Diario impreso vs. Noticias Online: Batalla larga, resultado inexorable.
Internet avanza aunque la prensa impresa resiste en forma admirable. No se rinde y batalla. Pero el futuro es inexorable. Ahora ¿quién sobrevivirá entre tantas webs, blogs, redes sociales, superpoblación digital?
Tom Standage, editor de la web del tradicional semanario británico The Economist (fundado por James Wilson en septiembre de 1843), cree que las publicaciones compradas en los kioscos de diarios, van a desaparecer. "Pero llevará mucho tiempo y sobrevivirán publicaciones como las revistas de arquitectura", opinó él, sentado en el bar del Hotel Unique, en São Paulo, entrevistado por CartaCapital.
Standage fue uno de los oradores en la conferencia Brasil en 2022: Orden y Progreso, realizada por el The Economist Group, en la capital paulista los días 3 y 4 de noviembre. Con una tirada de 1,5 millón de ejemplares cada semana (¡pero Wikipedia dice que en 2009 The Economist reportó 1,6 millón por semana!) y 70 corresponsales en todo el mundo (resabio de cuando el Reino Unido era un imperio), la revista británica es la publicación mundial por excelencia.
The Economist pertenece, junto al diario Financial Times, al grupo editorial Pearson plc, que así logra una influencia notable sobre la opinión pública global. Entre los accionistas de Pearson sobresale la fama inglesa de los banqueros Rothschild.
Aqui un diálogo de Standage con Gianni Carta, hijo de Mino Carta, el fundador de CartaCapital (un admirador de The Economist, algo muy visible desde los días cuando creó el semanario Senhor):
-De acuerdo con un estudio realizado en USA por el Pew Research Center en 2010, el 46% de los estadounidenses buscan noticias en Internet. Alrededor del 40% de las personas todavía compran periódicos. ¿Por qué los periódicos estadounidenses son los que más sufren?
-Porque son los que más dependen de los anuncios publicitarios. En el 2008, cuando estaban en el pico, recibían el 87% de sus ingresos de la publicidad y el 13% de su distribución. Esto quiere decir que ellos eran los más vulnerables del mundo a cualquier contratiempo económico.
(N. de la R.: pareciera que hablan de temas diferentes. Standage pareciera referirse al impacto de la crisis económica sobre los medios de comunicación. Carta está preguntando por el deterioro en la venta de ejemplares. Ya se pondrán de acuerdo...).
-Alrededor del 80% de las personas en USA prefiere fuentes tradicionales online, tales como los sitios web del New York Times y CNN. ¿Las marcas siguen siendo importantes?
-Sí, pero las marcas de los medios de comunicación tienen que ser fuertes. En el mundo de la Internet hay un montón de ruido. Hay internautas dispuestos a tamizar sitios, blogs, etc. para elegir sus fuentes. Sin embargo, las marcas también llevan a las personas hacia aquello que ven como fuentes seguras. Por ejemplo, The Economist siempre ha considerado que su trabajo es examinar los hechos y filtrarlos a los lectores. Ofrecemos, a través de la edición impresa y de la online, y de manera fácil, aquello que debería provocar reflexión. Para muchos, somos la fuente principal.
-Pero en esa cacofonía (digital), ustedes son una voz liberal, en el sentido de la economía liberal, y hay muchas otras voces. The Economist ¿no podría perderse en la blogosfera?
-Por supuesto, no todos los lectores de The Economist están de acuerdo con nuestras posiciones. Pero vos no necesitás estar de acuerdo. Lo importante es que seamos transparentes. Tenemos que ser consistentes con nuestras ideas en los textos de la revista y del sitio web. Sean lectores que están en contra o favor de nuestras posiciones, somos formadores de opinión. Esa es nuestra propuesta. El otro día, alguien de una ONG nos dijo que nuestra cobertura de África es muy buena...
-¿Es más importante ofrecer contenidos o estar consciente de las preferencias de la audiencia?
-Si producís un gran contenido, las personas, por supuesto, compran la revista o vuelven al sitio. Pero se necesitan las 2 cosas. Es necesario optimizar el motor de búsqueda para que los usuarios de Internet tengan fácil acceso a los artículos. Y vos estarás perdiendo si no utilizarás las redes sociales con habilidad.
