http://es.insightcrime.org/noticias-del-dia/ataque-policia-peruana-muestra-sendero-luminoso-mantiene-poder?platform=hootsuite
por Leonardo Goi
El reciente asesinato de tres policías a manos de guerrilleros del grupo peruano, Sendero Luminoso, en la principal región cocalera del país indica que el grupo busca defender su control de los lucrativos territorios para el hampa en Perú en medio del aumento en la producción de coca en el país suramericano.
Francotiradores de Sendero Luminoso atacaron una escolta policial el 18 de marzo, con un saldo de tres agentes muertos, informó El País. La escoltan transportaba a agentes de la División de Operaciones Especiales Antidrogas desde su cuartel general en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), una región conocida por ser la mayor área productora de coca del país.
El ministro encargado del Interior, Rubén Vargas, comentó que "el ataque terrorista es resultado de la efectividad de las operaciones contra el narcotráfico en el VRAEM", y agregó que tan solo en la última semana y media, la policía incautó de más de dos toneladas de cocaína producida en la región.
Entretanto el 19 de marzo, en la ciudad portuaria de Callao, las fuerzas de seguridad decomisaron 1.417 kilos de cocaína presuntamente con destino a Estados Unidos y Bélgica, según La República.
Las autoridades creen que la cocaína fue enviada desde el VRAEM, y que el cargamento, avaluado en cerca de US$85 millones, podría pertenecer a uno de los 20 clanes de la mafia italiana asentados en la región española de Cataluña.
Análisis de InSight Crime
El homicidio de los tres policías en el VRAEM es una señal de que la presencia de Sendero Luminoso en la región cocalera más grande de Perú sigue siendo fuerte. Y el gigantesco decomiso en Callao pone de relieve el rol de la ciudad como punto de partida importante para el negocio de la droga en el país.
Las autoridades peruanas creen que los cultivos de hoja de coca del país podrían estar en aumento por primera vez desde 2011. Cualquier incremento en la producción de estupefacientes en el VRAEM puede reforzar las últimas células guerrilleras que estén operando en la zona bajo la dirección de los hermanos Quispe Palomino.
No cabe duda de que los guerrilleros de Sendero Luminoso han aumentado su participación en narcotráfico a lo largo de los años, pasando del cobro de impuestos al producto transportado por sus bastiones a la participación directa en el negocio de la cocaína, de una forma que parece imitar la estrategia adoptada por los guerrilleros de las FARC y el ELN en Colombia. Aunque no parece haber evidencia de que Sendero Luminoso maneje rutas internacionales de narcóticos, en ocasiones los guerrilleros han escoltado cargamentos de drogas fuera del VRAEM, unas veces en canoas y otras en caravanas humanas.
Las autoridades también creen que se ha interrumpido el puente aéreo que conectaba a los narcotraficantes del VRAEM con Bolivia. Pero un trabajo de campo realizado por InSight Crime en Perú indica que, contrario al cese de operaciones, los aviones que recogen los narcóticos en la región simplemente aterrizan en zonas más apartadas dentro y alrededor del VRAEM, en lugar de seguirlo haciendo cerca de las bases militares, como solían hacerlo.
En octubre de 2016, el gobierno peruano decidió reimplementar el estado de emergencia en el VRAEM, y dejar al ejército de nuevo al frente de la lucha contra la industria de los estupefacientes en la región. La decisión, sin embargo, podría resultar contraproducente, pues las fuerzas armadas de Perú tienen una larga historia de participación en el tráfico de cocaína.
Aunque la mayoría de los estupefacientes que se producen en el VRAEM se ingresan en avión a Bolivia, parte importante se envía a la costa. Y Callao, el mayor puerto marítimo de Perú, se ha convertido en un centro importante del tráfico, donde mexicanos y europeos negocian los precios de las drogas.
por Leonardo Goi
El reciente asesinato de tres policías a manos de guerrilleros del grupo peruano, Sendero Luminoso, en la principal región cocalera del país indica que el grupo busca defender su control de los lucrativos territorios para el hampa en Perú en medio del aumento en la producción de coca en el país suramericano.
Francotiradores de Sendero Luminoso atacaron una escolta policial el 18 de marzo, con un saldo de tres agentes muertos, informó El País. La escoltan transportaba a agentes de la División de Operaciones Especiales Antidrogas desde su cuartel general en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), una región conocida por ser la mayor área productora de coca del país.
El ministro encargado del Interior, Rubén Vargas, comentó que "el ataque terrorista es resultado de la efectividad de las operaciones contra el narcotráfico en el VRAEM", y agregó que tan solo en la última semana y media, la policía incautó de más de dos toneladas de cocaína producida en la región.
Entretanto el 19 de marzo, en la ciudad portuaria de Callao, las fuerzas de seguridad decomisaron 1.417 kilos de cocaína presuntamente con destino a Estados Unidos y Bélgica, según La República.
Las autoridades creen que la cocaína fue enviada desde el VRAEM, y que el cargamento, avaluado en cerca de US$85 millones, podría pertenecer a uno de los 20 clanes de la mafia italiana asentados en la región española de Cataluña.
Análisis de InSight Crime
El homicidio de los tres policías en el VRAEM es una señal de que la presencia de Sendero Luminoso en la región cocalera más grande de Perú sigue siendo fuerte. Y el gigantesco decomiso en Callao pone de relieve el rol de la ciudad como punto de partida importante para el negocio de la droga en el país.
Las autoridades peruanas creen que los cultivos de hoja de coca del país podrían estar en aumento por primera vez desde 2011. Cualquier incremento en la producción de estupefacientes en el VRAEM puede reforzar las últimas células guerrilleras que estén operando en la zona bajo la dirección de los hermanos Quispe Palomino.
No cabe duda de que los guerrilleros de Sendero Luminoso han aumentado su participación en narcotráfico a lo largo de los años, pasando del cobro de impuestos al producto transportado por sus bastiones a la participación directa en el negocio de la cocaína, de una forma que parece imitar la estrategia adoptada por los guerrilleros de las FARC y el ELN en Colombia. Aunque no parece haber evidencia de que Sendero Luminoso maneje rutas internacionales de narcóticos, en ocasiones los guerrilleros han escoltado cargamentos de drogas fuera del VRAEM, unas veces en canoas y otras en caravanas humanas.
Las autoridades también creen que se ha interrumpido el puente aéreo que conectaba a los narcotraficantes del VRAEM con Bolivia. Pero un trabajo de campo realizado por InSight Crime en Perú indica que, contrario al cese de operaciones, los aviones que recogen los narcóticos en la región simplemente aterrizan en zonas más apartadas dentro y alrededor del VRAEM, en lugar de seguirlo haciendo cerca de las bases militares, como solían hacerlo.
En octubre de 2016, el gobierno peruano decidió reimplementar el estado de emergencia en el VRAEM, y dejar al ejército de nuevo al frente de la lucha contra la industria de los estupefacientes en la región. La decisión, sin embargo, podría resultar contraproducente, pues las fuerzas armadas de Perú tienen una larga historia de participación en el tráfico de cocaína.
Aunque la mayoría de los estupefacientes que se producen en el VRAEM se ingresan en avión a Bolivia, parte importante se envía a la costa. Y Callao, el mayor puerto marítimo de Perú, se ha convertido en un centro importante del tráfico, donde mexicanos y europeos negocian los precios de las drogas.
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