COMENTARIO: Esta nota fue, originalmente, escrita en 2019. Hoy, nuevamente, la reilemos ante nuevas evidencias de que la próxima sequía no será un cisne negro. Acá va la nueva evidencia. La que no deja de acumularse año tras año, hasta que el desastre se produzca.
https://www.infocampo.com.ar/la-desoladora-toma-satelital-de-la-agencia-espacial-europea-de-la-sequia-en-argentina/
Por Carlos Pissolito
Como sabemos la teoría del Cisne negro fue desarrollada por Nassim Nicholas Taleb para referirse a fenómenos difíciles de predecir y que, sin embargo, producen un gran impacto.
Lo dijimos en febrero del 2018: que la sequía que sufrimos y que los especialistas la calificaron como la peor de los últimos 44 años, no fue un cisne negro.
Tampoco, lo sería una nueva sequía que podría presentase a fines del 2019 y principios del 2020.
Simplemente, porque es un evento, no solo previsible. También, uno que fue anunciado. Entre otros por mí en el artículo titulado 'La Geopolítica de la Pampa Húmeda' hace varios meses. Ver: http://espacioestrategico.blogspot.com.ar/2017/10/la-geopolitica-de-la-pampa-humeda-y-sus.html
Esto fue lo decíamos en esa oportunidad:
'La alarma, en este caso, la enciende la Cruz Roja Argentina, la que sostiene en un reciente artículo publicado por La Nación que: "La situación es preocupante porque todavía no transcurrió la temporada alta de lluvias en el país y ya estamos muy por encima de la media anual de emergencias que atendemos usualmente".'
'Pero, el mayor problema geopolítico, para nosotros, no es solo una mayor frecuencia de eventos locales, sino que la mayoría de los mismos se ubican en la zona productora de cereales de la Pampa húmeda argentina. Vale decir en nuestro mismísimo Heartland.'
Concluíamos lo siguiente:
"Cómo puede evolucionar este problema no lo sabemos con exactitud. Sí, podemos afirmar que si lo hace como es advertido por los expertos, la Argentina enfrentará un problema potencialmente muy grave, cual es ver afectada la zona productiva de sus principal commodities exportables (soja, trigo y maíz) y, en consecuencia, su mayor fuente de ingresos."
'Ergo, cualquier daño o afectación a la principal zona productiva del Heartland de la Argentina tendría para ella graves e inmediatas consecuencias económicas, políticas y sociales.'
Para seguir podemos decir que
"Hoy ya sabemos que la sequía producirá una lógica merma de la cosecha de cereales. Los que a la sazón son la principal commodity exportable por nuestro país. Y en ese sentido, nuestra principal fuente de ingresos."
Los expertos hablaron, en su momento, de una merma de hasta el 1% del crecimiento del PBI.
También, le deberíamos sumar a la sequía producida por falta de lluvias en la Pampa húmeda a las que se producirán en todos los valles del piedemonte andino por el efecto negativo del cambio climático en la marcada disminución del régimen de acumulación de nieve en las altas cumbres. Y como ya ha sido señalado: https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=por-la-gran-sequia-los-glaciares-retroceden-30-centimetros-por-ano
Nos debería bastar el poner estos datos en el contexto de nuestra alicaída economía y de su voraz necesidad de fondos en dólares. Los que se obtienen, legítimamente, -casi exclusivamente- por vía de nuestra cosecha de granos. La que, ahora, se vería, seriamente, mermada. Para comprobar que más que de un cisne negro tendríamos que hablar de una catástrofe anunciada.
Por Carlos Pissolito
Como sabemos la teoría del Cisne negro fue desarrollada por Nassim Nicholas Taleb para referirse a fenómenos difíciles de predecir y que, sin embargo, producen un gran impacto.
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| Imagen de un desolado campo en el norte mendocino. |
Lo dijimos en febrero del 2018: que la sequía que sufrimos y que los especialistas la calificaron como la peor de los últimos 44 años, no fue un cisne negro.
Tampoco, lo sería una nueva sequía que podría presentase a fines del 2019 y principios del 2020.
Simplemente, porque es un evento, no solo previsible. También, uno que fue anunciado. Entre otros por mí en el artículo titulado 'La Geopolítica de la Pampa Húmeda' hace varios meses. Ver: http://espacioestrategico.blogspot.com.ar/2017/10/la-geopolitica-de-la-pampa-humeda-y-sus.html
Esto fue lo decíamos en esa oportunidad:
'La alarma, en este caso, la enciende la Cruz Roja Argentina, la que sostiene en un reciente artículo publicado por La Nación que: "La situación es preocupante porque todavía no transcurrió la temporada alta de lluvias en el país y ya estamos muy por encima de la media anual de emergencias que atendemos usualmente".'
'Pero, el mayor problema geopolítico, para nosotros, no es solo una mayor frecuencia de eventos locales, sino que la mayoría de los mismos se ubican en la zona productora de cereales de la Pampa húmeda argentina. Vale decir en nuestro mismísimo Heartland.'
Concluíamos lo siguiente:
"Cómo puede evolucionar este problema no lo sabemos con exactitud. Sí, podemos afirmar que si lo hace como es advertido por los expertos, la Argentina enfrentará un problema potencialmente muy grave, cual es ver afectada la zona productiva de sus principal commodities exportables (soja, trigo y maíz) y, en consecuencia, su mayor fuente de ingresos."
'Ergo, cualquier daño o afectación a la principal zona productiva del Heartland de la Argentina tendría para ella graves e inmediatas consecuencias económicas, políticas y sociales.'
Para seguir podemos decir que
"Hoy ya sabemos que la sequía producirá una lógica merma de la cosecha de cereales. Los que a la sazón son la principal commodity exportable por nuestro país. Y en ese sentido, nuestra principal fuente de ingresos."
Los expertos hablaron, en su momento, de una merma de hasta el 1% del crecimiento del PBI.
También, le deberíamos sumar a la sequía producida por falta de lluvias en la Pampa húmeda a las que se producirán en todos los valles del piedemonte andino por el efecto negativo del cambio climático en la marcada disminución del régimen de acumulación de nieve en las altas cumbres. Y como ya ha sido señalado: https://www.losandes.com.ar/article/view?slug=por-la-gran-sequia-los-glaciares-retroceden-30-centimetros-por-ano
Nos debería bastar el poner estos datos en el contexto de nuestra alicaída economía y de su voraz necesidad de fondos en dólares. Los que se obtienen, legítimamente, -casi exclusivamente- por vía de nuestra cosecha de granos. La que, ahora, se vería, seriamente, mermada. Para comprobar que más que de un cisne negro tendríamos que hablar de una catástrofe anunciada.
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