http://elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=5508
Somos el nuevo comienzo, estamos arrancando. Todo el conservadurismo del siglo XX ha fracasado y hay que echarlo por la borda.
RICHARD SPENCER
Cuando empecé a usar por primera vez el término ‘alt-right’ [derecha alternativa] a mediados del verano de 2008, el término era esencialmente de índole negativa: fue un intento poralejarse de los grandes conservadores , de George W. Bush y de los neoconservadores. Se inició un nuevo comienzo. En aquel momento, no sabía exactamente lo que iba a ser.
Según han pasado los años, la ‘alt-right’ se ha ido centrando en la política identitaria. Si pudiera resumirla en una palabra, ésta sería “identidad”. Antes de que empecemos a hacer preguntas sobre qué política exterior deberíamos tener o qué política económica deberíamos adoptar, debemos responder a preguntas fundamentales como “¿Quiénes somos?”.
Si miramos a los grandes conservadores, ¿de dónde provienen ellos?
Hablan sobre sí mismos y de la concepción de los Estados Unidos como de un orden fundamentalmente liberal. Los grandes conservadores se definen a sí mismos, de acuerdo con los términos de la cuarta teoría política del Profesor Duguin, como híper-liberales. Están diciendo que deben ser híper-liberales para proteger al mundo del fascismo, del comunismo y otras amenazas no liberales. Por tanto, el gran conservadurismo es esencialmente una religión global.
Para continuar dentro de este marco, creo que la ‘alt-right’ es una especie de cuarta teoría política. Definitivamente tenemos raíces y cosas del estilo de la Nueva Derecha europea como Alain de Benoist y podemos conseguir un movimiento que sea poderoso, que obtenga titulares en los medios, que vuelva locos a los liberales, pero no sabemos exactamente dónde vamos a estar en el futuro.
¿Qué es lo genial de la ‘alt-right’? Dos cosas.
1) La conciencia de que somos el nuevo comienzo, de que estamos arrancando. Todo el conservadurismo del siglo XX ha fracasado y hay que echarlo por la borda.
2) Tenemos la afirmación de nuestra identidad. No vamos a empezar desde un lugar como el liberalismo global o la guerra fría. Vamos a empezar desde el lugar de la identidad europea.
Creo que, durante las próximas décadas, este viaje de la ‘alt-right’ va a ser fascinante. Vamos a tener muchos fundamentos comunes con movimientos similares en Rusia y Europa, o en otros lugares.
Somos el nuevo comienzo, estamos arrancando. Todo el conservadurismo del siglo XX ha fracasado y hay que echarlo por la borda.
RICHARD SPENCER
Cuando empecé a usar por primera vez el término ‘alt-right’ [derecha alternativa] a mediados del verano de 2008, el término era esencialmente de índole negativa: fue un intento poralejarse de los grandes conservadores , de George W. Bush y de los neoconservadores. Se inició un nuevo comienzo. En aquel momento, no sabía exactamente lo que iba a ser.
Según han pasado los años, la ‘alt-right’ se ha ido centrando en la política identitaria. Si pudiera resumirla en una palabra, ésta sería “identidad”. Antes de que empecemos a hacer preguntas sobre qué política exterior deberíamos tener o qué política económica deberíamos adoptar, debemos responder a preguntas fundamentales como “¿Quiénes somos?”.
Si miramos a los grandes conservadores, ¿de dónde provienen ellos?
Hablan sobre sí mismos y de la concepción de los Estados Unidos como de un orden fundamentalmente liberal. Los grandes conservadores se definen a sí mismos, de acuerdo con los términos de la cuarta teoría política del Profesor Duguin, como híper-liberales. Están diciendo que deben ser híper-liberales para proteger al mundo del fascismo, del comunismo y otras amenazas no liberales. Por tanto, el gran conservadurismo es esencialmente una religión global.
Para continuar dentro de este marco, creo que la ‘alt-right’ es una especie de cuarta teoría política. Definitivamente tenemos raíces y cosas del estilo de la Nueva Derecha europea como Alain de Benoist y podemos conseguir un movimiento que sea poderoso, que obtenga titulares en los medios, que vuelva locos a los liberales, pero no sabemos exactamente dónde vamos a estar en el futuro.
¿Qué es lo genial de la ‘alt-right’? Dos cosas.
1) La conciencia de que somos el nuevo comienzo, de que estamos arrancando. Todo el conservadurismo del siglo XX ha fracasado y hay que echarlo por la borda.
2) Tenemos la afirmación de nuestra identidad. No vamos a empezar desde un lugar como el liberalismo global o la guerra fría. Vamos a empezar desde el lugar de la identidad europea.
Creo que, durante las próximas décadas, este viaje de la ‘alt-right’ va a ser fascinante. Vamos a tener muchos fundamentos comunes con movimientos similares en Rusia y Europa, o en otros lugares.
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