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viernes, 4 de noviembre de 2011

Libya struggles to create army out of militias (en castellano)


Libia quiere sacar un ejército de sus milicias.

By  (The Washington Post)

TRIPOLI, LIBIA -   Libia ha emergido de su guerra civil con más de 300 milicias y sin el consenso político sobre cómo formar un ejército nacional, despertando preocupaciones de que los grupos irregulares armados podrían llegar a arraigarse  y constituir una  amenaza a largo plazo para el gobierno, afirmaron funcionarios libios. El lunes, líderes libios comenzaron a establecer un nuevo gobierno interino con la autoridad para crear fuerzas armadas, eligiendo al tecnócrata Abdurrahum el-Keib como primer ministro. Pero los milicianos que ganaron la guerra de ocho meses, dejaron en claro que ellos no se subordinarán dócilmente a las nuevas autoridades civiles. Crear un nuevo ejército no se concretará por un papel oficial o por una resolución. Saldrá después de una negociación, dijo Anis Sharif, un vocero de Abdulhakim Belhadj, un islamista visto como el  líder miliciano dominante en Trípoli.
Ponerle las riendas  a las milicias es crucial para restaurar el orden después de los combates entre los revolucionarios apoyados por la OTAN y los leales al dictador vitalicio Mohamar Kadafi, dijeron diplomáticos. La OTAN terminó oficialmente sus operaciones en Libia  el lunes por la noche, dándole al país total responsabilidad por su propia seguridad. Aunque muchos de los combatientes han estado  en un clima festivo desde que la guerra terminó, varias confrontaciones entre milicias rivales han amenazado escalar a una matanza - incluyendo una el lunes en el aeropuerto de Trípoli. “El peligro está en que uno tiene hombres jóvenes retornando de la batalla, aburridos y con un recién adquirido sentimiento de identidad regional y orgullo personal,” expresó un funcionario occidental en Trípoli, que no estaba autorizado a hacer comentarios oficiales. La milicia y los líderes militares reconocen la necesidad de desmovilizar o integrar a los combatientes dentro de los servicios de seguridad, dijo el funcionario. “Pero la clave estará en convenir e implementar un plan para hacerlo.”
“Un vacío político”
Esfuerzos para relanzar el ejército se han sido impedidos de avanzar por la debilidad del  gobierno central y por las rivalidades entre los revolucionarios. Sharif apuntó que uno de los principales objetivos del Consejo Nacional de Transición era evitar un vacío político. “Sobre este punto, ellos fallaron – y fallaron completamente,” dijo, remarcando que muchos de los miembros del consejo permanecen en la ciudad oriental de Bengazi, el bastión de la revolución, luego de que las fuerzas de Gadafi fueran echadas de Trípoli en Agosto. “Dejaron a la capital con un vacío político,” agregó, y las  milicias de otras áreas entraron y acamparon allí.  Los combatientes islamistas han discutido con revolucionarios que alguna vez pertenecieron al ejército nacional sobre quién debería liderar a las nuevas fuerzas armadas de Libia, dado que el puesto máximo está vacante, dijeron funcionarios. El oficial militar Nro 2 – Subjefe de Estado Mayor Suleiman Mahmoud al-Obeidi – fue sorprendido el último mes cuando una milicia de la región oriental Zintan tomó el control de su base en Trípoli mientras él estaba fuera de la ciudad, dijeron sus ayudantes. En respuesta, Obeide convocó cerca de 700 revolucionarios fuertemente armados y amenazó con retomar el control de la base, un antiguo puesto de comando de abastecimientos del ejército en Tripoli occidental, dijo su hijo y consejero legal, Haytham al-Obeidi. “Pudo haber sido una confrontación real. Estábamos muy pero muy enojados,” explicó el joven Obeidi. La crisis solamente se disolvió cuando el Presidente Mustafa Abdel Jalil intervino, dijo.
Haytham al-Obeidi expuso que hubo tensiones entre combatientes de Libia oriental, donde oficiales del ejército desertaron en masa, y aquellos provenientes del oeste, muchos de ellos irregulares que fueron tomados por las fuerzas armadas de Gadafi, arriesgándose a la tortura y a la muerte. Otra confrontación ocurrió el lunes por la tarde en el aeropuerto militar de Trípoli, donde revolucionarios de Libia oriental apuntaron con sus armas a la tripulación de una aeronave  militar, tratando de que ésta los llevara a Bengazi, dijeron miembros de la milicia de Trípoli que protegen la instalación. El grupo oriental fue arrestado, dijeron.
