MACRI: DOS ERRORES AL PRECIO DE UNO.

por Carlos A. PISSOLITO.

El Ing. Mauricio Macri a los mandos
de un Pampa III

Un principio básico de la Metapolítica sostiene que la verdad está antes que la idea. El mismo tiene su correlato en la constatación de que las ideologías son enemigas de las decisiones estratégicas.

Recordemos que la estrategia tiene por finalidad organizar medios -fundamentalmente militares- para obtener un fin establecido por la política.

Concretamente, en estos últimos días el Presidente Mauricio Macri ha develado dos decisiones estratégicas importantes.



La primera de ellas, es que mantendrá el prejuicio ideológico de una tajante diferenciación entre la Defensa y la Seguridad. Para lo cual se ha decidido a preservar un plexo legal que ya tiene más de 30 años y que no responde a las realidades globales, regionales y nacionales vinculadas con esa área.

Para colmo de males y pese a esta falla conceptual, repetirá el error de la administración anterior de emplear medios militares en tareas de seguridad interior sin haber producido los cambios legales, organizacionales y operacionales necesarios para que se lo haga bien.

Tanto la Ley de Defensa como la de Seguridad Interior fueron dictadas para un Mundo que ya no existe. El de la Guerra Fría. Tras los avionazos del 11S, los Estados dejaron de ser el problema para otros Estados. A partir de que el ingeniero saudita, Osama bin Laden, lograra lo que no pudieran, en su momento, ni el Kaiser Guillermo II, ni el Emperador Hirohito y n i siquiera el propio Adolph Hitler, atacar el territorio continental de los EEUU.

Las ya, no tan nuevas, amenazas se llaman: terrorismo en el Norte y bandolerismo en el Sur.

Era y sigue siendo necesario un cambio en la legislación de defensa/seguridad para adaptarla a los tiempos que corren. Cambiemos y sus legisladores dicen que no es el momento oportuno para hacerlo. Por lo que seguirán jugando a los soldaditos con las reglas equivocadas.

El segundo error es menos explícito, pero no menos grave que el anterior y es el de caracterizar a los procesos mundiales solo desde el punto de vista ventajoso de la globalización, sin tener en cuenta la evidencias de una creciente fragmentación y de una peligrosa volatilidad de los escenarios internacionales, tanto a nivel regional como mundial.

Los mañanas que cantan proclamadas por líderes progresistas al estilo de Hillary Clinton y Angela Merkel, han sido reemplazados por los tambores de guerra de Donald Trump con sus guerras comerciales y por los millones de refugiados que golpean y abren de prepo las puertas de la vieja Europa. A la par del crecimiento rampante del delito organizado bajo las formas concurrentes del narcotráfico, la trata de personas y el contrabando.

Por otro lado, vemos que se potencia un Mundo caracterizado por el hambre y por la sed. Frente a nuestros espacios vacíos de gente y, precisamente, llenos de comida y de agua.

Lamentablemente, si combinamos a ambos errores de nuestro gobierno. Los que están, sin duda alguna, conectados en forma indisoluble.  Vemos que, los argentinos, nos encontramos ante la situación crítica de tener que transitar un peligroso camino sin los recaudos necesarios para sortear las circunstancias adversas que, eventualmente, se nos planteen.