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viernes, 30 de octubre de 2015

Nuevo PM en Canadá.




http://www.lanacion.com.ar/1841168-cambio-de-rumbo-politico-en-canada

Cambio de rumbo político en Canadá.



Emilio Cárdenas

El predomino del Partido Conservador en Canadá, liderado por el ex primer ministro Stephen Harper, acaba de terminar abruptamente. En las recientes elecciones nacionales del país del norte triunfó el Partido Liberal, una agrupación de centro-izquierda que, de pronto, ha recuperado presencia en el medio de la escena.

Su candidato a primer ministro fue Justin Trudeau, que esta Navidad cumplirá 44 años. Hijo del recordado ex primer ministro Pierre Trudeau, su carrera política sin embargo se inició recién en el 2008, cuando Justin fuera elegido parlamentario por Montreal. En el 2011, Justin Trudeau mantuvo su banca y ahora será primer ministro de su país, 47 años después que lo fuera su ya fallecido e ilustre padre.

Los canadienses, como ocurre también en otras latitudes, se cansaron de una década de gobierno del duro Stephen Harper y prefirieron, como veremos, cambiar de rumbo y de personajes.

Antes de entrar en el mundo de la política, Justin Trudeau había sido instructor de esquí; maestro secundario; portero de un club nocturno; estudiante universitario; y boxeador amateur. Un poco de todo.



Se dice que no tiene la extraordinaria potencia intelectual que caracterizara a su padre. Y ciertamente no será, al menos de inmediato (como lo fuera su padre), un actor central en el escenario internacional. Pero Justin ha heredado claramente la simpatía y el notable carisma personal de su progenitor, aunque en una versión algo menos solemne.

 "Los canadienses, como ocurre también en otras latitudes, se cansaron de una década de gobierno del duro Stephen Harper y prefirieron, como veremos, cambiar de rumbo y de personajes"
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El regreso al poder del Partido Liberal canadiense no es, cabe advertir, solamente una derrota para los conservadores. También lo es para la izquierda dura, aglutinada en el Nuevo Partido Democrático, que ha caído ahora a la tercera posición luego de transformarse en la segunda fuerza política de Canadá.

¿Qué cambios de dirección cabe esperar ahora? Varios. Y no necesariamente menores.

Primero, la decisión de salir de la política de austeridad y de tratar, en cambio, de reactivar la demanda en una economía de perfil exportador que, como tantas, ha sido castigada por la fuerte caída de los precios internacionales de las materias primas, a través de la obra pública. Esto es, de la modernización de la infraestructura del rico e inmenso país.

Ante el fin del "viento de cola" se anuncia una inyección de fondos públicos del orden de los 10 billones de dólares en cada uno de los primeros tres años de la nueva gestión de gobierno. Para el economista Paul Krugman esto supone la "llegada de Keynes a Canadá". Es un cambio de rumbo oportuno, sostiene, cuando Canadá puede pedir dinero prestado a diez años de plazo y a una tasa de interés de apenas el 1,5% anual y cuando sus bonos a 30 años, indexados por inflación, tienen un rendimiento que no supera el 1%. En la región, el gobierno de Colombia ha tomado ya una decisión similar, anunciando un plan de modernización de sus carreteras.

Segundo, Canadá dejará de participar con sus aviones militares en la coalición liderada por los Estados Unidos que ha estado bombardeando, con bastante poco éxito, a las milicias del Estado Islámico, en Irak y en Siria. No tendrá, en más, roles de combate, lo que no excluye, sin embargo, alguna otra posible participación, quizás de orden humanitario.

Tercero, se profundizarán las relaciones bilaterales con los dos socios del NAFTA: los Estados Unidos y México. Según Trudeau, ellas se han enfriado demasiado y requieren un nuevo impulso cuando las tres economías del norte de nuestro hemisferio actúan de manera cada vez más integrada.

Cuarto, se mantendrá la atractiva tasa del impuesto a las ganancias a las sociedades, que es del 15%, por oposición a la del 35% que prevalece en los Estados Unidos y, créase o no, es también la nuestra. Se espera, en cambio, una reducción de la presión fiscal a la clase media y un aumento correlativo (del 1%) de la presión a las personas de altos ingresos.

Quinto, se legalizarán el consumo y la posesión de la marihuana. Uruguay tendrá de este modo un sorpresivo socio en el hemisferio. El ex premier Harper era, en cambio, un muy fuerte y encendido opositor a esta medida, para él inconcebible.

El joven Trudeau deberá cuidarse, o sea alejarse, de aquellas medidas concretas que generaron la repentina pérdida de popularidad de los conservadores. Entre ellas, los gastos excesivos de los parlamentarios; las medidas antiterroristas con efectos demasiado draconianos y fuertemente restrictivas de las libertades personales; y la imposición de restricciones a la vestimenta de las mujeres musulmanas (los velos denominados "niqabs") en las ceremonias oficiales.

Una etapa nueva se abre entonces para Canadá. Pero, como en todos los países serios, en Canadá no se trata de la llegada de un terremoto con sacudones fuertes y repentinos, sino de cambios pausados de rumbos, sin traumatismos ni confrontaciones innecesarias.

Cuando nos hemos alejado equivocadamente de la intimidad que deberíamos tener con Canadá y con todos aquellos países de nuestra América que no están en el sur de nuestro hemisferio, encerrándonos en cambio torpemente en el aislamiento, en lugar de abrirnos al mundo, conocer lo que políticamente sucede en nuestros vecinos del norte y tenerlo estratégicamente en cuenta es indispensable.

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