Introducción
Tte Grl Julio A. Roca. |
Sin lugar a dudas, la tensión acumulada por los problemas limítrofes, fue un factor determinante para que el Gral. Roca acceda a su reelección presidencial, donde los electores prefirieron la conducción del experimentado militar para hacer frente a un muy posible conflicto bélico.
Discutido como todos los estadistas, Roca era un conocedor de la guerra. Estuvo en el frente en la Guerra de la Triple Alianza y posteriormente afianzaría su carrera militar en las batallas internas de Santa Rosa y La Verde, combate este último donde con un magnífico ardid, derrota al General Paunero con un mínimo derramamiento de sangre. Sin embargo, será su plan de la Campaña a los Desiertos del Sud, que pondrá en marcha el comienzo del fin al problema aborigen, la que lo impulsará a la política, para convertirse en una de las principales figuras de la historia de la región.
Acorazado "Moreno" |
A través del General Pablo Ricchieri, Roca tuvo la oportunidad de organizar, modernizar y equipar a las fuerzas terrestres, sin embargo la poderosa Flota de Mar la heredó para la oportunidad, de sus antecesores, fundamentalmente del presidente José Félix Uriburu, quién mediante las buenas influencias del Ministro de Marina italiano Benedetto Brin ante la corte del Rey Umberto I, obtuvo la posibilidad de adquirir seis cruceros acorazados, para hacer frente eventualmente a la Escuadra Chilena y poder finalmente equilibrar el poder naval de ambas armadas. (1)
Precisamente, la Armada chilena ostentó una clara superioridad en medios sobre su par Argentina durante casi toda la década de 1890, años en los que finalmente los políticos de este país debieron entender que el problema naval no pasaba por defender exclusivamente el Río de la Plata. (2)
La fundación de Buenos Aires en el seno del Plata y las facilidades alimenticias de una tierra pródiga, indujeron el desarrollo de una Nación con escasa conciencia marítima y de espaldas al propio Río de la Plata. Además, dada su especial geografía, todo conflicto internacional conllevó inexorablemente al bloqueo del único punto de conexión comercial con el mundo.
Como contrapartida, el Río de la Plata formado por sus afluentes Paraná y Uruguay, presenta numerosos bajofondos y bancos sedimentarios que torna muy peligrosa la navegación tanto a las naves de gran porte como a otras que no estuvieran conducidas por baqueanos. Esta característica fue una suerte de escudo protector contra cualquier intento masivo de atacar a Buenos Aires por el agua.
Conjugando un poco estos elementos, obtenemos como resultado una historia cargada de generales y coroneles pero escasa de almirantes y capitanes. En consecuencia, obtenemos que las glorias navales argentinas se forjaron y obtuvieron sus honores luchando siempre con inferioridad de medios.
Crucero Ligero ¨Patagonia" |
De hecho durante la Guerra de la Triple Alianza (1865/70), la Argentina no aportó nave de combate alguna y las mercantes fueron mayoritariamente privadas. El pabellón del Imperio fue dominante durante el conflicto en los ríos interiores argentinos. Recién terminada esta lucha y para poner un escudo armado en el Río de la Plata, el gobierno Argentino crea la Escuela Naval y decide la compra en Inglaterra de naves de combate para formar una flota denominada “Escuadra Sarmiento”. Se trataba de embarcaciones de diseño fluvial, algunas de las cuales eran el resultado de la experiencia norteamericana en la Guerra de Secesión. (ver aparte)
Camino a la década de 1880, una vez definidos los límites con el Brasil, recién las autoridades argentinas deber comenzar a mirar al Sur. Por un lado debe realizarse una expedición al Río Santa Cruz en 1878 a fin de reafirmar la soberanía, operación concretada con naves de la escuadra fluvial. Fue también el apoyo naval a las operaciones terrestres contra el aborigen a partir del Río Negro y finalmente la creación de una línea a la Costa Sur a fin de sostener las primeras colonias, asentamientos patagónicos y en la Tierra del Fuego.
Durante la primera presidencia del General Roca (1880-1886) se alcanzará un acuerdo de límites con Chile en 1881. Este importantísimo acuerdo afirma a la Patagonia oriental (tomando como eje divisor la Cordillera de Los Andes) como territorio argentino y sostiene que las tierras bañadas por el Océanos Atlántico serán argentinas y chilenas las del Pacífico.
No obstante a la postre traerá desencuentros y más de un siglo de discusiones. En un contexto donde la ciencia aún debía muchas explicaciones, pasar los hitos limítrofes de las cartas de las cancillerías al terreno, iba a generar con el tiempo varios momentos de tensión entre ambos países. Uno de los de mayor escalada bélica ocurrió en los albores del siglo XX, en esos momentos una moderna Flota de Mar, serviría como eficaz elemento disuasorio para salvar miles de vidas americanas.