-¿Preferís usar Twitter o Facebook para publicitar The Economist?
-Los dos. Un colega de Oxford lo dijo bien: "En Facebook es donde está el público, pero en Twitter es donde está la noticia". Facebook es para todos. Mi madre está en Facebook, pero nunca usará Twitter. Es muy complicado. Pero a mi me encanta Twitter, porque yo soy un adicto a las noticias.
-Hablamos sobre la migración de los estadounidenses desde los medios de comunicación impresos hacia los sitios online de información. No abordamos, sin embargo, las razones por las que en USA muchas personas abandonaron los periódicos impresos. En algunos países emergentes, eso no sucedió.
(N. de la R.: Bueno, la conectividad en USA se encuentra muy extendida y en los países emergentes todavía no es una cuestión al alcance de todos...)
-De forma general, la noticia se volvió una commodity, un producto básico, ofrecido en bloque y gratuito. En USA, los periódicos regionales tenían el monopolio del acceso a las agencias de noticias. Y así, reproducían noticias de Reuters y de The Associated Press para sus lectores. Con el advenimiento de Internet, la gente perdió el interés en los diarios regionales. Empezaron a leer las noticias del día en Internet. Este fenómeno es negativo y al mismo tiempo positivo. Algunos diarios regionales hacían un buen trabajo de investigación que iban más allá de la información provista por las agencias de noticias. Por otro lado, otros, como ya he dicho, publicaban sólo las noticias de las agencias. En este último caso, debo ser honesto: no fue terrible el naufragio de esos periódicos. Del mismo modo, los anunciantes, antes de anunciar en los periódicos y en la radio, descubrieron Internet como soporte alternativo.
-¿Cree usted que en los países emergentes tendrá lugar esa migración de lectores y anunciantes hacia los sitios online?
-Mientras las tiradas de periódicos disminuyen en países europeos y en USA, los periódicos -en mercados como India y China- siguen manteniéndose firmes, a causa de una serie de motivos. El crecimiento económico, aumento del número de personas alfabetizadas... y pocas personas con acceso a la banda ancha. Brasil es un caso interesante porque se encuentra exactamente en el medio de estas dos categorías: entre los países desarrollados y emergentes. En la última década, hubo un aumento en la tirada de los periódicos y revistas en Brasil. Pero, entre 2008 y 2009, ese aumento alcanzó un máximo, y desde entonces comenzó a disminuir. Al mismo tiempo, en Brasil hay un acceso razonable a la banda ancha, algo así como 23%. Es difícil evaluar si esta situación (de descenso) refleja o una economía que ya no crece como antes o si la banda ancha en Brasil comenzó a dejar atrás a los periódicos impresos. Podría ser una mezcla de las 2 cosas.
-Para diarios como The Guardian, la inversión online es una cuestión de vida o muerte. El diario tiene una tirada de menos de 300.000 ejemplares, pero su sitio es visitado por más de 30 millones de personas al mes. ¿Cómo puede The Guardian monetizar esos lectores online?
-No existe un modelo, sino varios modelos. Y recuerde que The Guardian es subsidiado por las otras publicaciones lucrativas del mismo grupo editorial. Sin embargo, este diario es un caso interesante porque ofrece todos sus contenidos de forma gratuita. El hecho de que sea publicado en inglés es atractivo para una audiencia mundial. Eso no podría suceder, por ejemplo, con un diario alemán. Creo que The Guardian puede terminar con su versión impresa. En este caso, tendría que triplicar sus ingresos en el extranjero para la versión online. Al mismo tiempo, tendrán que hacer recortes. Por ejemplo, The Guardian cuenta con 800 colaboradores. Dentro de 5 a 10 años, este número debería ser reducido a la mitad. Pero si hay una publicación online que podrá vivir de anuncios es The Guardian.
-¿Hay esperanza para el diario de papel?
-Creo que va a morir, pero eso tomará mucho más tiempo de lo que pensamos. Mucha gente todavía quiere leer revistas y periódicos a los que se suscriben o comprar en los quioscos de diarios. Y hay nichos. Revistas de arquitectura, por ejemplo, que cuestan US$20 la edición y son más interesantes palparlas que leerlas en una pantalla de computadora. Además, podés colocarlas sobre la mesa en una habitación. Son objetos de arte.
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