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por Martin van Creveld
Día tras día, se nos cuenta cómo los hombres, la sociedad, la naturaleza y, en algunos casos, incluso las propias mujeres, conspiran para mantener a las mujeres oprimidas y excluidas. Para convencerse de este hecho, todo lo que tiene que hacer es abrir Google; Simplemente el viejo Google, no se necesita IA. A continuación, escriba alguna combinación de hombres, mujeres y cualquier cosa mala que se le ocurra. He aquí sólo algunos ejemplos recogidos más o menos al azar de la Red en el transcurso de un par de horas de trabajo.
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“Las mujeres siguen estando tremendamente subrepresentadas en los foros de toma de decisiones relacionados con la prevención de conflictos y la consolidación de la paz” (UNFPA, 13-15.11.2001).
“Las mujeres sufren más que los hombres” (Live Science, 6.7.2005).
“Los desastres naturales reducen la esperanza de vida de las mujeres más que la de los hombres. En otras palabras, los desastres naturales (y su impacto posterior) matan en promedio a más mujeres que hombres o matan a mujeres a una edad más temprana que los hombres”. (“La naturaleza de género de los desastres naturales”, Revista de la Asociación de Geógrafos Estadounidenses, 97, 2007, 3).
“A nivel mundial, las mujeres son más vulnerables a… las crisis económicas” (ONUSIDA, 2012).
"¿Por qué la depresión es más frecuente en las mujeres?" (Revista de Psiquiatría y Neurociencia, julio de 2015).
“Los géneros experimentan el dolor de manera diferente y las mujeres lo padecen más” (The Conversation, 12.09.2015).
“La evidencia reciente sugiere que factores biológicos, como la variación en los niveles de hormonas ováricas y particularmente la disminución de los estrógenos, pueden contribuir al aumento de la prevalencia de la depresión y la ansiedad en las mujeres” (ibid).
“Las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir estrés y ansiedad graves que los hombres” (New York Times, 14.11.2018).
“Las mujeres sufren dolores innecesarios porque casi todo está diseñado para hombres” (Vox, 22.9.2019).
“Casi el 90% de los hombres y mujeres del mundo tienen prejuicios contra las mujeres” (PNUD, 5.3.2020).
“La encefalomielitis myalgia/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC)… ocurre entre 1,5 y 2 veces más a menudo en mujeres que en hombres. (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, 20.5.2020).
“Cómo el patriarcado y el capitalismo se combinan para agravar la opresión de las mujeres” (CADTM, 28.5.2020).
“Las aulas universitarias siguen siendo frías para las mujeres” (Dartmouth News, 27.1.2021).
“Por qué casi el 80 por ciento de las personas que padecen enfermedades autoinmunes son mujeres” (Scientific American, 21 de septiembre de 2021).
“La inflación afecta más a las mujeres que a los hombres” (Foro Económico Mundial, 2022).
“Los prejuicios sociales contra las personas con enfermedades mentales pueden afectar de manera más significativa a las pacientes femeninas con esquizofrenia” (General Psychiatry, 2022; 35(4).
“En todo el mundo, las mujeres y las niñas son particularmente vulnerables en tiempos de guerra” (Georgetown Law, abril de 2023).
“Es más probable que las mujeres quieran un trabajo pero no lo tengan” (ILOSTAT, 14.3.2024).
“Las mujeres en el mundo en desarrollo enfrentan perspectivas laborales nefastas” (ibid).
“Cuando una mujer no sabe venderse, su lugar lo ocupará un hombre” (Ynet, Israel, 4.6.2024).
“Cómo la crisis climática alimenta la desigualdad de género” (CNN World, 9.4.2024).
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Nunca se me ocurriría dudar de ninguna de estas y de un millón de afirmaciones similares. Sin excepción, se basan en investigaciones exhaustivas presentadas honestamente sine studio et ira. (1) Aún así me gustaría agregar una pregunta propia. Es cierto que los hombres, la sociedad, la naturaleza y, en ocasiones, incluso las propias mujeres conspiran contra las mujeres pobres e indefensas. En ese caso, ¿cómo es posible que, en prácticamente todas las sociedades contemporáneas, desde Afganistán hacia arriba (o hacia abajo), disfruten de una esperanza de vida más larga que los hombres?
La respuesta (¡no se lo digas a nadie!) es: son defendidos y apoyados por hombres.
Traducción y nota: Carlos Pissolito
Nota:
(1) Sin bronca ni pasión. Expresión latina.
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