¿NAVIDAD O FELICES FIESTAS?

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por Carlos Pissolito

Seguramente la Navidad es la festividad del año más esperada por todos. Más allá de la existencia o no de motivos religiosos profundos, es para muchos -especialmente para los que pasamos cierta edad ya que nacimos en el otro siglo-; es ocasión de grandes juntadas familiares, de regalos, de comilonas y de un largo etcétera de gratos recuerdos.

En la misma, se conmemora, como sabemos, el nacimiento de Jesucristo. Aunque la fecha exacta no se encuentra registrada ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento, desde un principio los cristianos así la asumieron y la festejaron. Pero, la adopción formal de esa fecha se la debemos al obispo de Cesarea en Palestina, Teófilo quien en el 160 d.C. proclamó que se debía festejar el cumpleaños de Cristo el día 25 de diciembre como siempre se supo que había sucedido. Por su parte, el papa San Telésforo instituyó el ritual de la Misa del Gallo para celebrarlo en el 170 d. C.

Una de las tantas teorías sobre su origen y que circulan por estos días, afirma que la elección del día 25 de diciembre respondió a un esfuerzo de la Iglesia Católica por cristianizar la fiesta pagana del Solsticio de Invierno denominada “Sol Invictus”. Afirmación, a la que nosotros atrevemos a poner en duda. En primer lugar,  porque si esto fuera cierto se la debería celebrar entre el 21 y el 23, ocasión  del fenómeno astronómico y  que no coincide con el 25. Y en segundo lugar, porque la misma, fue establecida por el emperador Aureliano por un decreto firmado en el 273 d.C.; pero su primera celebración registrada fue en el 354, es decir 80 años después y por presión de otro emperador, Juliano el Apóstata y que como lo indica su nombre, fue un gran perseguidor del cristianismo. Y que como vemos las fechas son muy posteriores a su adopción por el calendario católico.

Como vemos la Navidad no ha estado exenta de disputas. Sólo para citar un caso extremo entre tantos, podemos recordar que hace unos pocos días, un médico saudita exiliado en la ciudad de Magdeburgo en Alemania atropelló con su auto a una multitud mientras concurría a una feria navideña por el simple odio que tal festejo le generaba y que según él mismo ha dejado por escrito. 

Es por eso que muchos eluden desear por estos días una “Feliz Navidad” y apelan al anodino “Felices Fiestas”. Otros más extremos, se atreven al “Feliz Solsticio”. Tanto es así que días atrás, me llegó este mensaje en una de mis redes de Whatsapp con toda una explicación al respecto. La comparto para nuestro análisis: 

Te presento el pesebre de este año. Más inclusivo y laico. 

No hay animales para evitar maltratos. 

María tampoco está porque las feministas consideran que la imagen de la mujer no puede ser explotada. 

José, el carpintero, no aparece porque el sindicato no lo autoriza. 

Sobre el niño Jesús lo estoy pensando porque él, todavía no decidió si quiere ser niño, niña u otra cosa . Además en las escuelas dicen que no se puede poner porque ofende a otras culturas.

Ni hablar de los Reyes Magos, podrían ser inmigrantes y uno de ellos es negro. Me pueden considerar esclavista. 

Tampoco hay ángeles para no ofender a ateos, musulmanes u otras religiones. 

Finalmente, eliminé la paja por riesgo de incendio y porque no cumple con algunas normas sobre el uso de este material. 

Solo queda la cabaña, hecha con madera reciclada de bosques de Formosa, que cumplen con la norma ambiental. 

Pero mañana la retiro, no sea que venga alguien a okuparla.

Pero, que nos puede traer una reflexión histórica de la Navidad. Vemos

En principio, tenemos que comenzar reconociendo el "multiculturalismo", tan proclamado por estos días desde lo “políticamente correcto”  que encierra el Pesebre de Belén y que es el símbolo de la Navidad, por excelencia. Ya que, en pocas palabras, se trata de una familia judía que da a luz a quien sería el primero de los cristianos. Mientras huía de la persecución de un tirano sanguinario, también de origen judío. 

Como si esto fuera poco, a poco del alumbramiento, llegan  tres reyes magos de Oriente. Los que muy bien podrían ser un babilónico (Irak), un persa (Irán) y hasta uno de raza negra integrante del Reino de Saba (Etiopía).

También, afirma la tradición que se acercaron al lugar, varios pastores y hasta legionarios romanos que estaban de guardia en Belén. Es decir, representantes de la clase obrera y del ejército ocupante. Con lo que queda el cuadro completo con representantes de las principales corrientes religiosas de la actualidad.

Probablemente, a estas alturas nuestro lector podrá estar un poco confundido con tanta mélange de conceptos. No ha sido nuestra intención. Todo lo contrario. Tampoco, hemos querido convencerlo respecto de que su saludo sea el cristiano “Feliz Navidad” o el políticamente correcto “Felices Fiestas”. Ya estamos grandes para dar consejos gratis y ustedes son lo suficientemente libres para necesitar uno.

Sí queremos, en este año que ha sido particularmente difícil para todos, en esta Navidad disfrutemos de un momento de paz, de alegría y de esperanza, porque casi no hay stock de esas  cosas y para que las mismas se renueven para el 2025 por venir.