La Escuadra Sarmiento
La Ley Nº 498 del 27 de mayo de 1872, promovida por el presidente
Domingo F. Sarmiento autorizaba al Poder Ejecutivo a invertir m$n 2,6 millones para adquirir:
*Tres buques de guerra
encorazados del sistema más adelantado.
* Armas portátiles de precisión
La Ley Nº 568/1872 autorizaba al PE a fundar la Escuela Naval a bordo
del vapor “General Brown”
Junto a otras implementaciones que permitieron la construcción de
talleres navales y otras facilidades, la Argentina organizó una Armada moderna.
Como medios fueron adquiridas en Inglaterra las siguientes naves:
2 Monitores (“El Plata” y “Los Andes”)
4 Bombarderas (“Constitución”; “Bermejo”; “Pilcomayo” y “República”)
2 Cañoneras (“Paraná” y “Uruguay”)
1 Vapor (“Fulminante” con 2 lanchas torpedo botalón)
2 Avisos (“Resguardo” y “Vigilante”)
Este material constituye la primera Flota organizada y homogénea de la
Armada Argentina, la que si bien era básicamente fluvial, sus naves realizaron
infinidad de singladuras oceánicas. La Escuadra Sarmiento será objeto de una
futura nota en Defensa y Seguridad”.
La situación entre ambos países se agravó por la imposibilidad de ejecutar los confusos tratados de 1881, al punto de pensar en la inminencia de una guerra. Como en muchos otros lugares de este continente, llamativamente los conflictos entre naciones hermanas, nacieron a partir de acuerdos o tratados ambiguos o confusos.
En efecto, parecería hecho adrede que, las resoluciones llevadas a cabo por especialistas en suntuosas oficinas capitalinas - Santiago o Buenos Aires por ejemplo- no tuvieran sobre el terreno la aplicación práctica que, en la teoría ciudadana parecía alcanzar el acuerdo más digno para ambas partes. Algo así como la confirmación del moderno desacuerdo entre el capricho humano y la indiscutible voluntad de la creación. El acuerdo firmado en 1881 entre los plenipotenciarios Bernardo de Irigoyen y Francisco de Echeverría, que tenía por finalidad terminar con los conflictos fronterizos entre Argentina y Chile, creó en realidad un entuerto que por poco no termina en guerra en 1902 y luego generaría infinitos incidentes fronterizos hasta inclusive la oportuna intervención papal en 1978.
En uno de los párrafos del Artículo I del mencionado acuerdo se indica:
uLa línea fronteriza correrá en esa extensión por las cumbre más elevadas de dicha cordillera (la de los Andes) que dividan las aguas y pasar por entre las vertientes que se desprendan a de uno y otro lado…”
Al llegar los peritos al terreno, pudieron observar que la línea de altas cumbres y la divisoria de aguas casi nunca coincidían en la zona patagónica, tal como se había previsto en los acuerdos. Aquí, la primera parte del enunciado (altas cumbres) favorecía a la Argentina y la segunda (divisoria de aguas) a Chile. Las discusiones de partes fueron inmediatas e irreconciliables.
La explicación la daría la ciencia tiempo después, cuando se determinó que la Patagonia había sufrido una glaciación hacia el cuaternario. Este fenómeno geológico, había cubierto de hielo toda la región mencionada cambiando la fisonomía cordillerana con respecto al sector conocido y transitado por entonces en la zona de Cuyo-Santiago.
Efectivamente, el tratado se realiza en base a la cordillera conocida -la de Cuyo- en donde "las altas cumbres" coinciden con "la divisoria de aguas". Pero en la casi inexplorada cordillera patagónica, la glaciación había variado las alturas -son menores-, se generaron lagos de origen glaciar y una diferencia entre las cotas del oriente y occidente cordillerano, que por vaso comunicación varió la divisoria de aguas. Además surgen geológicamente nuevas alturas de origen glaciar denominadas morenas.
En otro párrafo del artículo III, el desconocimiento de la geografía se hace evidente:
uEn cuanto a las islas pertenecen a la República Argentina la Isla de los Estados, los islotes próximamente inmediatos a esta y las demás islas que haya sobre el Atlántico, al oriente de Tierra del Fuego y costas orientales de la Patagonia; y pertenecen a Chile todas las islas al sur del Canal Beagle, hasta el Cabo de Hornos y las que haya al occidente de Tierra del Fuego."
Al no especificar de cuales islas se trataba, hubo de esperar otros cien años de desencuentros ya que tres islas, por ejemplo, la Lenox, la Picton y la Nueva quedaban al sur del Canal Beagle (Chile) pero bañadas por el Océano Atlántico (Argentina).
