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sábado, 17 de diciembre de 2022

"Los aficionados hablan de estrategia; los profesionales hablan de logística".

 











por Carlos Pissolito





El teniente general Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las FFAA Ucranianas, declaró ante la revista británica especializada en economía “The Economist” ( https://www.economist.com/zaluzhny-transcript) en su edición del 15 de diciembre del 2022, que: "Necesito 300 tanques de batalla principales, 600/700 vehículos de combate de infantería y 500 piezas de artillería".

Lo que en términos reales puede traducirse en que Ucrania necesita un nuevo ejército, pues el que tenía ya ha sido destruido por los rusos. Se trataba de uno equipado con los viejos tanques de diseño soviético, pero que ya no existe más.

Con este pedido Zaluzhny, no sólo quiere un ejército nuevo, quiere uno distinto basado en los estándares militares de la NATO y no del viejo Pacto de Varsovia. 

Creo que todos los profesionales militares estamos familiarizados con la famosa frase pronunciada por el comandante aliado de Tormenta del Desierto, Norman Schwarzkopf: "los aficionados hablan de estrategia; los profesionales hablan de logística". 

Es por esta razón y por otras que la visión de un mapa de Ucrania con flechas rojas y azules se queda corto a la hora de saber qué es lo que está pasando sobre el terreno. 

El pedido de Zaluzhny sugiere que Ucrania, básicamente, ya no tiene un ejército blindado/mecanizado con capacidades ofensivas. Lo tenía en febrero de este año, pero el mismo fue destruido. Luego obtuvo reemplazos, en forma de tanques soviéticos y vehículos de combate de infantería enviados por otras repúblicas exsoviéticas. También, en aportes puntuales de nuevas armas de factura occidental como los lanzacohetes norteamericanos HIMARS o los obuses autopropulsados franceses Cesar. Pero, estos también parecen haber sido destruidos o quedado fuera de servicio, tanto por falta de piezas de repuesto como de su munición.

Por otro lado y a estas alturas, la red eléctrica de Ucrania parece encontrarse destruida hasta el punto de que la producción a gran escala de armas y municiones ya no es posible en fábricas ucranianas. Por su parte,  la UE se enfrenta a problemas energéticos autoinfligidos, por lo que tampoco puede brindar su apoyo por ese lado, dada su gran dependencia energética de Rusia. 

Irónicamente, el famoso complejo militar/industrial de los EEUU, el que alguna vez superó en producción a la Alemania nazi, ahora está atrapado en el mismo paradigma que Hitler: depender de de armas de alta tecnología, pero que no sólo lo rinden como se espera, su disponibilidad es escasa. 

Por ejemplo, durante la 2da GM los tanques alemanes más sofisticados como el Tiger eran muy superiores a los T-34 soviéticos, pero nunca pudieron ser producidos en la cantidad suficiente como para derrotarlos. Hoy, es el caso del malogrado caza estadounidense F-35 que cuesta más de U$ 100 M por unidad, pero que no deja de mostrar problemas operativos y de disponibilidad. 

Desde lo geopolítico la intención inicial de Washington era la de desgastar a Rusia de varias formas; tales como la económica, la política y la militar. Pero, vemos que lejos de lograrlo, en su lugar se ha auto infligido heridas mortales a sus sistema de defensa y al de sus aliados europeos. Propiciando la caída del viejo paradigma de un mundo unipolar y abriendo las posibilidades para uno multipolar.

En pocos días, dará comienzo en el Hemisferio Norte el invierno. En países como Rusia, Bielorrusia y Ucrania dura unos 5 meses de noviembre al final de marzo y es conocido por sus bajas temperaturas y dificultades causadas al transporte. También tiene mucha relevancia en el ámbito militar. Se lo ha llamado el "General Invierno" o “Raspútitsa” en ruso. 

En la Gran Guerra del Norte, Carlos XII de Suecia invadió la Rusia de Pedro el Grande. Los rusos se retiraron, quemando todo en su huida. Las 35.000 tropas de Carlos XII, fueron muy diezmadas, y sólo 19.000 soldados salieron con vida de aquel invierno.

Luego, el “Grande Armée” de Napoleón Bonaparte, con sus 610.000 hombres, invadió Rusia, dirigiéndose hacia Moscú en 1812. El ejército ruso se retiró, quemando sus cosechas y aldeas. El ejército francés terminó con 100.000 hombres, la mayoría de ellos murieron en la retirada.

En 1941, Alemania bajo el liderazgo de Hitler atacó en 1941 a la Unión Soviética (Operación Barbarroja) y fijó a Moscú como su objetivo principal.​ Las fuerzas soviéticas contuvieron dicho ataque en la estepa rusa, para ganar tiempo y desgastar al ejército alemán. Las industrias fueron desmanteladas y llevadas a los Montes Urales para ser ensambladas. Las fuerzas soviéticas detuvieron a las alemanas y las derrotaron en la sangrienta Batalla de Stalingrado, en el mes de enero de 1943.

A menudo, la historia ha demostrado ser una mala guía para el futuro. Pero es todo lo que tenemos para predecir el mismo. 


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