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viernes, 5 de marzo de 2021

Joseph Stalin. Obituario

 


por Martin van CREVELD


En toda la historia, pocas personas recibieron un nombre tan malo como Stalin, el dictador soviético que murió ayer hace sesenta y ocho años. Sin embargo, no siempre fue así. Para aquellos de ustedes que estén interesados, he copiado el obituario del “New York Times”, publicado dos días después de la muerte del dictador. Palabra a palabra, sin añadir ni omitir nada. Les  sugiero que le presten atención a lo que dice y, sobre todo, a lo que no dice.

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Stalin se levantó contra la opresión zarista para transformar a Rusia en un poderoso estado socialista


por The New York Times, 7 de marzo de 1953

"Joseph Stalin se convirtió en la figura más importante en la dirección política de un tercio de la población mundial. Formó parte de un grupo de duros revolucionarios que estableció el primer estado marxista importante y, como su dictador, llevó adelante su socialización e industrialización con vigor y crueldad.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin condujo personalmente a la victoria a las vastas fuerzas armadas de su país. Cuando Alemania fue derrotada, empujó las fronteras de su país al máximo y fomentó la creación de un cinturón de amortiguación de Estados satélites de orientación marxista desde Corea a través de Eurasia hasta el Mar Báltico. Probablemente ningún otro hombre haya ejercido jamás tanta influencia en una región tan amplia.

A finales de los años cuarenta, cuando un mundo alarmado, predominantemente no comunista, no vio fin al rápido avance de la Unión Soviética y sus satélites, hubo una agrupación de fuerzas apresurada y asustada para formar una línea de batalla contra el avance marxista. Stalin se situó en el Elba en Europa y en el Yalu en Asia. En oposición a él, estaban los Estados Unidos, piedra angular en el arco de los Estados no marxistas.

Stalin tomó y mantuvo el poder en su país mediante una mezcla de carácter, astucia y buena suerte. Sobrevivió a los intelectuales de su país, si es que no se las arregló para que los fusilaran y desgastó a los teóricos y a los soñadores. Podía ser encantor cuando quería. El presidente Harry Truman dijo una vez en un momento de descuido:

“'Me gusta el viejo Joe. Joe es un tipo decente, pero es un prisionero del Politburó' ".

Pero el Stalin que el mundo mejor conocía era duro, misterioso, distante y grosero. Tenía un gran elemento oriental en él; una vez fue llamado el "Ghengis Khan con teléfono" y pasó gran parte de su vida alimentando las conspiraciones que lo llevaron al poder y lo mantuvieron allí”.

Opinión de León Trotsky

León Trotsky, el brillante y derrotado adversario de Stalin, lo consideraba una nulidad intelectual que personificaba "el espíritu de mediocridad" que impregnaba a la burocracia soviética. Lenin, que valoraba mucho a Stalin como un incondicional del partido, lo caracterizó como "crudo" y "rudo" y como un "cocinero que sólo preparará platos picantes".

Pero los que sobrevivieron de las purgas aclamaron a Stalin como un genio supremo.

Aunque siguió siendo un enigma para el mundo exterior hasta el final de sus días, el papel de Stalin como líder de Rusia en la guerra le trajo la admiración y el gran elogio de los líderes aliados, incluidos el presidente Roosevelt y Winston Churchill. Y, de hecho, solo un hombre de voluntad férrea y determinación como la de Stalin podría haber mantenido unido a su destrozado país durante ese período de guerra, cuando los ejércitos alemanes invadieron grandes porciones del territorio ruso y barrieron las puertas de Moscú, Leningrado y el Cáucaso. Como Churchill en Inglaterra, Stalin nunca flaqueó, ni siquiera en los momentos en que todo parecía perdido.

Cuando la mayor parte de la maquinaria gubernamental y el cuerpo diplomático se trasladaron a Kuibyshev en diciembre de 1941, a la espera de la inminente captura de Moscú, Stalin permaneció en el Kremlin para dirigir las operaciones, las que, finalmente, arrojaron a las hordas nazis del patio de la capital. Sus órdenes de batalla y las exhortaciones a los ejércitos y al pueblo ruso a perseverar en la lucha contribuyeron, enormemente, a la victoria final. En repetidas ocasiones, Churchill se refirió a él en el Parlamento como el "gran guerrero" de Rusia.

