As I Please...
por Martin van Creveld
Es una cuestión en la que los analistas de defensa y los oficiales, oficiales y comandantes están vitalmente interesados. Así que aquí hay un resumen punto por punto del artículo de Peter, junto con mi respuesta a cada punto.
Punto A. “El tipo más obvio de punto de inflexión en la historia de la guerra es cuando se introduce una nueva arma que cambia fundamentalmente o incluso pone fin a la lucha, como el debut de la bomba atómica en la Segunda Guerra Mundial”.
Respuesta: A la larga, el impacto de la innovación tecnológica en la guerra tiende a ser superficial. Desde el momento en que grupos de hombres (hay pocas mujeres, si es que hay alguna) se buscaban entre sí hasta el momento en que comenzaron a hacerlo con la ayuda de la IA y los drones, ni la esencia de la guerra ni los principios de su la conducta, ni siquiera los métodos por los cuales se libra, han cambiado mucho. El ataque sigue siendo ataque, la defensa sigue siendo defensa, y así sucesivamente. O bien, ¿cómo explicar el hecho de que algunas de las obras más importantes sobre la guerra, como las de Sun Tzu, Tucídides y Clausewitz, sigan siendo tan frescas y relevantes como cuando se escribieron por primera vez hace 2.500 o 200 años?
Punto B. “Un área [donde la tecnología está cambiando la guerra] es el uso de inteligencia artificial o IA. El conflicto en Ucrania ha visto desplegarse varias formas de IA en una variedad cada vez mayor de formas, desde el uso de software de reconocimiento facial para identificar a los soldados enemigos hasta el despliegue de aprendizaje automático para hacer que las cadenas de suministro militares y de ayuda sean más eficientes. La IA se ha aprovechado para promover la propaganda y la guerra de información: la invasión de Rusia en Ucrania es la primera guerra en ver el uso de videos 'deep fake', que desdibujan la línea entre lo real y lo generado por máquinas".
Respuesta: Los soldados siempre han necesitado identificar tanto a los amigos como a los enemigos y han usado una variedad de métodos para hacerlo. La IA puede realizar el trabajo más rápido, pasar por números más grandes y (quizás) hacerlo de manera más confiable; sin embargo, no cambia la esencia del problema. Puede hacer que la logística sea más eficiente, pero no afecta ni el papel que juegan en la guerra en su conjunto ni los principios sobre los que se organizan. En cuanto a la guerra de información: ¿ha habido alguna vez una guerra en la que ambos bandos no hicieran todo lo posible para obtener la mayor cantidad de información posible lo más rápido posible mientras al mismo tiempo se esforzaban por evitar que el enemigo hiciera lo mismo?
Punto C. La piratería, incluidos específicamente los ataques informáticos a los activos físicos del enemigo, jugará, ya está jugando, un papel cada vez mayor en la guerra.
Respuesta: Bastante cierto. Sin embargo, es difícil trazar una línea clara entre la piratería de estilo nuevo y las operaciones de inteligencia y sabotaje de estilo antiguo. El sabotaje por computadora bien puede ser capaz de alcanzar más objetivos, más rápido, a mayor distancia y con mayor eficacia que solía ser el caso cuando todavía lo llevaban a cabo humanos corriendo. Usando los medios correctos contra los objetivos correctos, incluso puede hacer que el tigre, la guerra ordinaria, cambie sus manchas. ¿Pero convertir un tigre en, digamos, un avestruz?
Punto D. Los drones, provistos de IA, lucharán contra drones similares.
Respuesta: Casi seguro que es cierto. Pero, ¿cambiarán los drones los principios de la guerra aérea, la necesidad de dominar el aire por encima de todo, tal como lo estableció hace un siglo Giulio Douhet? Además, el aire presenta a quienes lo utilizan para pasar un entorno relativamente simple. Sin embargo, dado el entorno extremadamente complicado en el que operan los soldados de infantería, ¿serán reemplazados algún día por drones/robots?
Punto E. Habilitada por las redes sociales en particular, la guerra de información se volverá aún más intensa e incluso más importante de lo que ya es.
Respuesta: Como he dicho antes, la información siempre ha sido absolutamente vital para la conducción de la guerra. ¿Por qué? Porque sin ella no es posible ningún tipo de acción organizada, y mucho menos intencionada. Además, tanto en la guerra como en la vida civil, el objetivo de recopilar y analizar información es lograr una certeza. A juzgar por las innumerables predicciones sobre la guerra que no se han hecho realidad, la tecnología no ha facilitado esa tarea, tal vez, al contrario.
Punto F. En respuesta a la ubicuidad de la información La inteligencia de fuente abierta (OSINT, por sus siglas en inglés) (1) ganará en importancia.
Respuesta: Sí, lo hará. Pero es útil recordar que los servicios de inteligencia han estado usando periódicos desde que estos últimos fueron inventados a fines del siglo XVII. Desde entonces, los periódicos se han utilizado y se siguen utilizando, de dos maneras diferentes. Primero, para obtener información sobre el enemigo; y segundo, para engañar al enemigo con respecto a las propias intenciones.
Punto G. En términos de PBI, en el momento en que comenzó la guerra, Rusia y Ucrania solo ocupaban los puestos 9 y 56, respectivamente. Sin embargo, tal es el efecto de los medios de comunicación/redes sociales por un lado y el comercio internacional por el otro que gran parte del mundo está conteniendo la respiración. Este tipo de cosas solo aumentará.
Respuesta: De todos los puntos que plantea Wilson, este me parece el más débil. ¿Por qué? Porque pasa por alto el hecho de que estos no son solo dos países. Ni Rusia ni Ucrania pueden ser exactamente ricas. Sin embargo, el tamaño y el poder militar de Rusia son tales que su papel en el sistema internacional supera con creces su participación en el PBI de este último. Además, la región por la que están peleando es precisamente la que los geopolíticos de una generación anterior solían llamar "The Heartland", cuyo control significaba la dominación mundial. Y aunque Ucrania puede no tener armas nucleares, Rusia tiene suficientes para borrar a cualquier otro país del mapa a las pocas horas de que se dé la orden.
Conclusión: La tecnología juega un papel vital en la guerra. Sin embargo, no lo es todo. La guerra hará que cualquier nueva tecnología caiga rápidamente en manos del enemigo; lo que a su vez significa que se copiará rápidamente. Como, por ejemplo, sucedió en 216 a. C. cuando Aníbal, tras su gran victoria en Cannas, hizo que sus combatientes adoptaran armaduras romanas. Por lo tanto, no es cierto que, como escribió una vez el famoso experto británico (retirado) J. F. C. Fuller, que “las armas, si solo se pueden encontrar las correctas, constituyen el noventa por ciento de la victoria”.
Así ha sido en el pasado y así será en el futuro.
Traducción: Carlos Pissolito
Nota:
(1) Open-source intelligence (OSINT)
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