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William S. LIND
Drone Quads 1 |
La primera lección, aquí, es que los Estados tienden a subestimar a las capacidades de los jugadores de G4G no estatales. Lo hicimos con al Qaeda y lo pagamos el 11 de septiembre. Los israelíes lo hicieron con Hezbolá y lo pagaron luchando hasta un empate la última vez que invadieron el Líbano. Ahora, los Estados Unidos lo está haciendo nuevamente con los hutíes, al igual que los sauditas cuando lanzaron lo que pensaron que sería una guerra fácil contra ellos en 2015. Esta subestimación crónica, probablemente, continuará hasta que un jugador de G4G desencadene un ataque nuclear en algún lugar inconveniente.
Una lección relacionada es que la última tecnología no ha alterado los límites del poder aéreo. Desde Douhet en adelante, los (a menudo bien pagados) defensores del poder aéreo han prometido más o menos, como dijo el general McPeak, entonces Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea de los EEUU, en mi programa de televisión Modern War, hace años. Cada vez que el poder aéreo ha sido utilizado para los bombardeos estratégicos no ha podido ganar una guerra, los vendedores prometen un nuevo avión o sistema que afirman que finalmente funcionará. Nunca lo ha hecho y nunca lo hará, incluso en Yemen.
La lección más importante es que las tecnologías que importan para la guerra futura no son, en su mayoría, los "sistemas" barrocos e hiper-costosos con los que los militares estatales desperdician miles de millones; sino adaptaciones baratas y simples del mercado civil. Los misiles de crucero más efectivos fueron los aviones civiles utilizados por al Qaeda el 11 de septiembre; todo lo que costó fueron unos pocos miles de dólares en entrenamiento de pilotos. El drone Quds 1 de los hutíes cuesta mucho menos que los modelos multimillonarios que compramos, sin mencionar el F-35 de más de U$ 100 millones o el portaaviones de la clase Ford de $ 15 mil millones que se supone que lanzará el F-35, pero puede que no puede hacerlo. Si tengo razón y los hutíes lanzaron su ataque desde un barco de tipo civil, compare el costo de ese dhow con un destructor de la Marina de los EEUU. Luego pregunte quien, realmente, ha destruido algo.
Esta gran desproporción entre lo que los Estados obtienen por su dinero y lo que obtienen los actores de G4G no estatales es típico de un cambio en generaciones. Las divisiones panzer alemanas de la década de 1940 fueron mucho más baratas que la línea Maginot a la que le pasaron por encima. Las bicicletas que los japoneses usaron en su campaña para tomar Singapur en 1942 costaron una pequeña fracción de las defensas de Singapur. Los sensores de alta tecnología de la "Línea McNamara" en Vietnam costaron, infinitamente más, que las latas de orina que el VC colgaba de los árboles para engañarlos y la proporción era casi la misma para los hornos de microondas que los serbios usaban en la defensa de Kosovo como señuelo nuestros misiles antirradiación multimillonarios.
Los ejércitos estatales inteligentes aprenderán esta lección y comenzarán a usar sus mayores recursos para muchos programas pequeños de adquisición del tipo G4G, en los que modifican productos para la venta en el mercado civil. Eso no sucederá aquí, porque lo peor que se puede decir sobre una propuesta en el Departamento de Defensa es que es económica (es por eso que nuestras tropas siguen marchando en lugar de andar en bicicleta). En Washington, el presupuesto, no un arma, es el producto. Y así, las G4G y las entidades no estatales que la libran son el futuro, no porque sean más competentes, sino porque nosotros somos muy corruptos.
Traducción: Carlos Pissolito.
Notas:
(1) El dhow es una embarcación de vela de origen árabe caracterizada por su velamen triangular y bajo calado, siendo lo más común que cuenten con un solo mástil, aunque pueden llevar dos o tres. (N.T.)
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