Papel de guerra primordial

Con el cambio de marea contra los alemanes, Stalin se proclamó mariscal de la Unión Soviética y más tarde, generalísimo. Rodeado por una galaxia de generales brillantes, cuyos nombres pasarán a la historia como uno de los líderes militares más grandes de Rusia, Stalin fue retratado en la prensa soviética y extranjera como el comandante supremo responsable de la estrategia general. Hasta qué punto esto fue cierto tendrá que ser determinado por los historiadores en el futuro; pero es innegable que su papel en la conducción de la guerra fue primordial.

La energía y la fuerza de voluntad que mostró tanto antes como durante la guerra confirmaron la justificación de su nombre, ya que Stalin en ruso significa "hombre de acero", un nombre de guerra que adoptó al principio de su carrera revolucionaria. Mucho antes de que soñara con convertirse en el autócrata supremo de Rusia, había mostrado el acero en su carácter de prisionero político bajo el régimen zarista. Un compañero de prisión de ese período dio una ilustración de la determinación de Stalin. Esto fue en 1909, en la prisión de Bakú. Como castigo por los disturbios de los presos, las autoridades ordenaron que se los hiciera marchar en fila india entre dos filas de soldados que procedieron a lanzarles golpes con culatas de fusil. Con la cabeza en alto, un libro bajo el brazo, Stalin caminó por el pasillo sin un gemido, su rostro y cabeza sangraban, sus ojos brillaban desafiantes. Era el tipo de determinación que exigía de los demás, el tipo que ayudó a salvar a Rusia de la conquista y de la dominación nazi. Su experiencia bajo el régimen zarista y su carácter asiático le enseñaron cómo tratar a sus oponentes políticos.

En sus relaciones con las potencias aliadas durante la guerra y en su diplomacia antes y después de la guerra, Stalin se ganó la reputación de ser un realista sombrío.

Joseph Vissarionovich Djugashvili, que más tarde se haría famoso con su nombre revolucionario de Joseph Stalin, nació en el pueblo georgiano de Gori el 21 de diciembre de 1879.

Su padre era un zapatero empobrecido y borracho, lo que lo volvía hosco y resentido con las palizas regulares. Su madre, Ekaterina, hija de un campesino, fue una mujer de singular dulzura, paciencia y fortaleza de carácter que ejerció una gran influencia en su hijo. Ella lo llamó Soso (Little Joe) y vivió para verlo dictador del imperio más grande del mundo.

Asistió a un seminario

Cuando tenía 6 o 7 años, el joven Stalin contrajo viruela, lo que lo dejó marcado de pústulas de por vida. Gracias a los esfuerzos de su madre, que trabajaba como lavandera a tiempo parcial, Stalin ingresó a una escuela de la iglesia a los 9. Allí se le recordaba como un niño inteligente y seguro de sí mismo, que amaba las discusiones y que se enfurecía con quienes no estaban de acuerdo con él. Permaneció en esta escuela desde 1888 hasta 1893.

Con heroicos esfuerzos, la madre de Stalin obtuvo para él una beca en el Seminario Teológico de Tiflis, donde estudió desde octubre de 1894 hasta mayo de 1899. El seminario era una institución lúgubre, un cruce entre un cuartel y un monasterio, donde los estudiantes asistieron a un sinfín de conferencias sobre teología y pasaron sus pocos momentos libres conspirando para obtener libros prohibidos del exterior.

Stalin fue uno de los peores infractores. Se ha conservado una entrada en su contra en el libro de disciplina del seminario:

“A las 11 de la mañana tomé de Joseph Djugashvili Letourneau "Literary Evolution of the Nations". Djugashvili fue descubierto leyendo dicho libro en las escaleras de la capilla. Esta es la decimotercera vez que se descubre a este estudiante leyendo libros prestados de la Cheap Library ".

La razón oficial de la expulsión de Stalin fue que, por "razones desconocidas", no asistió a los exámenes. Declaró que fue expulsado por "propagar el marxismo".

Para mantenerse a sí mismo, obtuvo un trabajo temporal como asistente nocturno en el Observatorio Astronómico de Tiflis, pero estaba más preocupado por sus observaciones en las reuniones de los trabajadores ferroviarios de Tiflis durante el día que por las estrellas durante la noche. Su aprendizaje revolucionario le sirvió para organizar a los trabajadores del transporte de Tiflis. Ayudó a organizar manifestaciones callejeras y distribuir folletos revolucionarios.

