Primero, un saludo a todos los abogados

COMENTARIO: A solo un día de la elección presidencial de los EEUU. Una que promete hacer historia. Y en la que diversos analistas han planteado todo tipo de escenarios. Los que van desde alteraciones leves en su desarrollo hasta catastróficos.

Traemos una nota del diario financiero WSJ que, al menos, plantea y reconoce que ya se está librando una sorda guerra legal en torno a ella.

Si la sangre llegará al río. No lo sabemos. Sin embargo, si se puede apreciar que este solo hecho. No sólo puede disparar y anticipar otros mayores. Creemos que por sí sólo garantiza una elección no del todo tranquila. 

Lo que tendrá varias derivaciones. Creemos que la más evidente e inmediata será un golpe a la calidad institucional de los EEUU. Lo que tendrá varios efectos que afectarán a todo el mundo. Entre ellos, por la particular situación de la Argentina y su dependencia de la moneda norteamericana, creemos que lo señalado puede afectar su cotización global.  

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 Primero, un saludo a todos los abogados

 https://www.wsj.com/articles/first-hail-all-the-lawyers-11604011682?mod=e2tw

 

 por Kimberley A. Strasse

Durante los siguientes 4 días, la carrera de 2020 es "Donald Trump contra Joe Biden". El 3 de noviembre la carrera, posiblemente, se convierta en: "¿Podría ganar el abogado más astuto?"

Quizás Biden obtenga una victoria asombrosa, como prácticamente todo el mundo de la prensa predice y reza. Tal vez Trump sorprenda a los competidores, como insisten algunos de sus partidarios. Sin embargo, con los promedios de votación de “RealClearPolitics” en los Estados de resultado disputado que se ajustan a lo impredecible, como en el 2016, esta elección parece tener el filo de una navaja. Y con los Estados y los tribunales modificando —y alterando— las pautas sobre cómo se contarán las boletas, parece posible que la clase política ganadora se haga cargo, rápidamente, del presente.

Para los seguidores de Biden, generalmente, conocidos como el 5to poder, el candidato demócrata cuenta con un equipo legal que puede poner en desgracia a Clarence Darrow, Thurgood Marshall y a Cicerón. La "sala de guerra legal" de Biden "se asegurará de que las elecciones se administren correctamente y de que los votos se cuenten con precisión" y de "luchar contra la supresión de votantes en las urnas", comentó el “Related Press”. La operación de Biden, “el programa de seguridad electoral más importante en la historia de la campaña de marketing presidencial”, consiste en que ex abogados normales (Donald Verrilli, Walter Dellinger), en  abogados estrellas designados por Obama (Bob Bauer, Eric Holder), en titanes del triunfo democrática (Marc Elias ) y en "toneladas de abogados" lectores  del “New York Times”.

En medio del bullicio, no queremos saber que la tropa republicana ha sido más grande que la que mantuvo a su gente en oposición a la avalancha de litigios preelectorales diseñados para variar los principios y ofrecer una ventaja a los demócratas. La izquierda y los medios ignoran que el Partido Republicano se percató del mal enfoque sobrelos peligros de una negligente despreocupación. Es difícil encontrar un abogado conservador sin un recuerdo abrasador del 2008-09, cuando representaban a un tipo gracioso llamado Al Franken y lograron quitarle al senador Norm Coleman su banca de Minnesota. Los republicanos se han preparado mejor desde entonces. Y están muy listos en este momento.

El principal operador de Trump es Justin Clark, quien en 2016 desempeñó una función clave sirviéndolo para elaborar relatos y alinear a los delegados. La junta asesora legal de Trump incorporó a una serie de abogados estatales exigentes y su lista personal de estrellas, desde Ed Meese hasta Harmeet Dhillon y Leonard Leo. También, ha alineado a un pelotón de abogados y observadores de elecciones y que ya se han desplegado en los 50 Estados.

La parte principal del trabajo de este grupo, las pautas electorales, está casi terminada y, posiblemente, alcance los objetivos propuestos. No podría estar orgulloso de las órdenes confusas del expediente de la Corte Suprema del miércoles que permitieron que Carolina del Norte, simplemente, aceptara boletas en ausencia antes de la fecha límite legal. Al mismo tiempo, defendió de manera eficiente la implementación de los plazos de las encuestas estatales en Wisconsin y en Michigan. Desestimó una demanda de los demócratas de Minnesota que buscaban un lugar más favorable en las boletas estatales. Volvió a vencer a los demócratas de Texas en su intento de imponer el voto universal por correo. Persuadió a los tribunales de Minnesota y de Pensilvania para que rechazaran la recolección de votos. La gran cantidad de esfuerzos demócratas para modificar los principios —en los plazos, en la votación en los locales, en el envío por correo de las urnas, en la obligación de usar barbijo para votar — es alucinante. Simplemente mantenerlo ha sido un logro.

La segunda sección llega el día de las elecciones, porque el Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés), por primera vez en una elección presidencial desde 1980, envía observadores para las boletas electorales y para las salas de escrutinio en los 50 Estados. En 1982, el RNC (siguiendo algunos hábitos genuinamente espeluznantes dentro de la elección para gobernador de Nueva Jersey en 1981) firmó un decreto de consentimiento con una sala de tribunal para no tener interacción en la observación de las boletas. El decreto expiró en 2017 y los miembros del RNC y Trump se han estado preparando desde entonces. Las pautas de observación de boletas varían según el Estado, por lo que la campaña de marketing ha invertido dinero y tiempo en reclutar y capacitar a trabajadores y a voluntarios que documentarán que los oficiales electorales están siguiendo los principios y que las boletas se cuentan y se clasifican de manera adecuada.

Los demócratas tienen una interacción cercana con las boletas al observar cada ciclo y la medida de cuán furiosos están de que el Partido Republicano llegue a funcionar de  igual forma, es la avalancha de historias en los medios que predicen la "intimidación" de los encuestadores de Trump en el campo electoral. No lo compre; la etapa actual de hostilidad demócrata hacia los votantes de Trump sugiere que cualquier intimidación fluirá en esa ruta como una alternativa. Sin embargo, cuente con que los ejércitos de observadores electorales, sin precedentes en la medición, en cada lado, para informar una letanía de irregularidades reales o percibidas a los grupos autorizados de sus respectivas campañas.

Y ahí es cuando, realmente, comienza lo agradable. Algunos Estados disputados, por ejemplo, como Arizona, adoptaron sus pautas y es posible que tengan un resultado aceptable al final de la noche. Sin embargo, los grupos legales se están preparando para el caos en los Estados donde se han modificado los principios. El miércoles, los abogados presentarán decenas de quejas sobre irregularidades, recuentos y pilas de boletas que deben recontarse. En Pensilvania, los principios son tan inseguros que los funcionarios están separando las boletas obtenidas después del día de las elecciones, entendiendo que los jueces, también, podrían determinar su destino final, probablemente, semanas después del cierre de las urnas.

Esa es una receta para una batalla legal que no se parece a ninguna que se haya visto en la historia electoral estadounidense y su resultado final puede no tener nada que ver con los candidatos, sus agendas o las arcas de sus respectivas campañas de marketing. Probablemente, lo será, completamente, en lo que respecta a los abogados. Así que vaya a votar, hágase oír. Entonces, esperemos que los niveles de legalidad solo sean una de las facetas de la cuestión.

Traducción: Carlos Pissolito