Preocupaciones con los derechos humanos
La falta de una fuerza militar y policial libia adecuada y unificada ha alarmado a los activistas de los derechos humanos, que dicen que las milicias están administrando justicia sobre bases ad hoc a un país con aproximadamente 7.000 prisioneros políticos, a veces recurriendo a la tortura. Por lo menos 100 milicias operan en la ciudad de Misurata, la cual sufrió un sangriento sitio durante la guerra y más de 150 están en trípoli, dijeron funcionarios occidentales. Hay docenas más en Bengazi. Las ciudades han establecido consejos para supervisar a los grupos armados, pero el grado de organización es limitado. Sadiq Turki, un revolucionario que es director de un hospital militar en Trípoli, dijo a un reportero que todos los miembros de su milicia tienen tarjetas de identificación y deben registrar sus armas.  “Está prohibido disparar en las calles,” dijo Turki, usando una remera negra y pantalones camuflados. “Hicimos un inventario, incluyendo mis balas. Alguien viene cada pocos días y las contamos.” Pero momentos después de que él habló, alguien con un fusil semiautomático soltó un rat-tat-tat-tat-tat-tat-tat en el jardín del hospital, aparentemente disparando al aire por diversión. “Quién está tirando? ¿Quién está tirando? demandó Turki.
Las milicias tienen no solamente fusiles, sino también armas antiaéreas, lanzadores de cohetes y otras armas pesadas. “En el futuro, se las daremos a las fuerzas armadas – cuando tengamos fuerzas armadas,” dijo Ashraf Jibril, de 32 años, un revolucionario con vestido con vaqueros, de guardia en el aeropuerto militar. Pero las fuerzas militares pueden ejercer el control sólo si las milicias armadas abandonan sus armas, dijeron diplomáticos. Sharif expresó que los líderes de las milicias están tratando de formar un grupo que sirva de paraguas para negociar con el gobierno sobre las nuevas fuerzas armadas. Una demanda principal, explicó, es que los aliados de tanto tiempo de Gadafi, que cambiaron de lado durante la revolución, no tengan puestos principales. “No queremos, después de todo este sacrificio…ver de nuevo a cargo las mismas viejas caras,” dijo.
Diplomáticos han dicho que esperan que Belhadj, que jugó un rol clave en la revolución, busque puestos importantes en el Ministerio de Defensa para sus aliados. Esto ha causado algunas molestias entre los oficiales occidentales, dado que Belhadj perteneció al Grupo de Combatientes Islámicos Libios, el cual fue puesto en una lista por el Departamento de Estado como una organización terrorista. Belhadj ha dicho que él no apoyó a al-Qaeda, como algunos miembros del grupo lo hicieron. Bajo Gadafi, Libia tuvo una fuerza militar de élite de cerca de 25.000 miembros, más aproximadamente un número igual de mal pagos y pobremente equipados conscriptos. Un vasto número de hombres jóvenes con poca experiencia militar se unieron a la revolución – doctores, estudiantes, vendedores de autos usados y otros. Muchos parecen querer quedarse, en parte porque la economía ha reducido su andar al mínimo.
Un vocero del ministro de Defensa, el coronel Ahmed Bani, indicó que todos aquellos revolucionarios calificados serían bienvenidos en las nuevas fuerzas armadas del rico país petrolero. “Tenemos suficiente dinero y suficientes trabajos para ellos,” dijo. Varios miembros de las milicias dijeron que estarían deseosos de retornar a la vida civil si se lo ordenan, Pero algunos parecen instalados en ellas por largo tiempo. Jibril, que fue dentista antes de la revolución, mostró a un reportero un antiguo hotel cercano al aeropuerto militar que se ha convertido en el puesto de comando para sus hombres. Hay allí una oficina con una mesa de conferencias con 25 asientos. “Haremos aquí un café, para tomar café y té,” señaló mostrando un bar. ¿Entonces está planeando quedarse por un tiempo? “Eso creo,” dijo. “Por la seguridad del país. No podemos contar con la antigua policía. Mucho de ellos estaban con Gadafi.”
Traducción: J.L.U.
 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

