por Carlos Pissolito
El 25 de mayo de 1810 fue un movimiento revolucionario realizado por los vecinos de Buenos Aires, apoyados y encuadrados por la milicia local conocida como la “Legión Patricia” que había cobrado protagonismo tras haber rechazado a dos invasiones enviadas por la Gran Bretaña.
Civiles y militares se convocan frente al Cabildo de Buenos Aires. |
Mediante este acto político se depuso, en forma definitiva, a las autoridades nombradas desde España para gobernar al Río de la Plata. Fue el comienzo de la causa por la independencia de estos territorios, el nacimiento de una nueva nacionalidad, que a los pocos años se asumiría oficial y públicamente.
El propio presidente de la Junta Patria instalada, el teniente coronel don Cornelio de Saavedra, afirmó tiempo después: "La destitución del Virrey y creación subsiguiente de
un nuevo Gobierno americano, fue a todas luces, el golpe que derribó el dominio que los Reyes de España habían ejercido en cerca de 300 años en esta parte del mundo".
Este primer acto independentista, recién se completaría formal y materialmente, el 9 de Julio de 1816 con la Declaración de la Independencia.
Si en el primero de estos actos se montó una suerte de farsa para dejar de obedecer a la Metrópoli, sin decirlo abiertamente. En el segundo de ellos, no faltó la voluntad para proclamarlo a los cuatro vientos.
Las circunstancias que rodearon al primero estuvieron caracterizadas por una tensa incertidumbre, pero la situación –por todo lo demás- era de tranquilidad en la ciudad-puerto.
Por el contrario, las que existían en el segundo eran dramáticas. España preparaba una expedición militar para sofocar el levantamiento; la Corona de Portugal no era indiferente a lo que pasaba y, para colmo de males, se asomaba –entre nosotros- el fantasma de la anarquía.
Todo gran movimiento se inicia con un primer paso. La Revolución de Mayo fue el primero de nuestra nacionalidad como forma única e independiente. Un camino que, aún, no ha terminado. Ya que no son pocas las amenazas que se ciernen sobre nuestro destino en lo universal. Y que nos obligan a estar alertas y vigilantes.
Hoy, más que nunca, Viva la Patria!
1 comentario:
Y vino la civilización. La sustitución de su antítesis, la barbarie? La generación liberal triunfante en Caseros, el Facundo de Sarmiento, las Bases de Alberdi y sigue la lista camino a la desintegración del Ser Nacional. Una inmigración que significó generaciones desarraigadas sin tradición, sin valores, sin Patria. La realidad nos demuestra tamañas desinteligencias donde el anti-Cristo y el Comunismo quedan expuestas a diario.
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