También ocurrió que el trazo original de la línea fronteriza norte-sur que divide en dos a la Isla de Tierra del Fuego cortaba en la práctica a la Bahía de San Sebastián y daba salida al Atlántico a Chile contradiciendo el espíritu del tratado. Ello se solucionó rápidamente corriendo dicha línea unos tres kilómetros hacia el Oeste.
Tanta incongruencia entre lo firmado y la realidad impedían a los peritos ponerse de acuerdo y defender lo imposible. Ello generó actitudes de mutua desconfianza que colaboraron en la escalada del conflicto.
Hacia finales del siglo XIX, conflictos limítrofes existentes entre Chile y Argentina, ponen a ambas naciones en una intensa carrera armamentista, que recién culminaría con los denominados "Pactos de Mayo" en 1902. Al comenzar la última década del siglo XIX, llegaba a la presidencia el autonomista Dr Luís Sáenz Peña acompañado por José Evaristo Uriburu como vicepresidente.
Prácticamente desde el inicio de su gestión, el septuagenario Presidente debió debatirse en estado de crisis permanente originados por los bandos políticos de entonces, que representaban Roca, Pellegrini y Mitre por el lado liberal y Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen por el radicalismo. La revolución Radical del 93, intervenciones a las Provincias y otros síntomas de inestabilidad, caracterizaron una época donde el crecimiento de la Nación no se frenó a pesar de la crisis económica y política. Sáenz Peña renunció en 1895 y asumió la presidencia Uriburu, quién activamente promovió la adquisición de naves de combate oceánicas para la Marina de Guerra las que “corriendo de atrás” se incorporaban luego de una compra para la Escuadra chilena.
A los existentes acorazado "Alte Brown" y crucero "Patagonia" se agregarían el crucero "25 de Mayo" (1891), los acorazados de río "Libertad" e "Independencia" (1892 y 1893); el crucero "9 de Julio" (1893), el crucero liviano "Patria" (1894), el crucero acorazado "Garibaldi", el crucero "Buenos Aires" (1896) y finalmente los cruceros acorazados "San Martín", "Belgrano" y "Pueyrredón" en 1898. Permanecían en construcción hacia inicios de siglo, los acorazados "Moreno" y "Rivadavia".
Además, se incorporaron un importante número de torpederos, destróyers, avisos y transportes. También se comenzó la construcción del Puerto Militar en Bahía Blanca y varios apostaderos para provisión de carbón a los largo del litoral marítimo, lográndose reservas estratégicas de 140.000 tn de este vital elemento energético. Se crearon escuelas de aprendices navales, se entrenó a artilleros, realizándose un importante número de navegaciones y maniobras. Con el correr de los años en el ámbito terrestre se movilizaron tropas y reservas de la Guardia Nacional que supo disponer de 30.000 efectivos acampados; se sanciona la Ley del Servicio Militar Obligatorio (Nro 3948 para la Marina de Guerra), la cual convocó a dos clases simultáneamente y se lograron modernos pertrechos en Alemania para 300.000 hombres (fusiles Mauser, cañones Krupp, etc.). Asimismo se extendió marcadamente la red telegráfica a lo largo de la costa patagónica.
El mencionado Puerto Militar de Bahía Blanca, debió superar no pocos escollos para su ejecución por indecisiones en su emplazamiento geográfico. Finalmente con el diseño del ingeniero italiano Luis Luiggi y con la construcción a cargo de la empresas Dirks & Dates y Van Hatten se inició esa gran obra en 1898 que incluyó el canal de entrada, el antepuerto, la dársena de maniobras con un calado de alrededor de 10 metros, el dique de carena, bombas y maquinarias, cinco baterías costeras defensivas de grueso calibre y línea de ferrocarril estratégico. Las razones político militares en cuanto a la decisión de encarar el Puerto Militar en al sur de la Provincia de Buenos Aires en detrimento del proyecto de Río Santiago, merece un artículo propio, pero sin dudas, el futuro Puerto Belgrano marcó un hito en la protección de la soberanía Argentina. (3)
Reasume Roca
El General Roca asume su segunda presidencia el 12 de octubre de 1898. El crecimiento del país continuaba sostenido a pesar de las dificultades políticas. La inmigración europea no se detenía, sin embargo, la crisis económica del Estado se mantenía a consecuencia del endeudamiento.
Los preparativos para la guerra habían insumido 80 millones oro, creándose además suscripciones populares, promovidas por los diarios para afrontar los costos de las naves, que ingleses e italianos aseguraban su cobro por la necesidad y el apuro. Inglaterra justamente, vendía sus naves de combate a ambos países.
