por Carlos Pissolito
La gran pensadora realista que era mi abuela María solía repetir la frase del título cada vez que alguien quería venderle gato por libre.
Tal parece ser el caso hoy cuando acendrados "demócratas" se rasgan las vestiduras porque Aldo Rico participó del desfile del Bicentenario, junto a los veteranos de la Guerra de Malvinas.
En principio, y esto debería bastar para cualquier mente sensata. Aldo Rico es un veterano de ese conflicto. Ergo tiene todo el derecho a hacerlo.
Los que se oponen sostienen que atentó contra la democracia mediante un intento de golpe de Estado durante los sucesos de Semana Santa. Falso. El propio presidente en ejercicio el Dr. Alfonsín lo negó en su famosa segunda alocución desde el balcón de la Casa Rosada.
Textualmente dijo: "Se trata de un conjunto de hombres, un conjunto de hombres, algunos de ellos héroes de la guerra de las Malvinas, que tomaron esta posición equivocada y que han reiterado que su intención no era de provocar un golpe de Estado."
Por otro lado, no puede negarse la excelencia militar de la participación de Rico durante el conflicto de referencia.
Bajo su mando los comandos de la Compañía 602 tuvieron memorables combates contra las fuerzas especiales del enemigo en Top Malo House, en el Monte Wall y el Río Murrell, solo por mencionar a las principales.
Producto de esas acciones se obtuvo valiosa información sobre el enemigo. A la par que se le producían bajas y se retardaba su avance sobre Puerto Argentino.
Fruto de ello, fue condecorado por su valor en combate y su figura adquirió una fama legendaria.
Su participación política, posterior, en diversos movimientos no empañan su desempeño militar y solo pueden ser objeto de una valoración política particular.
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