración de que los EEUU continuaran imponiendo sanciones a ese país…

Pero, su equipo de seguridad nacional sabía lo que era mejor -que tales acciones eran necesarias- para hacer responsable a Moscú.”

Aquí está la importancia del artículo, no en lo que revela sobre el Presidente Trump, pero sí en lo que dice sobre el Estado Profundo en sí mismo, mayormente que promueve conflictos internacionales innecesarios y contraproducentes. Estos conflictos justifican el trillón de dólares destinados al presupuesto de la “seguridad nacional” del cual el Estado Profundo se alimenta, provee los escenarios por los cuales “el equipo de seguridad nacional” construye sus carreras y su poder y distrae al público de las lamentables bajas actuaciones de nuestras FFAA contra las amenazas reales, como las guerras de 4ta Generación y la entidades que las libran. Esto es, en breve, pan para el establishment y circo para los ciudadanos.

El artículo busca pintar un cuadro de un valiente grupo de prudentes funcionarios manteniendo una peligrosa lucha contra un presidente medio loco. Lo que, en realidad, retrata es una banda de intereses corruptos que alimentan al status quo saboteando a un presidente que busca mejorar las relaciones con Rusia y con Corea del Norte, evitando guerras innecesarias (probablemente, excepto con Irán) y que pone a los EEUU primero. El artículo debería, como lo intenta, dejar a los norteamericanos asustados no frente a un maniático en la Casa Blanca, sino frente a un Estado Profundo, tan confiado en su propio poder e impunidad, que hace pública una verdad que antes trató de ocultar: que el Estado Profundo, no la gente elegida por el pueblo, es quien gobierna al país.

Traducción y Notas: Carlos Pissolito.

Notas:

(1) Aleksandar Ranković, "Leka"  fue un político comunista yugoslavo de origen serbio considerado el tercer hombre más poderoso de la Yugoslavia socialista después de Josip Broz Tito y Edvard Kardelj. Después de la 2da GM  desempeñó los cargos de ministro de Interior y de presidente de la OZNA (agencia de seguridad) y la UDBA (policía secreta).

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