El Ministro de Marina italiano Benedetto Brin, motivado seguramente por el intenso flujo de sus compatriotas al Río de la Plata, fue un activo influyente ante el Rey Umberto I, para ceder a la Argentina los cuatro cruceros acorazados y los dos acorazados en construcción, que originalmente había solicitado la marina itálica a pesar de la crisis de Abisinia. Durante la misma década, Chile, que mantenía un estado de conflicto con el Perú, había adquirido los acorazados “Cochrane”, “Huáscar”, “Blanco Encalada” y “O'Higgins”; los cruceros “Errázuriz”, “Centeno”, “Pinto”, “Chacabuco” y “Esmeralda”. La balanza del poder naval de esos tiempos se inclinaba hacia uno y otro lado dependiendo el momento de recepción de cada nave.
El Abrazo del
Estrecho
Con el mercado exportador a pleno y el desarrollo de importantes
obras de infraestructura, el Gral Roca decide intervenir con su par chileno
Federico Errázuriz, a fin de poner paños tibios a la tensa situación existente
y al desentendimiento entre peritos de ambas naciones.Para ello se decide un encuentro en Punta Arenas debido a que la Constitución chilena impedía al presidente salir de su país. El Gral Roca y su comitiva abordan el Crucero “Belgrano” el 20 de enero de 1899 en el Puerto Militar (Bahía Blanca) para dirigirse hacia el sur. Acompañaron al Presidente, el Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Amando Alcorta, el Ministro de Marina Comodoro Martín Rivadavia, los Diputados Nacionales Benito Carrasco, Mariano de Vedia, Eleazar Gazcón y los edecanes Coronel Gramajo y el Mayor Raybaud entre otras autoridades nacionales.
Luego de recalar en varios puertos patagónicos, el “Belgrano”, el crucero “Patria” y la fragata “Sarmiento”, arriban a Punta Arenas de sur a norte luego de atravesar los canales fueguinos el 14 de febrero, encontrándose allí con el transporte “Villarino”. El contingente chileno estaba compuesto por el acorazado “O'Higgins”, los cruceros “Zenteno” y “Errázuriz” y el transporte “Angamos”. Roca se traslada hacia el primero y allí se realiza el histórico “Abrazo del Estrecho” con el presidente chileno Errázuriz, que en realidad fue un apretón de manos. En este y en otro reservado encuentro a bordo del “Belgrano”, la conversación a solas de ambos mandatarios, logra distender parcialmente la tensa situación existente. Roca estuvo un mes fuera de la Capital prácticamente incomunicado con la Casa Rosada.
Si bien las conversaciones entre los mandatarios no trascendieron, las mismas no fueron decisivas. De hecho el presidente Roca planifica y concreta una visita al presidente del Brasil Manuel Campos Salles en agosto la que será retribuida un año más tarde en Buenos Aires. Al regresar de Brasil, Roca y su comitiva visitan Montevideo. Se hace evidente la estrategia del presidente, como experimentado guerrero, que ante el estado de conflicto no descuida su retaguardia.
Además, la carrera armamentista no se detuvo en los años inmediatos, a pesar de la predisposición positiva de los presidentes. La desconfianza se generalizaba y los peritos limítrofes no podían ponerse de acuerdo con los hitos. A fines de 1901, la guerra era inminente. Se decía en la época, casi exageradamente, que bastaba que a un soldado de uno u otro lado se le escapara un tiro para desencadenarla. Los medios periodísticos de Buenos Aires se dividían entre los que pugnaban por la guerra y los que deseaban la paz merced a un acuerdo diplomático. Los diferentes influjos políticos, se hacían eco de estas tendencias, manifestados por mitins ciudadanos. La tensión y la paciencia de Roca llegaban al límite.
Navidad en peligro de guerra
A mediados de 1901 el Ministro de Relaciones Exteriores argentino
Amancio Alcorta reclamó enérgicamente ante la Cancillería chilena por la
apertura de senderos en zonas sometida al arbitraje británico. El canciller
chileno contestó que tales senderos estaban desprovistos de “utilidad militar”.
Tal información aumentó el tono belicoso de la prensa y de los políticos de la
oposición.El presidente Roca pronuncia palabras definitoria en una manifestación en Buenos Aires: “Buscaré por todos los medios una solución conciliadora, pero si no es dado una paz honrosa, sabré afrontar la situación cualquiera fuese”
Dada la situación beligerante alcanzada, los partidos de la oposición suspenden sus actividades y la propia Unión Cívica Radical emite un manifiesto público invitando “a la unión sagrada en aras de la seguridad nacional”.
