https://www.naval.com.br/blog/2019/06/09/cessao-de-submarinos-ikl-209-a-argentina-e-recebida-com-desconfianca-pela-oficialidade-da-mb/
Roberto Lopes*
¿Los oficiales de la Marina de Brasil (MB) van a dar continuidad a la extravagante idea de transferir cuatro submarinos de la clase Tupi -dos antes de fin de este año- para la tambaleante Arma Submarina de Argentina?
La cesión de los submarinos habría sido resuelta ba la forma de una "decisión de Estado" por el presidente Jair Bolsonaro la semana pasada en Buenos Aires, en respuesta a una solicitud del ministro de Defensa argentino, Oscar Aguad, encaminada a su colega brasileño, general Fernando Azevedo e Silva.
La Marina de Aguad tiene una Fuerza de Submarinos muerta, por la trágica desaparición, en noviembre de 2017, del submarino Clase TR-1700 San Juan, la indefinición acerca de la recuperación del Santa Cruz, hermano gemelo del San Juan - la total obsolescencia del IKL-209 Salta, un barco veterano de la guerra de las Malvinas construido en la década de 1970.
La noticia de la entrega de los barcos brasileños, publicada el pasado viernes por Martín Dinatale, periodista de asuntos militares del portal argentino Infobae, tomó por sorpresa, a los jefes navales del Comando de la Fuerza de Submarinos (ForSub) ubicado en la isla de Mocanguê, en los fondos de la Bahía de Guanabara, en medio de un silencio opresivo del Comando de la (MB) con sede en Brasilia, de la Dirección de Gestión de Programas (DGEPM) y de la Dirección General del Material de la Marina (DGMM), ambas oficinas con sede en Río de Janeiro.
En el año 2020, el Riachuelo -primer submarino Scorpène construido en el país- y teniendo otros tres en la línea de producción, podría, sin grandes, problemas, disponer de sus buques clase Tupi, una versión inicial de la conocida clase alemana IKL-209/1400, para la defensa costera.
Pero Aguad, un político agresivo y de comportamiento mercurial, neófito en asuntos militares (sostenedor de la decisión militar argentina de despreciar al consagrado monomotor Super Tucano para dejar a su Aviación optar por el turbohélice norteamericano de entrenamiento avanzado y ataque T-6 Texan II), desconoce la realidad de la incorporación de un submarino moderno -tal vez porque su Marina, hace más de 30 años, no tiene la misma oportunidad.
Los submarinistas brasileños le explicaron a Poder Naval: aunque la MB pueda recibir el Riachuelo en diciembre del año que viene (planeamiento, hoy visto con cautela), ese buque no estará completamente listo para operar antes del segundo semestre de 2023.
Se necesitará antes que sus tripulantes se acostumbren a la capacidad de maniobras del buque, la respuesta de sus equipos de control de tiro de torpedos y que, aún, se lo pruebe en los diferentes tipos de mar que bañan la extensa costa brasileña.
Aguas del Norte Nordeste, del Sudeste y del Extremo Sur con temperaturas y vida marina bastante diversas -que influencian directamente en el funcionamiento de sensores, de los sistemas de refrigeración y de de filtración de impurezas a bordo de un submarino.
En el caso de que la "generosa" intervención de Bolsonaro en Argentina (usando los buques de la Marina de Brasil) hubiera excluido al Tikuna (S-34) -una clase Tupi más moderna (modificado en Brasil)- quedaría para los argentinos, el submarino Tupi (S30) de 1989, que según la planificación del DGePM, acabaría con su actual ciclo operativo hacia el 2021 y luego sería sometido al mantenimiento de media vida que lo habilitaría a operar hasta el comienzo de los años 2030.
El segundo sumergible brasileño candidato a "naturalizarse" argentino sería el Tamoio (S31), que termina sus reparaciones en 2021, con vistas a operar hasta 2028.