LIBIA LUCHA PARA CREAR EL EJÉRCITO DE MILICIAS


En diferentes oportunidades (Irak, Haití y ahora Libia), el Blog Espacio Estratégico se ha ocupado del interés de dichos países, que quieren tener sus propios Ejércitos. Pero ¿Puede haber Ejércitos en países que carecen de un Estado que es el conjunto de los órganos e instituciones del gobierno de un país soberano?

Entonces ¿Por qué se coloca el “caballo detrás del carro”?, ya que sin la existencia de un Estado no puede haber Ejército.

Acaso, ¿Dichos países ya están configurados y funcionan como un Estado o se encuentran en vías de serlo, constitucionalmente organizados? La respuesta es negativa.

El caso de Libia es muy parecido al de Irak porque ambos países están saliendo de una guerra civil, con fuerzas de intervención y fuerzas de ocupación extranjeras, respectivamente, y con un pueblo (componente básico de un Estado) muy fraccionado: política (tribus), religiosa (sectas) y étnicamente (árabes e indoeuropeos) que dificultan constituir una nación que pueda organizarse fácilmente como un Estado, sin mencionar la intervención disociadora, siempre latente, del terrorismo político de Al Qaeda
En tales condiciones se requiere un gran esfuerzo político para lograr la unidad y otro gran esfuerzo par desarmar a las distintas fracciones combatientes para lo cual, en una forma u otra, es indispensable la existencia de un Poder, que es la capacidad de ejercer un dominio y control sobre las personas y, de este modo, poder reglamentar su comportamiento y actividad.
En palabras de Max Weber: “El Estado es la coacción legítima y específica. Es la fuerza bruta legitimada como "última ratio", que mantiene el monopolio de la violencia” y en palabras de Freund señalar su relación antitética de “mando-obediencia”, condicionamientos ambos que no se dan en ninguno de los casos relacionados.
El tercer componente de un Estado es el territorio, que es el espacio físico dentro del cual es posible ejercer el poder estatal, y que permite diferenciar y dar independencia del poder que ejercen otros Estados sobre otros territorios, que se da con dificultades en Libia, por su intervención expansionista en Chad, y también en Irak con Turquía, en sentido contrario, que ya ha violado su soberanía, sin ninguna previsión defensiva iraquí, con vistas a aniquilar al pueblo kurdo, que es una entidad autónoma de Irak, con tres gobernaciones (Duhok, Erbil y Solimania) que ocupan un territorio de unos 40 mil kilómetros cuadrados y tiene una población de entre 4 y 4,5 millones de personas.

¿Entonces por qué tanto referirse a crear Ejércitos, sin tener Estados?
C.E.L.

carlos pissolito dijo...

¿Estado o Ejército que viene primero?