El activo y belicista Estanislao Zeballos va aún más allá y expresa el 19 de diciembre en un mitin: “Es ya un deber fundamental del gobierno hacer una política sudamericana viril y de visera alzada. Sepa Chile que la suerte de la soberanía de Perú y Bolivia es la propia suerte de la soberanía Argentina. No vamos a consentir que aquellas naciones sean mutiladas.”
Avanzado el mes de diciembre de 1901 la guerra era casi una realidad. El Ministro Amancio Alcorta ordena a su embajador en Santiago dejar la legación y retornar a Buenos Aires.
El ahora presidente de Chile Germán Riesco al despedir al embajador Portela, le sugiere como última alternativa de paz, proponer a Roca retrotraer las cosas al status quo de 1898 a fin de borrar las transgresiones fronterizas que empujaban a la guerra.
En Buenos Aires Roca reemplaza a su Ministro de Guerra y designa en el cargo al Coronel Pablo Ricchieri confirmando al Comodoro Martín Rivadavia como Ministro de Marina. Ricchieri prepara de inmediato un Plan de Movilización General secreto que el Presidente lo firmará el día 25.
Cierto es que a partir de 1895 el equilibro de la balanza se fue inclinando lentamente a favor de la Argentina. La llegada de los cruceros acorazados italianos había logrado equiparar a la Escuadra chilena. El Puerto Militar estaba ya habilitado y sostenido por un ferrocarril estratégico. Los cuerpos de línea del Ejército y las Guardias Nacionales están ahora bien pertrechados y sus oficiales más antiguos cuentan con la vasta experiencia de las operaciones en los desiertos del sur. Las innumerables obras de infraestructura llevadas a cabo y los tendidos ferroviarios habían sido muy significativas. Chile además tenía en su contra el conflicto latente con Perú y Chile por lo que su retaguardia no contaba con la tranquilidad que tenía la Argentina.
No obstante el peligro de la guerra aumentaba y los EEUU despacha a los acorazados “Wisconsin” y el “Iowa” a las aguas chilenas y al “Atlanta” al Atlántico Sur, anunciado que incrementarían su presencia con el “Boston” en el Pacífico y el “San Francisco” en el Atlántico una vez desatadas las hostilidades. La Cancillería de los Estados Unidos expresa que su país tenía intereses en Tacna y Arica aunque no justifica su presencia el Atlántico Sur.
Las escuadras de ambos países (solo buques principales)
Armada Argentina
“San Martín”
6480 Tn (1898)“Pueyrredón” 6840 Tn (1898)
“Belgrano” 6840 Tn (1898)
“Garibaldi” 6840 Tn (1896)
“Buenos Aires” 4500 Tn (1896)
“Alte Brown” 4500 Tn (1881)
“9 de Julio” 3500 Tn (1893)
“25 de Mayo” 3200 Tn (1891)
“Libertad” 2300 Tn (1892)
“Independencia” 2300 Tn (1893)
“Patagonia” 1440 Tn (1887)
“Patria” 1070 Tn (1894)
Total 50170 Tn
Armada de Chile
“O´Higgins”
8500 Tn (1896)“Esmeralda” 7000 Tn (1895)
“Cap. Pratt” 6900 Tn (1888)
“Chacabuco” 4500 Tn (1902)
“Bco Encalada” 4400 Tn (1893)
“Zenteno” 3600 Tn (1896)
“Cochrane” 3500 Tn (1874 moder. 1896)
“Errázuriz” 2080 Tn (1890)
“Pinto” 2080 Tn (1891)
“Huáscar” 1800 Tn (1865 capturado a Perú 1870)
Total 44360 Tn
Las maniobras navales de 1902
Muchos
conflictos en la historia vieron el inicio de las operaciones armadas sin la
declaración de guerra formalmente realizada. Por ello, a pesar de la tenue
esperanza de paz aparecida en Buenos Aires la última semana de diciembre de
1901, el gobierno del Gral. Roca ordenará disponer la Flota en evoluciones con
el fin de adiestrar y mostrar su poderío.Con las últimas adquisiciones de material naval y un activo adiestramiento de comandos y marinería, se ejecutan en el primer cuatrimestre de 1902 activas ejercitaciones a lo largo del litoral marítimo y el Río de la Plata, a fin de prepararse para una guerra inminente. Las fuerzas navales quedan formadas por tres divisiones de mar con doce cruceros y acorazados; otras cuatro divisiones integraban la Defensa General del Río de la Plata con una treintena de unidades -destróyers, monitores, torpederos, fragatas etc-. Las bases de asiento eran el Puerto Militar de Bahía Blanca, Río Santiago y Puerto de Buenos Aires.
