https://www.clarin.com/opinion/lucha-narcotrafico-increible-combate-malos-salen-fortalecidos_0_BJd8mDcMX.html
Miguel Angel Barrios y Norberto Emmerich
En apenas cinco días de junio hubo nueve asesinatos narco en la provincia de Buenos Aires. Los homicidios que ocurren en las grandes ciudades del país son, cada vez más, consecuencia de ajustes de cuenta entre bandas de narcotraficantes que disputan el control territorial, un privilegio que sólo debería corresponderle al Estado, pero que en muchas ocasiones, éste deja de cumplir legítimamente.
O sea que el porcentaje de asesinatos narco crece al interior de la masa total de homicidios, por lo que tiende a copar la agenda de Seguridad y da “sentido” a la problemática completa. La “cantidad” de homicidios es reemplazada por un aumento en la “calidad”, ya que la mayoría de las muertes tienen la marca narco.
El 4 de julio se conoció la sentencia (de 16 años en prisión) para el mayor cocinero de cocaína de Rosario, Alfredo "Delfín" Zacarías (Juan José García).
El 4 de julio se conoció la sentencia (de 16 años en prisión) para el mayor cocinero de cocaína de Rosario, Alfredo "Delfín" Zacarías (Juan José García).
El conjunto de la violencia en todas sus variantes (interpersonal, social, política, territorial) utiliza la metodología del narcotráfico en forma creciente porque el logro cultural es la primera victoria del crimen organizado, copiado por otras organizaciones y por el propio Estado.
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Se sabe que la expansión del narcotráfico no es posible sin la protección, pasividad o tolerancia de alguna parte del Estado, cuando se asocia con el narcotráfico para una suerte de “co-gobierno de la seguridad”, donde, de hecho, se reparten controles sobre el territorio.
En la guerra o combate en su contra, el narcotráfico siempre sale fortalecido. Es obligado a dejar de ser un actor económico (tráfico de drogas) para convertirse en un actor político (control territorial), mientras el Estado deja de ser "de derecho" para convertirse en un Estado en guerra, incluso a veces emulando los métodos del crimen organizado y atacando a su propia población.
En estas guerras crece tumultuosamente la cantidad de muertos, pero también se violan sistemáticamente los derechos humanos, desaparecen personas, crece la emigración y se derrumba la calidad democrática, todos golpes contra el Estado.
Las políticas de control policial son difíciles cuando sectores de la propia policía integran o protegen las redes del crimen organizado. Pero la apelación a esa “corrupción” e ineficacia policial son excelentes argumentos amañados para convocar la aparición de un actor excepcional, las Fuerzas Armadas, lo que convierte una problemática de seguridad ciudadana en una crisis de seguridad nacional, pisoteando datos y perdiendo toda inteligencia.
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En Argentina se repiten palabras pensadas en otros lados como si tuvieran algún significado sustantivo. “Combate”, “guerra”, “amenazas” son términos constitutivos de un discurso sencillo e interesado que pretende instalar una ilusoria frontera definitiva entre un “ellos” (los narcos) y un “nosotros” (los ciudadanos). Cavar trincheras para pelear contra nosotros mismos no lleva a la solución de las crisis fundamentales del país.
* Miguel Angel Barrios y Norberto Emmerich son politólogos, especialistas en geopolítica y co-autores, junto a Yesenia Torres Curiel, de “Geopolítica de la seguridad en América Latina” (Biblos, 2017)
Miguel Angel Barrios y Norberto Emmerich
En apenas cinco días de junio hubo nueve asesinatos narco en la provincia de Buenos Aires. Los homicidios que ocurren en las grandes ciudades del país son, cada vez más, consecuencia de ajustes de cuenta entre bandas de narcotraficantes que disputan el control territorial, un privilegio que sólo debería corresponderle al Estado, pero que en muchas ocasiones, éste deja de cumplir legítimamente.
O sea que el porcentaje de asesinatos narco crece al interior de la masa total de homicidios, por lo que tiende a copar la agenda de Seguridad y da “sentido” a la problemática completa. La “cantidad” de homicidios es reemplazada por un aumento en la “calidad”, ya que la mayoría de las muertes tienen la marca narco.
El 4 de julio se conoció la sentencia (de 16 años en prisión) para el mayor cocinero de cocaína de Rosario, Alfredo "Delfín" Zacarías (Juan José García).
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* Miguel Angel Barrios y Norberto Emmerich son politólogos, especialistas en geopolítica y co-autores, junto a Yesenia Torres Curiel, de “Geopolítica de la seguridad en América Latina” (Biblos, 2017)
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