por Carlos Pissolito
En referencia al conflicto -el de Rusia contra Occidente- y que ocupa las mentes de casi todos los analistas militares, hoy por hoy, las quaestiones disputatae o preguntas difíciles deberían ser las siguientes:
1ro ¿Quién de los contendientes se preparó mejor para la contienda?
2do A casi un año de su inicio formal, ¿a cuál de ellos le quedan más restos para ganarla?
Comenzando en orden inverso, sabemos como ya lo planteamos que el teniente general Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las FFAA Ucranianas, declaró ante la revista británica especializada en economía “The Economist” (An interview with General Valery Zaluzhny, head of Ukraine’s armed forces | The Economist) en su edición del 15 de diciembre del 2022, que: "Necesito 300 tanques de batalla principales, 600/700 vehículos de combate de infantería y 500 piezas de artillería".
Lo que en términos reales puede traducirse en que Ucrania requiere de un nuevo ejército para seguir sobre el ring; pues el que tenía ya ha sido destruido por los rusos. Se trataba de uno equipado con los viejos tanques de diseño soviético, pero éste ya no existe más, aunque haya sido reforzado por material de origen ruso provisto por las repúblicas exsoviéticas. Para tener una idea de la magnitud del material afectado en esta primera etapa del conflicto veamos la siguiente tabla:
- 50 vehículos de combate de infantería Bradley con 500 misiles antitanque TOW y 250.000 proyectiles de 25 mm,
- Un número no determinado de vehículos blindados de la familia Striker,
- 100 vehículo de transporte blindado M113,
- 55 vehículos pesados MRAP,
- 138 vehículos ligeros HMMWV,
- 18 obuses autopropulsados de 155 mm y 18 camiones tractores,
- 70.000 proyectiles de artillería de 155 mm,
- 500 proyectiles Excalibur de 155 mm,
- 1.200 proyectiles de 155 mm de sistemas remotos de minas antitanque (RAAM),
- 36 obuses remolcados de 105 mm y 95.000 proyectiles de artillería de 105 mm,
- 10.000 proyectiles de mortero calibre 120 mm,
- 18 lanzadores HIMARS,
- Municiones para los lanzacohetes HIMARS,
- Misiles antiaéreos RIM-7 Sea Sparrow,
- 4.000 cohetes no guiados Zuni,
- Alrededor de 2.000 misiles antitanque,
- Una batería antimisil Patriot,
- Fusiles de francotirador, ametralladoras y municiones.
Por su parte, el Reino Unido ha prometido lo siguiente:
- 4 helicópteros de ataque Apache (lo que ha sido puesto en duda por algunos MCS),
- 14 tanques Challenger 2,
- 30 Cañones autopropulsados SPG AS90,
- 200 vehículos blindados a rueda.
A su vez Alemania está renuente a entregar 12 tanques Leopard 2 y ha puesto como condición que los EEUU, por su parte, agreguen a su paquete de ayuda sus tanques Abrams M1 A2. A lo que se suman:40 vehículos de combate de infantería Marder BMP, 3 baterías antiaéreas Iris-T con sus 3 radares TRML-4D y una batería Patriot.
Francia: 40 blindados a rueda AMX-RC 10.
Canadá: 200 vehículos blindados Senator y sistemas NASAMS de defensa aérea.
Polonia: 14 tanques Leopard 2.
República Checa: 25/30 cañones autopropulsados SAU Dana-M2.
Estonia: 20 cañones de artillería remolcados.
Suecia: 50 Vehículos de combate de infantería CV-90 BMP y 12 obuses autopropulsados Archer SPG.
Dinamarca: Un número indeterminado de cañones autopropulsados SAU Caesar.
Finalmente, en lo que pone en evidencia la desesperación de la OTAN, ha trascendido que el Comando Sur de los EEUU está tratando de recolectar el poco y viejo armamento de origen ruso/soviético que pudiera existir en los arsenales de la América del Sur.
Como dijera Jack El Destripador vamos por partes, ya que hay mucha tela para cortar.
- Relacionado con la entrega del material: el transporte de este material, en su mayoría del tipo voluminoso y pesado debe ser tenido en cuenta. Por ejemplo, se necesitaron 30 trenes, 20 barcos y 81 vuelos C-17 para mover a los 24 helicópteros de ataque Apache desde su base en Alemania hasta cerca del campo de batalla donde se suponía que debían pero nunca lucharon contra las fuerzas serbias.