Desde el 1ro de febrero, se procedió al sembrado de minas eléctricas. Posteriormente se realizó un bloqueo del Río de la Plata con dos divisiones de cruceros. El 27, luego de frenética actividad, se proyecta el poder naval con un desembarco en las inmediaciones de La Plata con la finalidad de tomar esta ciudad. El ejercicio incluye escolta, defensa y ataque de un convoy compuesto por el "Alte Brown", "Libertad", "Independencia", "Patagonia", "Espora", "Misiones", "Corrientes" y "Entre Ríos" que protege a los transportes de tropas "Chaco", "Pampa", "Guardia Nacional" y el "1ro de Mayo".
La fuerza de cruceros acorazados oficia de enemigo e intentan interceptar al convoy. Luego de esta maniobra, se inicia ejercitaciones con tiro de combate de todos los calibres, lanzamientos de torpedos, intercepciones, etc. Causa gran satisfacción entre las autoridades nacionales y navales el alto grado de adiestramiento obtenido y el poderío demostrado por las unidades de combate.
Observadores militares de muchos países fueron testigos de estas, tal vez, las más grandes maniobras realizadas por la Armada Argentina, donde intervinieron más de sesenta unidades que realizaron distintas evoluciones, lográndose un adecuado sostén logístico. El broche de oro se concretó con una impresionante Revista Naval en Mar del Plata el 5 de marzo, donde el Presidente revistó la Flota desde la Fragata "Presidente Sarmiento". Una parte de la historia indica que esta disuasión armada contribuyó en gran manera para la obtención de la paz por la vía diplomática. Finalizadas las maniobras, las unidades se dirigieron a sus bases de asiento en estado de alistamiento total a la espera de la evolución de las negociaciones políticas.
1)Flota de Mar
Primera División de
MarCrucero acorazado “San Martín”
Crucero Acorazado “Belgrano”
Crucero Acorazado “Pueyrredón”
Crucero Acorazado “Garibaldi”
Transporte “Chaco”
Aviso “Tehuelche”
Aviso “Fueguino”
Segunda División de Mar
Crucero “Buenos Aires”
Crucero “9 de julio”
Crucero “25 de Mayo”
Crucero “Patria”
Transporte “Pampa”
Aviso “Gaviota”
Aviso “Pampero”
Tercera División de Mar
Acorazado “Alte Brown”
Acorazado “Independencia”
Acorazado “Libertad”
Crucero “Patagonia”
Trasp. “Guardia Nacional”
Aviso “Bahía Blanca”
Aviso “Golondrina”
2) Defensa General del Río de la Plata
Primera División
Fragata “Sarmiento”
Monitor “El Plata”
Monitor “Los Andes”
Corbeta “Uruguay”
Transporte “Santa Cruz”
Aviso “Vigilante”
Aviso “Resguardo”
Segunda División
Torpedero “Espora”
Torpedero “Entre Ríos”
Torpedero “Misiones”
Torpedero “Corrientes”
Torpedero “Murature”
Torpedero “Py”
Transporte “1º de Mayo”
Tercera División
Torpedero “Bouchard”
Torpedero “Pinedo”
Torpedero “Jorge”
Torpedero “King”
Torpedero “Bathurst”
Torpedero “Thorne”
Transporte “Ushuaia”
Cuarta División
Torpedero “Alerta”
Torpedero “Ferré”
Torpedero “Enrique Py”
Torpederas Nº: 3; 4; 5; 6
Torpederas Nº: 7, 8; 9; 10
Transporte “Maipú”
3) Defensa Fija Submarina
UnidadesTransporte “República”
Minador “Fulton”
Torpedera Nº 1
Torpedera Nº 2
Unidades menores y cables eléctricos
Finalmente
llega la solución pacífica
En medio de enormes presiones internacionales
generadas principalmente por las poderosas bancas británicas, se produce un
cambio de embajadores, designándose como Ministro Plenipotenciario al Dr José
M. Terry, quién con su par chileno Vergara Donoso, logran encontrar una
situación satisfactoria que culminaría con los denominados "Pactos de
Mayo" que se firmaron el 28 de ese mes en Santiago en 1902. En ellos, se
establecía que la Argentina respetaba la soberanía de las demás naciones, sin
mezclarse en asuntos internos ni externos, a la vez que Chile aseguraba no
pretender expansiones territoriales, salvo las que resultaren del cumplimiento
de los tratados vigentes. Otras cláusulas se referían a la limitación de armamentos
y al compromiso de someter al arbitraje a la Corona Británica futuras dificultades.
