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por William S. LIND
A pesar de todos los aullidos de los principales medios de comunicación, el Partido "Republicrat" y la clase charlatana, los eventos en Washington el 6 de enero de 2021 fueron una victoria estratégica para la Derecha política y una gran victoria. ¿Por qué? Porque la Derecha demostró que podía defenderse.
El verano pasado, la Izquierda se amotinó, saqueó y quemó en muchas de nuestras ciudades y, en la mayoría de los casos, se retiraron las acusaciones contra los saqueadores y los incendiarios. Los conservadores han mirado en silencio mientras la Izquierda derribaba las estatuas de sus antepasados y prohibía sus símbolos. La multitud que “despertó” fue elogiada porque condenó a los blancos, a los hombres y a los heterosexuales y exigió que se arrastraran en la tierra o fueran “cancelados”, perdiendo sus trabajos.
El 6 de enero, eso llegó a su fin. La Derecha no solo desafió a la Izquierda, destruyó el mito de su invencibilidad. La Izquierda saqueó y quemó pequeñas empresas; la Derecha tomó el Capitolio en Washington, D.C. Te fumamos en pipa, le dijo la Derecha a la Izquierda.
El establishment está llamando a los eventos del 6 de enero una “insurrección”. Un término más exacto es "revuelta". La mayoría oprimida se rebeló contra una élite que al mismo tiempo los desprecia y vive de sus impuestos. Los "hacedores" se rebelaron contra los "aprovechadores". Blancos, varones, mujeres no feministas (una de las cuales dio su vida) y heterosexuales se rebelaron contra el marxismo cultural que los condena como malvados sin importar lo que hagan los individuos.
El equipo de transición de Biden dio una evidencia dramática de por qué se produjo esa revuelta. La semana pasada anunció que el entrenamiento de “antirracismo”, cancelado por el presidente Trump, será reinstalado para todos los trabajadores y contratistas federales. Se trata de sesiones de “autocrítica” maoísta en las que los blancos deben proclamar su “racismo”, disculparse con los negros y otros no blancos y aprender a pronunciar las mentiras que exige el marxismo cultural. Cualquiera que no siga el guión es despedido y excluido.
Otra victoria estratégica de la Derecha, que aún se está desarrollando, es que los dos partidos que gobiernan Washington se unieron de manera tan abierta que incluso el maestro de educación cívica más aburrido debe reconocer que vivimos en un Estado de partido único. Ese hecho legitima la revuelta: en uno así, la revuelta es la única forma en que los disidentes pueden influir en el proceso político. De lo contrario, no tienen representación. El presidente Trump los representó, razón por la cual el Establishment lo odia tanto y continuará persiguiéndolo, incluso después de que deje el cargo.
A pesar de su victoria estratégica general, la Derecha necesita extraer algunas lecciones de los eventos del 6 de enero. Lo más importante es mantener la paz. Si una multitud es lo suficientemente grande, puede abrirse camino hacia los edificios sin ofrecer violencia a las personas o a la propiedad. En este tipo de guerra, la forma de ganar es sufriendo bajas, no infligiéndolas. Cada víctima se convierte en mártir y se gana acumulando mártires. Así es como el cristianismo conquistó al Imperio Romano, así fue como ganó el movimiento de derechos civiles en los años cincuenta y sesenta y así es como la Izquierda está tratando de ganar la guerra cultural ahora. Lo entienden y la Derecha debe aprenderlo o perder.
Bajo ninguna circunstancia la Derecha debe destrozar, saquear o quemar. El punto aquí es ofrecer un contraste con la Izquierda. Esas acciones, que no pueden controlar debido a la naturaleza de sus fuerzas, lastiman a la Izquierda. Debemos responder con acciones positivas, p. ej. si derriban una estatua de uno de nuestros héroes, deberíamos colocar una nueva en un lugar que controlemos.
Bajo ninguna circunstancia la derecha debe herir a la policía. La muerte de un oficial de policía del Capitolio el 6 de enero fue un crimen, fue una tragedia y un error. La mayoría de los policías están de nuestro lado en esta guerra cultural. Debido a que la izquierda los odia, debemos apoyarlos y protegerlos. En cualquier acción de masas, la Derecha debe tener líderes entre la multitud cuyo trabajo sea prevenir enfrentamientos con la policía. La acción masiva es posible sin violencia, especialmente, violencia contra la policía. No quieren hacernos daño y nunca deberíamos lastimarlos, incluso si eso significa que nos lastimamos a nosotros mismos. Aquellos que han leído el libro de Thomas Hobbes, "Victoria", (1) no se sorprendieron por los acontecimientos del 6 de enero. En "Victoria", los intentos del gobierno federal de hacernos tragar el marxismo cultural por la garganta de todos los estadounidenses, socavan su legitimidad hasta el punto en que el Estado mismo se desintegra. Si los Estados Unidos quieren evitar ese destino, el Establishment debe leer la escritura que quedó en las paredes del Capitolio el 6 de enero.
Traducción y notas: Carlos Pissolito
Notas:
(1) "Victoria" es una novela, escrita por W Lind, bajo el seudónimo de Thomas Hobbes sobre la guerra de 4ta generación como paso previo a una restauración estadounidense.
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