La lógica política moderna nos ha convencido de que el Estado, como el ente político monopolizador de la violencia, es el antecedente necesario para toda fuerza armada. ¿Es esto cierto? ¿Fue siempre así? Mi respuesta a ambas preguntas es negativa. Empecemos por la segunda: si siempre el Estado fue preexistente a una fuerza armada. Vemos, por ejemplo, que tanto en la Edad Media como en muchos Estados fallidos de hoy, hay fuerzas armadas, pero no hay Estado. Al menos en el sentido moderno. Es mas, creo que la vigencia política del Estado nace del hecho de controlar a estas fuerzas armadas. Que como tales son casi siempre pre-existentes. Tomemos otro caso cercano: el nuestro. ¿Cuándo se constituye efectivamente el Estado argentino? ¿Con la Primera Junta de Gobierno, con el Congreso de Tucumán, con 1ra presidencia constitucionl? Cuando que ninguna de esas instituciones respondió a la definición clásica de Estado. Ya que no controlaban un territorio, ni la población les estuvo totalmente subordinada. Todo esto solo se logró con el paso del tiempo. Mientras tanto, siempre hubo alguna forma de fuerza armada, desde simples ejércitos expedicionarios, guardias nacionales y otras variantes. En síntesis, y para responder a la 1ra pregunta. La existencia de un Estado no es condición sine qua non para las fuerzas armadas. Todo lo contrario. No hay Estado si no hay una fuerza dispuesta a sostenerlo con el uso de la fuerza. De hecho, cuando esta voluntad desaparece o es simplemente cuestionada, el Estado en cuestión muere de muerte súbita.
C.P.

Anónimo dijo...

La primera reflexión impone señalar que el comentario se refirió a la consideración particular de un caso, relacionado con otras intenciones afines. Se podría sintetizar en un concepto: “ante un caso concreto, una solución concreta”.

El comentario se relaciona con el presente (“La lógica política moderna nos ha convencido de que el Estado, como el ente político monopolizador de la violencia, es el antecedente necesario para toda fuerza armada). Esto es cierto

La segunda reflexión es que la historia es “magistra mater (CICERÓN), pero el análisis histórico es un enfoque minucioso de una situación histórica, que debe contar para ser completo de una situación (los hechos internos) y de un contexto (los hechos externos, previos o contemporáneos que influenciaron en la situación) ya que según un conocido aforisma: “Hecho sin contexto, pretexto”.

No fue siempre así, porque los respectivos contextos fueron muy particulares, cuando se los analiza en profundidad.

La tercera reflexión, relacionada con la anterior: Los Estados fallidos, fueron inicialmente Estados con sus fuerzas armadas legalmente organizadas pero, con posterioridad se caracterizaron por tener gobiernos débiles o ineficaces, que tuvieron poco control sobre vastas regiones de su territorio, presentando altos niveles de corrupción y de criminalidad, refugiados y desplazados, que mantuvieron a sus fuerzas amadas permanentemente ocupadas en tratar de mantener la ley y el orden.

La cuarta reflexión se refiere a la eventual pre-existencia de ejércitos (¿organizados?) o milicias es posible, pero siempre dentro de algún tipo de gobierno virreinal o patriotas organizados temporalmente (El Estado requiere Independencia) que se sintieron afectado por la violación de su territorio

La quinta reflexión es que el comentario se refiere a hechos actuales, muy particulares en cada país (Haití, con su pobreza y delincuencia), Irak (como se expresó, además, en un comentario anterior y se completa ahora con el artículo sobre Libia (¿cuándo llegará ser un Estado?) y su interés en formar no un Ejército, sino un ejército de milicias (es decir tropas o gente de guerra, formada por civiles armados, que participaron individualmente con un objetivo común: derrocar al dictador) pertenecientes a diferentes lugares.

Por último recuérdense estas sabios conceptos:

“El pensar bien consiste, o en conocer la verdad o en dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella. La verdad es la realidad de las cosas” (BALMES, Jaime Luciano. Filósofo español. 1810-1848. “El criterio”. Capítulo I # 1, Primer párrafo)C.E.L.

Anónimo dijo...

La primera reflexión impone señalar que el comentario se refirió a la consideración particular de un caso, relacionado con otras intenciones afines. Se podría sintetizar en un concepto: “ante un caso concreto, una solución concreta”.

El comentario se relaciona con el presente (“La lógica política moderna nos ha convencido de que el Estado, como el ente político monopolizador de la violencia, es el antecedente necesario para toda fuerza armada). Esto es cierto

La segunda reflexión es que la historia es “magistra mater (CICERÓN), pero el análisis histórico es un enfoque minucioso de una situación histórica, que debe contar para ser completo de una situación (los hechos internos) y de un contexto (los hechos externos, previos o contemporáneos que influenciaron en la situación) ya que según un conocido aforisma: “Hecho sin contexto, pretexto”.