El árbitro impuesto por el rey Eduardo VII fue el coronel sir Thomas Holdich.El fallo del litigio en cuestión, otorgó a la Argentina, 42.000 km2 sobre los 90.000 en disputa. La moderna flota Nacional debió estacionarse desarmada por varios años en Río Santiago, cediéndose al Imperio del Japón los dos acorazados en construcción. Chile vendería los propios a la Armada de Su Majestad. El tremendo esfuerzo económico repercutió hondamente en el presupuesto militar y la actividad naval de los años inmediatos posteriores fue reducida, dedicándose fundamentalmente al adiestramiento de cuadros y marinería con unos pocos buques de escuela.
Precisamente dos bancas británicas la Baring Brothers y la Rothschild eran los principales acreedores de Argentina y Chile respectivamente y el influyente banquero argentino Ernesto Tornquist fue quien convenció a esos poderosos financistas que una guerra entre estos países hermanos podrían conducir una cesación de pagos del los servicios de las deudas públicas. En consecuencia, ambas bancas aplicaron toda su influencia sobre los vendedores de armas y sobre los respectivos gobiernos a fin de facilitar el acuerdo diplomático con la mediación de la Corona Británica.
Los Pactos de Mayo y La Discreta Equivalencia
Los denominados Pactos de Mayo generaron una serie
de acuerdos y dictámenes en cuanto a las restricciones militares. A
continuación se indican los referidos a las fuerzas navales.
Artículo I: Con el propósito de apartar todo motivo de inquietud
o recelo entre uno u otro país, los gobiernos de la República Argentina y Chile
desisten de adquirir las naves de guerra que tienen en construcción y de hacer
por ahora nuevas adquisiciones. Ambos gobiernos convienen además en disminuir
sus respectivas escuadras, para lo cual seguirán gestionando hasta llegar a un
acuerdo que produzca una discreta
equivalencia entre ambas escuadras. Esta disminución se hará en el término de
un año contado desde la fecha del canje de la presente Convención.
Artículo II: Los dos gobiernos se comprometen a no aumentar
durante 5 años sus armamentos navales sin previo aviso que el que pretensa
aumentarlos dar al otro con diez y ocho meses de anticipación. Es entendido que
se excluye de este arreglo todo armamento para la fortificación de costas y
puertos, pudiéndose adquirir cualquier máquina flotante destinada
exclusivamente a la defensa de éstos, como ser submarinos, etc.Artículo III: Las enajenaciones a que diere lugar esta Convención no podrá hacerse a países que tengan cuestiones pendientes con un u otra de las Partes Contratantes.
Artículo IV: A fin de facilitar la transferencia de los contratos pendientes, ambos gobiernos se obligan a prorrogar por dos meses el plazo que tengan estipulado para la entrega de los respectivos buques, para lo cual se darán instrucciones del caso en el acto de ser firmada esta convención.
Artículo V: Las ratificaciones de esta Convención serán canjeadas en el término de 60 días, o antes si fuere posible, y el canje tendrá lugar en esta ciudad de Santiago.
Firmado: J. A. Terry J
F Vergara Donoso
Artículo II:En la ejecución del artículo primero, parte segunda,
de la Convención sobre armamentos navales en virtud de la cual debe
establecerse una discreta equivalencia entre las dos Escuadras, no hace
necesaria la enajenación de buques pues puede buscarse dicha discreta
equivalencia en el desarme u otros medios de la extensión conveniente, a fin
de que ambos gobiernos conserven las escuadras necesarias, el uno para la
defensa natural y el destino permanente de la República de Chile en el
Pacifico, y el otro para la defensa natural y destino permanente de la
República Argentina en el Atlántico y Río de la Plata.
Arreglo para hacer
Efectiva la Discreta Equivalencia de la Escuadras de Argentina y Chile
(9/01/1903)
Artículo II: Ambas Altas Partes Contratantes de común acuerdo resuelven poner desde luego los buques actualmente en construcción a la disposición y orden de S. M. Británica, Arbitro nombrado por el tratado de veintiocho de mayo de mil novecientos dos, manifestándole que han convenido que no podrán ellos salir de los astilleros donde actualmente se encuentran, sino solamente en el caso que Ambas Altas Partes se lo solicitaren de común acuerdo por haberse realizado su venta o por convenio posterior.
Artículo III:Las Altas Partes Contratantes comunicarán inmediatamente a los astilleros constructores que los buques han sido puestos por acuerdo de ambos gobiernos a la disposición del Árbitro designado en el Tratado de veintiocho de mayo de mil novecientos dos, sin cuya orden expresa no podrán ser entregados a nación ni persona alguna.
Artículo IV:Para establecer la discreta equivalencia en las escuadras existentes la República Argentina proceder al desarme de sus acorazados "Garibaldi" y "Pueyrredón ", y la República de Chile al desarme del acorazado "Capitán Pratt".