En abril de 1899 recibió su primer bautismo de fuego en una manifestación que ayudó a organizar en el corazón de la ciudad. La manifestación fue ahogada en sangre por los cosacos y él se escondió durante un año para escapar de la policía. En ese momento asumió el sobrenombre de "Koba", en honor a un héroe de la mitología georgiana.

El 11 de noviembre de 1901, fue elegido miembro del Comité de Tiflis del Partido Laborista Socialdemócrata Ruso, en su Georgia natal. Unas semanas más tarde fue delegado para ir a Batum, un próspero centro industrial y comercial, para dirigir la actividad revolucionaria. En marzo de ese año encabezó una huelga de trabajadores petroleros en esa ciudad.

En abril de 1902 fue arrestado y alojado en la prisión de Batum, desde donde fue trasladado a Kutais. Mientras estaba en prisión se enteró de la reunión en Londres, en 1903, del segundo congreso del partido socialdemócrata ruso, en el que el partido se escindió en bolcheviques y mencheviques -extremistas y moderados-, hecho que posteriormente determinó todo el rumbo del partido ruso Revolución. Stalin se alió con Nikolai Lenin, líder de los bolcheviques. Trotsky estaba en contra de Lenin, aunque en 1917, después de la revolución, se unió a Lenin y se convirtió en su principal lugarteniente en la Revolución de Octubre y en el establecimiento del régimen soviético.

El 9 de julio de 1903, mientras estaba en prisión en Kutais, Stalin fue sentenciado a tres años de exilio en Siberia, y en noviembre de ese año fue trasladado a la desolada y remota aldea de Novaya Uda. Allí recibió su primera carta de Lenin en respuesta a una que planteaba ciertas preguntas sobre la política y táctica bolchevique. La carta lo confirmó en su adhesión a Lenin, a quien glorificó como "Águila de la montaña". Decidido a escapar, Stalin se dirigió sano y salvo a Irkutsk a finales de año. De allí se dirigió a Bakú, en el Cáucaso, donde experimentó su segundo bautismo de fuego como líder de una huelga de trabajadores petroleros. Fue parte de una ola de huelgas que barrió a Rusia con su derrota ante Japón, una ola que fue el presagio de la Revolución de 1905.

Poco después del estallido de la huelga general, que fue el elemento clave en la revolución de 1905, Stalin se reunió con Lenin por primera vez en una conferencia del partido en Tammerfors, Finlandia.

De la conferencia de Tammerfors, Stalin volvió a su actividad en el Cáucaso, donde el 26 de junio de 1907, en la plaza Erivan de Tiflis, dirigió la célebre "expropiación" que le valió al partido bolchevique 340.000 rublos. Hubo otras “expropiaciones” similares, pero esta fue la más grande y dramática. Formalmente, Lenin y sus asociados habían desaprobado estos actos; pero, sin embargo, aceptaron las ganancias para ayudar a financiar el trabajo del partido. En el asunto de la Plaza Erivan, una banda de revolucionarios dirigida por "Koba" cayó sobre un convoy de dos vagones que transportaban fondos del Gobierno desde la estación de tren hasta el banco estatal y tras bombardear la guardia cosaca escapó con el dinero, que fue enviado a Lenin.

Tras la “expropiación”, Stalin fue arrestado y alojado en la fortaleza de Bailov, en Bakú, donde tuvo lugar el incidente de correr el pasillo de las culatas de fusiles. Poco después fue exiliado por segunda vez a Solvychegodsk, en Siberia, de donde escapó el 24 de junio de 1909. Regresó a Bakú para reanudar su actividad revolucionaria, pero permaneció en libertad sólo ocho meses, cuando fue nuevamente arrestado y enviado. de regreso a Solvychegodsk. Desde ese lugar mantuvo correspondencia secreta con Lenin y su personal en el cuartel general bolchevique en Cracovia.

