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William Lind
Como lo he dicho muchas veces, está en la raíz de las Guerras de 4ta Generación una lucha por la legitimidad. Por un lado está el Estado. Por otro lado, hay una gran variedad de lealtades primarias alternativas: religión, raza, tribu, pandilla y localidad, entre otras. En todo el mundo, la lucha le está yendo mal para el Estado, ya que un número creciente de personas cambia su lealtad principal a una de las muchas alternativas y por las cuales están dispuestas a luchar.
Washington no se da cuenta, absorto como está en sus propias luchas por el poder y el dinero, pero la misma lucha está ocurriendo en este país. Hasta ahora, para nuestro gran beneficio, se ha mantenido en las periferias. La policía urbana sabe que lo están enfrentando en forma de pandillas de base étnica, que son empresas comerciales ilegales que luchan. Pero la masa del pueblo estadounidense todavía parece leal al Estado.
La apariencia es, creo, engañosa. Tanto en la Izquierda como en la Derecha, crecen las dudas sobre la legitimidad del gobierno federal. En su mayoría, las dudas son sobre la legitimidad del actual presidente, aunque las encuestas muestran que la percepción pública del Congreso también es muy negativa. No hay duda de que muchos en la Izquierda consideran que el presidente Trump es ilegítimo. Si una figura de extrema Izquierda como Warren ganara en 2020, la Derecha dudaría de su legitimidad. Pero considerar al actual presidente ilegítimo es diferente de pensar que el propio Estado ha perdido su legitimidad.
La acusación podría cambiar eso. Los partidarios del presidente Trump consideran su elección como prueba de que se pueden escuchar sus voces y de que sus intereses serán considerados en Washington. Saben que para, prácticamente, todos los demócratas y algunos republicanos, son "no-personas". ¿Por qué? Porque son blancos, hombres o mujeres no feministas, heterosexuales y en, su mayoría, cristianos. También, están luchando económicamente, lo que significa que no contribuyen a las campañas de los políticos. Las élites costeras los descartan como pobres inmigrantes que habitan en el “"flyover country". (1) El Partido Demócrata, que ha abrazado la ideología del marxismo cultural, los considera a todos "opresores" intrínsecamente malvados, aptos solo para besar los pies de los negros, de los inmigrantes, de los homosexuales, de los feministas, etc., grupos de "víctimas" de lo políticamente correcto.
Una vez más, si un Warren gana en 2020, los partidarios del presidente Trump no la considerarán a ella (ni a él) un presidente legítimo. Pero si la alianza impía entre los demócratas y el Estado Profundo logra expulsar al presidente Trump del cargo por destitución o por otros medios, esa será una historia muy diferente. En ese momento, el mensaje para los partidarios del presidente Trump sería: “Tus votos no importan, porque incluso si eliges a un presidente, lo sacaremos de la oficina y te reduciremos a una servidumbre silenciosa. Usted y sus puntos de vista no tienen derecho a representación. Eres y seguirás siendo una “no-persona”.
En ese punto, en el vasto mar electoral que son las EEUU conservadores, la legitimidad del sistema en sí, es decir, el Estado, se vería, seriamente, cuestionada. Y cuando eso suceda, la posibilidad de una Guerra de 4ta Generación aquí, a gran escala, aumentará dramáticamente. Cuando le dices a la gente que no pueden lograr la representación a través del voto, comienzan a pensar en hacerlo con balas.
Ese mapa electoral, el que muestra los resultados de las elecciones de 2016 por condado, tiene un significado militar significativo. Los votos demócratas se concentran en las ciudades, que no pueden alimentarse. El presidente Mao dijo: "Toma el campo y las ciudades caerán". Tampoco se pueden abastecer desde el mar, porque la mayoría de las personas en las FFAA son partidarios de Trump, lo que significa que el lado republicano obtendrá la mayoría de los barcos y de los aviones. El problema militar es realmente bastante simple y la necesidad, prácticamente, no implica disparar un tiro ni destruir nada. Simplemente pones las ciudades bajo asedio y esperas a que salgan los hambrientos. No tardará mucho.
El mensaje a Washington es claro y directo: si el presidente Trump es expulsado de su cargo por algo que no sea una pérdida en las elecciones de 2020 (si se postula), la legitimidad del Estado será cuestionada. Es un negocio peligroso que los políticos de ambos partidos deberían evitar. Después de todo, serán las primeras personas colgadas del poste de luz más cercano si llega aquí una Guerra de 4ta Generación. Un juicio político que nos lleva a establecer “check points” (2) por toda las zonas rurales de los EEUU rural es una muy mala idea.
