Foto: CN Bernardo Schweizer. |
Tal es el caso de la batalla
librada por la posesión de las Islas Malvinas a partir del 2 de abril de 1982.
Aquellos 74 días de gloria e infortunio. Obviamente, se trata de un hecho
histórico, pero con consecuencias tan presentes que las mismas dificultan su
correcta evaluación académica. Muchos de sus protagonistas, aún, viven entre
nosotros. Otros ya se han ido, lamentablemente y, muy probablemente, sin un
justo reconocimiento.
No puede decirse lo mismo de
otros hechos bélicos similares más antiguos, tal como, por ejemplo, la Vuelta
de Obligado. Uno con el que Malvinas guarda ciertas similitudes. Uno que
permaneció olvidado, denostado. Hasta que la Historia, con el transcurso del
tiempo, lo evaluó correctamente. ¿Será este el caso de la “Operación Rosario”?
Probablemente, la campaña de desmalvinización iniciada por el propio Proceso de
Reorganización Militar y aprovechado por las sucesivas administraciones
democráticas para esmerilar el protagonismo militar llegará, algún día, a su
fin. Tal como la postura antirosista de la historiografía oficial no permitió
el juicio exacto de sus acciones en defensa de la soberanía de nuestros ríos. Y
solo se preocupó por resaltar sus abusos internos.
Sin embargo, hay que reconocer
que más allá o más acá de la Historia está la Política. Y su necesidad de tomar
decisiones prudentes. Exigencia que le impone a esa ciencia práctica el estudio
del pasado, aún del que no es histórico. Como un mecanismo para evitar los
errores cometidos en su transcurso. ¿Se ha estudiado lo suficiente la campaña
Malvinas como para no volver a repetir sus errores? Creo que no. Si bien se han
hecho público documentos-aún los más secretos-, testimonios, documentales, etc.
También, pienso que con estas acciones se ha buscado responder a diversas
finalidades. Desde la más altruistas hasta las más oportunistas.
En este espacio se ha publicado
aquello que me ha parecido serio. Relatos, informes, apreciaciones. De propios
y extraños. No he tenido miedo de colocar la opinión de quienes fueron nuestros
enemigos. O de aquellos con los que no coincido. Es necesario conocerlas. Solo
un espíritu que ha conocido la realidad, como es el lema de este blog, podrá
actuar prudentemente.
Creo que la cuestión “Malvinas”
es como la piedra de toque, para bien o para mal, que cierra -hoy- el arco de la argentinidad.
Por una extraña y profunda razón, intuyo que en la forma cómo la solucionemos o
no lo hagamos, marcará a fuego nuestro devenir futuro. La alternativa es de
hierro. O nos decidimos a ser lo que tenemos que ser o no seremos nada.
EL ADMINISTRADOR.
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