Sin embargo, hay una solución mucho más rápida para ayudar a los hermanos (y perjudicar profundamente a los brasileños): echar mano de los barcos Timbira (S32), de 1996 y Tapajó (S33) de 1999 -ambos parados, en Río, a la espera del mantenimiento que les garantizará vida útil en la próxima década.
Según Poder Naval, en este momento oficiales de la DGePM examinan con la empresa alemana ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS) reparaciones de cierta importancia (unos 60 millones de dólares) en esas embarcaciones -tanto las consideradas por los oficiales de MB como altamente aprovechables, la venta representaría la pérdida de importantes medios de adiestramiento de las tripulaciones de submarinistas brasileños y un significativo debilitamiento de la capacidad de respuesta de la Fuerza a una situación de emergencia.
El precio es simbólico –pero los militares estarían más indignados si supieran de los términos en que el gobierno Jair Bolsonaro -con la aquiescencia tácita del ministro Azevedo e Silva (y el silencio de la Marina, en Brasilia) - está negociando, con la Marina del país vecino, la venta de los buques.
Todos, es menester repetir, integrantes de la nueva fuerza de disuasión de la MB.
De acuerdo con un relato obtenido por Poder Naval directamente de un oficial que trabaja con la obtención y el mantenimiento de medios de la MB, el entendimiento supuestamente acordado por el Ministerio de Defensa de Brasil con la organización homónima de Buenos Aires parece, simplemente, "descabellado", difícil incluso de merecer crédito.
Y eso por un puñado de buenas razones:
1 - Según la versión, entre bastidores, los almirantes argentinos quisieran pagar sólo un valor simbólico por las clase Tupi.
El mes pasado, cuando el Comandante de la Marina, almirante Ilques Barbosa, admitió para un grupo de altos oficiales en actividad y de la reserva (durante una ceremonia en el Arsenal de la Marina en Río de Janeiro), el interés de la Armada peruana por los mismos buques, era que cada IKL podría venderse, en el estado en que se encuentra, por un valor no inferior a los 75/80 millones de dólares.
El sábado, el periodista Roberto Godoy -uno de los más respetados especialistas en asuntos militares de la prensa brasileña- arriesgó informar, en el diario O Estado de São Paulo, que el precio del unitario de los submarinos a ser transferidos quedaría en el nivel de los 40/50 millones de dólares.
Pero las fuentes navales del PN admiten que: el valor expresado por Godoy, todavía, no parece "suficientemente simbólico" para una Fuerza Naval que tardó dos años para reunir 12 millones de dólares con el objetivo de comprar cinco cazas Super Étendard usados de los inventarios de la Aviación Naval francesa y que debe considerarse, simplemente, quebrada desde el punto de vista financiero;
2 - El mismo relato obtenido por PN explica que: los "felices compradores" de las embarcaciones quisieran que un banco brasileño financiara la modernización del Tandanor, astillero argentino que quedará encargado de las reparaciones en los buques a ser recibidos.
En el caso de las tratativas con Perú, la idea del Comando de la Marina era que tales servicios fueran hechos en el Arsenal de Marina de Río de Janeiro, que desde hace más de 20 años vela por la operatividad de los IKL.
3 - Aún de acuerdo con la misma versión, los argentinos solicitan que el personal de MB capacite gratuitamente, tanto el personal que hará los trabajos en el astillero Tandanor, como a las tripulaciones que van a operar las clases Tupi -buques de una generación considerablemente más avanzada que IKL-209 Salta, en uso en Argentina desde finales de la década de 1970.
4 - Otro punto fundamental para los militares de Brasil: no hay ninguna garantía de que la MB incluso recibirá sus cuatro nuevos submarinos de la clase Riachuelo.
Este argumento puede sonar extraño, pero la verdad es que los jefes militares están profundamente decepcionados con la reducción de sus presupuestos por parte del área económica. En el caso de que se produzca un cambio en las condiciones de trabajo, se debe tener en cuenta que, el primer submarino de la nueva clase, Riachuelo, es el de obtención más garantizada, a pesar de que en su acabado ven retrasos.