Traducción y notas: Carlos Pissolito
(1) El término se usa a menudo para referirse, burlonamente, a la vasta franja de los EEUU que no está cerca de las costas del Atlántico o del Pacífico. (N.T.).
(2) Los “check-points” son puestos de control policial o militar que se establecen sobre las rutas y los caminos para controlar el desplazamiento de las personas. (N.T.)
William Lind
Washington no se da cuenta, absorto como está en sus propias luchas por el poder y el dinero, pero la misma lucha está ocurriendo en este país. Hasta ahora, para nuestro gran beneficio, se ha mantenido en las periferias. La policía urbana sabe que lo están enfrentando en forma de pandillas de base étnica, que son empresas comerciales ilegales que luchan. Pero la masa del pueblo estadounidense todavía parece leal al Estado.
La apariencia es, creo, engañosa. Tanto en la Izquierda como en la Derecha, crecen las dudas sobre la legitimidad del gobierno federal. En su mayoría, las dudas son sobre la legitimidad del actual presidente, aunque las encuestas muestran que la percepción pública del Congreso también es muy negativa. No hay duda de que muchos en la Izquierda consideran que el presidente Trump es ilegítimo. Si una figura de extrema Izquierda como Warren ganara en 2020, la Derecha dudaría de su legitimidad. Pero considerar al actual presidente ilegítimo es diferente de pensar que el propio Estado ha perdido su legitimidad.
La acusación podría cambiar eso. Los partidarios del presidente Trump consideran su elección como prueba de que se pueden escuchar sus voces y de que sus intereses serán considerados en Washington. Saben que para, prácticamente, todos los demócratas y algunos republicanos, son "no-personas". ¿Por qué? Porque son blancos, hombres o mujeres no feministas, heterosexuales y en, su mayoría, cristianos. También, están luchando económicamente, lo que significa que no contribuyen a las campañas de los políticos. Las élites costeras los descartan como pobres inmigrantes que habitan en el “"flyover country". (1) El Partido Demócrata, que ha abrazado la ideología del marxismo cultural, los considera a todos "opresores" intrínsecamente malvados, aptos solo para besar los pies de los negros, de los inmigrantes, de los homosexuales, de los feministas, etc., grupos de "víctimas" de lo políticamente correcto.
Una vez más, si un Warren gana en 2020, los partidarios del presidente Trump no la considerarán a ella (ni a él) un presidente legítimo. Pero si la alianza impía entre los demócratas y el Estado Profundo logra expulsar al presidente Trump del cargo por destitución o por otros medios, esa será una historia muy diferente. En ese momento, el mensaje para los partidarios del presidente Trump sería: “Tus votos no importan, porque incluso si eliges a un presidente, lo sacaremos de la oficina y te reduciremos a una servidumbre silenciosa. Usted y sus puntos de vista no tienen derecho a representación. Eres y seguirás siendo una “no-persona”.
En ese punto, en el vasto mar electoral que son las EEUU conservadores, la legitimidad del sistema en sí, es decir, el Estado, se vería, seriamente, cuestionada. Y cuando eso suceda, la posibilidad de una Guerra de 4ta Generación aquí, a gran escala, aumentará dramáticamente. Cuando le dices a la gente que no pueden lograr la representación a través del voto, comienzan a pensar en hacerlo con balas.
Ese mapa electoral, el que muestra los resultados de las elecciones de 2016 por condado, tiene un significado militar significativo. Los votos demócratas se concentran en las ciudades, que no pueden alimentarse. El presidente Mao dijo: "Toma el campo y las ciudades caerán". Tampoco se pueden abastecer desde el mar, porque la mayoría de las personas en las FFAA son partidarios de Trump, lo que significa que el lado republicano obtendrá la mayoría de los barcos y de los aviones. El problema militar es realmente bastante simple y la necesidad, prácticamente, no implica disparar un tiro ni destruir nada. Simplemente pones las ciudades bajo asedio y esperas a que salgan los hambrientos. No tardará mucho.
El mensaje a Washington es claro y directo: si el presidente Trump es expulsado de su cargo por algo que no sea una pérdida en las elecciones de 2020 (si se postula), la legitimidad del Estado será cuestionada. Es un negocio peligroso que los políticos de ambos partidos deberían evitar. Después de todo, serán las primeras personas colgadas del poste de luz más cercano si llega aquí una Guerra de 4ta Generación. Un juicio político que nos lleva a establecer “check points” (2) por toda las zonas rurales de los EEUU rural es una muy mala idea.
Traducción y notas: Carlos Pissolito
(1) El término se usa a menudo para referirse, burlonamente, a la vasta franja de los EEUU que no está cerca de las costas del Atlántico o del Pacífico. (N.T.).
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