- Relacionado con su rendimiento operacional: A diferencia de conflictos anteriores éste se trata de uno de muy elevada intensidad. No es Irak o Kosovo, mucho menos Afganistán. Lo que implica que las armas occidentales se van a enfrentar a todo tipo de armas y contramedidas. Algo que ya les pasó a los helicópteros Apache en Kosovo y que a consecuencia de ello no pudieron ser empleados como se afirma en esta nota el Washington Post: "El helicóptero Apache del ejército se volvió impotente en Kosovo" (1999) (https://www.washingtonpost.com/.../29/014r-122999-idx.html)
- Relacionado con el área de personal: Tanto los tanques Challenger 2, como los Leopard 2 y los Abrams llevan 4 hombres de dotación, mientras que los rusos sólo 3 porque disponen de cargadores automáticos. Lo que implica una mayor cantidad de personal a disponer.
- Relacionado con el mantenimiento y el abastecimiento: Como lo sabe cualquier profesional militar que ha tenido que lidiar con elementos mecanizados/blindados, estos carecen de espíritu militar y para que funcionen hay que mantenerlos en forma permanente. Lo que implica tareas de mantenimiento que consumen muchas horas/hombre de trabajo y piezas de repuesto. Algo similar ocurre con la munición que emplean, por lo general, en cantidades industriales. Para colmo de males, ninguno de los tanques occidentales prometidos (Leopard 2, Challenger 2, Abrams M1 A2). usan el mismo tipo de munición para su arma principal.
- Relacionado con el adiestramiento: Al tratarse todas ellas de armas desconocidas para las FFAA ucranianas, ya que originalmente, fueron adiestrados con armas rusas, deberán reentrenarse para poder operar las occidentales. Lo que involucra un lógico lapso que no será corto y que dependiendo de cada sistema de armas, abarcará varios meses. Lo que nos lleva a descartar el empleo de tripulaciones occidentales, ya sea de origen regular o mercenario. Lo que implica una necesaria complicación.
- Relacionado con el factor psicológico: Si bien Alemania, hasta el momento, se ha mostrado renuente a la entrega de material de guerra pesado como sus tanques Leopard 2, nos preguntamos si sus dirigentes son conscientes del impacto psicológico que implicaría para los rusos la presencia de tanques alemanes en Ucrania. Un hecho que les traería a la memoria lo que ellos denominan, orgullosamente, La Gran Guerra Patriótica.
Pasando al 1er interrogante, ¿Quién de los contendientes se preparó mejor para la contienda?
Esta es una pregunta muy difícil de contestar. Sabemos sobre seguro que ambas partes hicieron sus preparativos. Ucrania con seguridad a partir de 2014 cuando se produjo la Revolución Naranja que desalojó al gobierno proruso e instaló a uno prococcidental. Una tarea que se hizo con el obvio apoyo de la OTAN. Por su parte, Rusia siempre fue una gran potencia militar, muy venida abajo tras el colapso de la URSS y reconstituida, al menos en parte, a partir de las presidencias de Vladimir Putin. Pero, en ambos casos desconocemos el alcance, amplitud y calidad de ambos procesos.
Lo que sí conocemos, a través de su larga historia militar es el estilo de hacer la guerra de ambos bandos.
Para empezar el de los rusos, en pocas palabras, es una mejora de la guerra relámpago alemana, llevada a una escala mayor.
Por el contrario, la forma occidental con la que estamos más familiarizados, gracias a Hollywood, es la forma francesa de hacerla. Lo que se llama una guerra de material, en la cual el apoyo de fuego, especialmente, el aéreo y la logística son prioritarios. Mientras que los alemanes y después los rusos privilegian la maniobra por sobre el apoyo de fuego.
Otra peculiaridad rusa es la "maskirovka" o técnicas de desinformación. De allí nuestro pobre conocimiento de sus operaciones reales.
Por el contrario, los occidentales apelan a una agresiva acción psicológica y que no duda en apelar, incluso, a la mentira.
Bueno hasta acá llegamos, hemos puesto sobre la mesa las cartas que conocemos, pero seguro que en esta baraja hay muchísimas más. Falta analizar el futuro, pero se trata de algo que no existe todavía y que por lo tanto es muy difícil de conocer. Como sería el caso de responder al posible uso de armas nucleares.
Preferimos dejar al lector con la duda, para tratar de despejarla en una próxima entrega.
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