Ansioso por asistir a una conferencia del partido en Praga, Stalin nuevamente escapó y se dirigió a San Petersburgo, donde fue arrestado y exiliado a Vologda. Una vez más escapó y llegó a San Petersburgo el día de la notoria masacre de trabajadores en los campos de oro de Lena en Siberia. En San Petersburgo ayudó a fundar "Pravda", el órgano oficial del partido bolchevique, pero el día de su primer número fue arrestado y exiliado a Narym, en los Urales. El 1 de septiembre de 1912, escapó y regresó a San Petersburgo para retomar la dirección editorial de Pravda. Esta vez fue traicionado por el agente provocador Malinovsky, quien lo hizo arrestar junto con Jacob Sverdlov, el futuro primer presidente de la Unión Soviética, en un concierto ofrecido en beneficio de Pravda. Stalin y Sverdlov fueron exiliados a Turuchansk, en Siberia, desde donde fueron llevados al asentamiento periférico de Kureika, 800 millas al norte del Ferrocarril Transiberiano. Después de veinte años de actividad revolucionaria y repetidos encarcelamientos y exilios, Stalin se encontró en un callejón sin salida. Llegaron cartas de Lenin, pero parecían muy remotas e inútiles. Luego llegó la noticia de la 1ra GM en 1914, la guerra que Lenin predijo que traería la caída de la autocracia rusa y la revolución mundial.

Stalin fue trasladado a Atchinsk, en el ferrocarril Transiberiano y fue allí donde recibió por primera vez la noticia de la revolución del 12 de marzo de 1917. Casi el primer acto del Gobierno Revolucionario Provisional, en el que Alexander Kerensky fue el primer ministro de Justicia y más tarde Premier, debía ordenar la liberación de todos los presos políticos. Entre los muchos miles que se beneficiaron de este decreto firmado por Kerensky se encontraba Joseph Stalin. Se dirigió rápidamente a Petrogrado.

A su llegada a Petrogrado en marzo de 1917, Stalin fue directamente a la oficina de "Pravda", donde fue recibido por V. M. Molotov y Leo Kamenev. Lenin y la mayor parte de su personal estaban en Zurich, Suiza. No fue hasta el 16 de abril de 1917 que Lenin llegó a Petrogrado después de su famoso viaje por Alemania en un vagón sellado provisto por el Estado Mayor alemán. El viaje lo llevará a través de Alemania a Estocolmo y, luego, a Finlandia. Un mes después, Trotsky llegó de Norteamérica.

A su llegada a Petrogrado en mayo de 1917, procedente de los Estados Unidos, donde había vivido durante varios meses, Trotsky no perdió tiempo en asociarse con Lenin en su demanda por el derrocamiento del Gobierno Provisional, la conclusión de una paz inmediata, una amplio programa socialista y la defensa de la revolución mundial. Desde el comienzo de este desarrollo, Trotsky eclipsó por completo a Stalin y a todos los demás lugartenientes de Lenin. Se convirtió en el "gran garrote" de Lenin.

En el primer Consejo de Comisarios, formado tras la formación del Gobierno soviético, a Stalin se le otorgó el modesto y oscuro puesto de Comisario de Nacionalidades. Sin embargo, ese puesto en manos de Stalin se volvió simbólico y significativo, pues fue bajo Stalin como dictador supremo que la Unión Soviética, concebida como un Estado múltiple de nacionalidades, logró su mayor expansión territorial y política.

En la Revolución de Octubre, Stalin tuvo una participación relativamente modesta. Aunque sus admiradores lo imaginan tomando la iniciativa con Lenin en la planificación y en su ejecución de ese levantamiento histórico contra la oposición de Trotsky y otros en el impulso inmediato de Lenin, las actas del Comité Central del partido del 23 de octubre, dos días antes del golpe de Estado muestran,  claramente, que Lenin y Trotsky tomaron la iniciativa para exigir la aprobación del levantamiento, mientras que otros se opusieron o vacilaron. Stalin apoyó a Lenin. En esa ocasión, atestiguan las actas; Lenin, enojado y desafiante por la negativa de sus colaboradores a aprobar los planes del levantamiento, se paró y, señalando a Trotsky, gritó: “Muy bien, entonces él y yo iremos a la Kronstadt. marineros ”, lo que significa que convocaría a los marineros de la Flota del Báltico a rebelarse contra el régimen de Kerensky. La Flota del Báltico jugó un papel destacado en el levantamiento. Más tarde, estos mismos marineros, que habían sido glorificados por Trotsky como "el orgullo y la belleza de la Revolución Rusa", fueron derribados en masa por Trotsky en su rebelión contra el régimen soviético en marzo de 1921.