En el caso de los buques de la clase Riachuelo (Scorpène brasileño) se están construyendo cerca del equipo para la devolución del Riachuelo al mar, y las repetidas consultas a la empresa británica que da mantenimiento al ascensor de buques (shiplift) del complejo naval militar de Itaguaí, han quedado sin ninguna respuesta por parte del consorcio ICN, responsable de la fabricación de las embarcaciones.
Los demás buques de esta clase sólo se consideran "unidades en construcción".
5 - En cuanto a la capacidad -y a la disposición- financiera de la Administración de Mauricio Macri para un compromiso derivado de las adquisiciones militares, la MB, lo considera "inexistente".
Fuente del sector de Material de la Marina de Brasil recuerda:
"Ellos [los argentinos] cerraron un acuerdo con los franceses para obtener cuatro OPV [Clase L'Adroit]. En este contrato, Argentina paga parcelas anticipadas. Cuando paga el valor de un barco, le es entregado. Sólo lo recibe si, primero, pagan el valor integral del barco. A continuación comienza a pagar el segundo y los franceses empiezan a construirlo.
Pesca -Hay, sin embargo, otros aspectos de esta reciente aproximación entre los jefes navales argentinos y brasileños que deberían causar preocupación en el Gabinete del Comandante de la Marina de Brasil.
El viernes, al final del (pomposo) Seminario de Industria de la Defensa y Seguridad, realizado en la Embajada de Brasil en Buenos Aires que anunció la profundización de la "cooperación binacional en el área de submarinos convencionales", un texto de la Asesoría de Comunicación Social del ministro Azevedo e Silva reveló: también, el estudió dee "las oportunidades de cooperación combinadas para la vigilancia y control del Atlántico Sur".
La frase, para quien no sabe, incluye, en esa nueva fase de convivencia con una Armada Argentina empobrecida, carente y cada vez más propensa a ser socorrida por los amigos (Marinas del Perú y del Brasil), una cáscara hueca para la MB.
A tal "oportunidad de cooperación combinada" se refiere al plan argentino de activación de un Centro de Control de la Pesca para toda la cara occidental del Atlántico Sur.
El nuevo organismo conjugaría, en una sola estructura, los paupérrimos recursos de la Marina Argentina para el control de la pesca predatoria , los incipientes medios de patrullaje de la pequeña Armada de la República Oriental del Uruguay y las unidades de la Marina de Brasil una flota numerosa, superior a las 100 unidades -aunque buena parte de ellas opere con restricciones, esté sometida a un régimen de ahorro de repuestos y de combustible o se encuentre, simplemente, no disponible.
Pero esta no es la última amenaza que el reciente acercamiento entre las Marinas de los dos países representa.
En el Ministerio de Relaciones Exteriores, de alineación fidelísima a los contorsiones políticas de Jair Bolsonaro, la pregunta es si la propalada venta de cuatro submarinos brasileños a la Armada Argentina no impone un daño potencial a la, hasta aquí, una excelente relación entre las Marinas del Brasil y del Reino Unido.
En el final de la tarde de este sábado (08.06), un oficial submarinista que acompañó hace años los textos de este blog me transmitió, por el celular, un breve mensaje para este articulista: "Va la Gran Bretaña estar de acuerdo con la transferencia a los argentinos de los sistemas de combate Lockheed Martin y los torpedos Mk.48 [que figuran en los Clase Tupi]?
* Es periodista graduado en Gestión y Planificación de Defensa por el Centro de Estudios de Defensa Hemisférica de la Universidad de Defensa Nacional de Estados Unidos. Especialista en diplomacia y asuntos militares de América del Sur. Autor de una decena de libros, entre ellos "El código de las profundidades", sobre la actuación de los submarinos argentinos en la Guerra de las Malvinas y "Las Garras del Cisne", sobre los planes de reequipamiento de la Marina de Brasil tras el descubrimiento del Pre-Sal.
Traducción y notas: Carlos Pissolito.
1 comentario:
se menciono el tema de una represa en misiones que tocaria nuestro territorio por eso los sub
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