Artículo V:Para que los buques se consideren en desarme con arreglo al artículo anterior, deberán estar amarrados en una dársena o puerto, teniendo a bordo solamente el personal necesario para atender a la conservación del material que no se puede remover y habiéndose desembarcado de ellos:
Todo el carbón.
Todas las pólvoras y municiones.
La artillería de pequeño calibre.
Los tubos lanzatorpedos y los torpedos.
Los proyectores eléctricos
Las embarcaciones menores.
Todos los artículos de consumo de todos los cargos.
Para la mejor conservación podrá ponérsele techo a la cubierta.
Artículo VI: Los barcos expresados en el artículo IV que ambos Gobiernos convienen en poner en desarme, deberán permanecer en esa condición y no podrán ser armados nuevamente, sin el previo aviso que deben darse por el Gobierno con dieciocho meses de anticipación, salvo acuerdo posterior o si ellos fueren enajenados.
Artículo VI:De forma
Por supuesto que, como todo fallo arbitral, nadie quedó totalmente conforme. Zeballos, por ejemplo, expresará que los pactos son el resultado de “la improvisación diplomática impuesta al General Roca por los banqueros de Londres, apoyados por la credulidad romántica del General Mitre”. Algunos belicistas chilenos que soñaban anexar la Patagonia también quedaron desairados.
Cierto es que Chile, más que los Km2 obtenidos por el fallo del arbitraje, salía conforme por la no injerencia de la Argentina en los problemas de terceras naciones y Argentina esperaba el fin del expansionismo chileno sobre el Atlántico y la Patagonia oriental. “Paz y Administración” tal el lema de campaña del Gral. Roca se cumplía y también tenía éxito al conseguir que las órdenes de compra de material bélico en vigencia en Alemania fueran cambiadas por material ferroviario.
La crisis sufrida por Argentina y Chile en la última década del Siglo XIX que recién se supera con los “Pactos de Mayo” de 1902, ha sido decisiva en la historia no sólo de ambas naciones sino de toda la región.
Sin embargo gran parte de los libros de historia de la Argentina superan este período dedicándole unos poco renglones. De acuerdo a la especialidad de nuestra publicación, nos hemos enfocado en esta oportunidad en la espectacularidad del equipamiento naval y su aplicación para buscar una solución diplomática a un conflicto por vía de la disuasión pero sin dudas con las distintas aristas se podrían completar varios libros de interesante contenido.
Creemos que los “Pactos de Mayo” aún deber ser estudiados con más profundidad, convertirse prácticamente en materia permanente de análisis en las escuelas militares, de política, de diplomacia, etc., y merecer un espacio más destacado en la bibliografía de la Historia Argentina.
Al año de haberse celebrado un año de los pactos, ambos países decidieron erigir un Cristo Redentor que se emplazó en el paso fronterizo del Monte Santa Elena en 1904 y en cuyo pedestal una placa de bronce reza:
“Se desplomarán primero estas montañas antes de que argentinos y
chilenos rompan la paz jurada a los pies del Cristo Redentor”
(1) Este es motivo por el
cual el Ministro Brin como Umberto I (Primo) tienen calles con sus nombres.
(2) Políticos e
historiadores trasandinos consideran a 1895 como el año de mayor superioridad
naval chilena como para haber esperado con éxito un enfrentamiento.
(3)
Un descendiente del
prestigioso General Fotheringham contó al autor que el veterano y experimentado
General tuvo una opinión determinante para la elección de Bahía Blanca como
Puerto Militar. Fotheringham habría expresado a las autoridades del Ministerio
de Guerra y Marina que: “…si los chilenos
ponen un pie en la Patagonia se van a morir de hambre pero la provincia de
Buenos Aires tiene recursos (agua, ganado y pasturas) para sostener
operaciones. Por lo tanto Bahía Blanca es el lugar a negarle a cualquier fuerza proveniente desde el sur”.
Bibliografía:
- Historia Argentina, José María Rosa
- Historia de la Argentina, Ernesto Palacio
- Apuntes sobre los buques de la Armada Argentina,
Pablo Arguindeguy
- Historia del torpedo y sus buques en la Armada Argentina,
Humberto Burzio
- Historia Naval Argentina, T. Caillet-Bois
- Las Fuerzas Navales Argentinas, Pablo Arguideguy –
Horacio Rodríguez
- Roca y Chile, Rosendo Fraga
-
La amistad Roca – Riccheri a través de su
correspondencia, Rosendo Fraga
-
Acorazados y Cruceros de la Armada Argentina
1881-1982, Ricardo Burzaco
-
Armada Argentina – Transporte Navales, Ricardo
Burzaco – Luis Piñeiro
- Fighting Ships of World War I, Janes
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