Durante la guerra civil posterior a la revolución bolchevique, Stalin y Trotsky estaban en desacuerdo. Esto fue particularmente cierto durante los combates en los frentes de Tsaritsyn y Perm. Trotsky lo llamó repetidamente al orden y en varias ocasiones Lenin tuvo que intervenir para hacer las paces entre ellos. La enemistad y el odio entre Trotsky y Stalin datan de ese período.

Ya durante la enfermedad de Lenin, que duró unos dos años, Stalin comenzó a prepararse para su futura dirección del partido y del gobierno. Esto lo logró en última instancia, utilizando su nuevo cargo como secretario general del partido para construir una maquinaria partidista que le fuera leal.

Miembro del triunvirato

Después de la muerte de Lenin, la autoridad pasó a manos del partido bajo un triunvirato, formado por Stalin, Zinoviev y Kamenev. Había tres facciones principales en el partido, la izquierda, representada por Zinoviev; la derecha, encabezada por Rykov y Bujarin y el centro, del que se consideraba a Stalin como portavoz. Trotsky, que estuvo enfermo buena parte del tiempo, tanto que no pudo asistir al funeral de Lenin, tenía sus propios planes. Sintió que, en última instancia, como principal colaborador de Lenin, heredaría el manto de Lenin.

En la amarga polémica entre facciones que siguió, Stalin jugó a la izquierda contra la derecha y viceversa y, finalmente, derrotó a ambos, así como a Trotsky.

En 1936, durante el período de purgas, Stalin proclamó una nueva Constitución para Rusia, con promesas de sufragio secreto universal, libertad de prensa, expresión y reunión. Se interpretó como una forma para mantener la dictadura y estabilizar la revolución.

Desde los días de Pedro el Grande, que buscaba occidentalizar Rusia por la fuerza, el país no había sido testigo de una transformación tan violenta. De hecho, nada en la historia de las revoluciones podría compararse con la gigantesca agitación social y económica provocada por Stalin.

En 1929, Stalin comenzó a predecir una segunda guerra mundial y reconoció que su propósito era mantener a Rusia alejada del conflicto. A pesar de esta política, con la llegada de Hitler al poder se unió a las medidas colectivas de seguridad. Abandonó, abruptamente, su defensa de la seguridad colectiva en 1939, cuando dio media vuelta y firmó un pacto mutuo de no agresión con la Alemania nazi.

Esto condujo a la 2da GM, a la que más tarde Rusia se vio arrastrada por el ataque de Hitler contra ella. Este ataque forjó una alianza soviética con Occidente, una alianza que, finalmente, amplió la esfera soviética.

La celebración del cumpleaños 70

Se celebraron los cincuenta y los sesenta años de Stalin; pero la prensa preparó al público soviético en su sexagésimo noveno aniversario para la triste realidad de que los años habían dejado su huella incluso en "el maestro e inspirador del proletariado mundial". Se publicaron fotografías que mostraban que el cabello de Stalin se había blanqueado. Luego, en su septuagésimo cumpleaños en 1949, su aniversario se celebró a lo grande.

Era la primera ocasión en la que Stalin había permitido la participación pública en su vida privada y, por lo tanto, se sabía poco sobre sus asuntos personales. Se casó dos veces. Su primera esposa fue Ekaterina Svanidze, quien murió después de una larga enfermedad en 1907. Tuvieron un hijo, Jacob, cuyo destino se desconoce desde que se convirtió en prisionero alemán durante la 2da GM. En 1919, el primer ministro se casó con Nadya Alliluyeva, la hija de 17 años de su antiguo compinche revolucionario, Sergei Alliluyev. Murió en 1932 en circunstancias misteriosas. Tuvieron una hija y un hijo. Este último, Vassily, es ahora teniente general de la Fuerza Aérea Soviética. Todo lo que se supo de la hija fue su nombre, Svetlana y sus intereses intelectuales.

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Tener en cuenta que no se mencionan ni la colectivización ni los campos de concentración del Gulag.


Traducción: Carlos Pissolito


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