No fue siempre así, porque los respectivos contextos fueron muy particulares, cuando se los analiza en profundidad.

La tercera reflexión, relacionada con la anterior: Los Estados fallidos, fueron inicialmente Estados con sus fuerzas armadas legalmente organizadas pero, con posterioridad se caracterizaron por tener gobiernos débiles o ineficaces, que tuvieron poco control sobre vastas regiones de su territorio, presentando altos niveles de corrupción y de criminalidad, refugiados y desplazados, que mantuvieron a sus fuerzas amadas permanentemente ocupadas en tratar de mantener la ley y el orden.

La cuarta reflexión se refiere a la eventual pre-existencia de ejércitos (¿organizados?) o milicias es posible, pero siempre dentro de algún tipo de gobierno virreinal o patriotas organizados temporalmente (El Estado requiere Independencia) que se sintieron afectado por la violación de su territorio

La quinta reflexión es que el comentario se refiere a hechos actuales, muy particulares en cada país (Haití, con su pobreza y delincuencia), Irak (como se expresó, además, en un comentario anterior y se completa ahora con el artículo sobre Libia (¿cuándo llegará ser un Estado?) y su interés en formar no un Ejército, sino un ejército de milicias (es decir tropas o gente de guerra, formada por civiles armados, que participaron individualmente con un objetivo común: derrocar al dictador) pertenecientes a diferentes lugares.

Por último recuérdense estas sabios conceptos:

“El pensar bien consiste, o en conocer la verdad o en dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella. La verdad es la realidad de las cosas” (BALMES, Jaime Luciano. Filósofo español. 1810-1848. “El criterio”. Capítulo I # 1, Primer párrafo) C.E.L.

carlos pissolito dijo...

Con nuestro comentario hemos respondido a la frase: "Entonces por qué tanto referirse a crear Ejércitos, sin tener Estados?". En el sentido de interrogarnos si los Estados son preexistentes, o una condición necesaria, para la existencia de una fuerza armada organizada. He respondido que no. Utilizando a la historia como apoyo y como antídoto a una argumentación meramente teórica. Pero la teoría está allí. Lo que pasa es que esta teoría tiene no menos de 7.000 años. Y apelar solo a su versión moderna es negarse comprender su significado profundo. La versión moderna solo ha existido o intentado hacerlo en los últimos 300 años. Digamos a partir de la Paz de Westfalia. Antes de ello no había Estados en el sentido moderno. Por la tanto nadie puede garantizar que los habrá en el futuro. El autor del comentario nos dice que se limita a la realidad actual. Le preguntamos cuál. Cuando son cada día más fuertes las evidencias del opaco futuro que le espera al Estado concebido en el sentido moderno. Por ejemplo, es innegable un proceso de fragmentación crecciente. Ya que cada día hay más entidades estatales que surgen de una división continua de la soberanía de viejos Estados. ¿Cuál será el límite de este proceso. ¿La ciudad-estado, la tribu? Aun dentro de viejos países, y tal vez precisamente por ello, hay intentos de segregación muy potentes. Podemos citar a España, a Italia y hasta a la calmada Gran Bretaña. Nadie puede garantizar que estos Estados seguirán siendo eso mismo. ¿Cuántas segregaciones hemos visto en la úlima década? Todo esto dicho sin mencionar a los Estados fallidos. Los que sin duda alguna cada día son más. Lista potencial que se engrosa con casos impensables hace unos años atrás, como los de México y Pakistán. Ahora bien, en ninguno de estos casos la subdivisión o la desaparición del aparato estatal condujo o cunducirá a la liquidación de sus respectivas fuerzas armadas. Todo lo contrario. Probablemente, dichas fuerzas sin un Estado responsable por ellas, no encajen con nuestra visión de lo que debería ser una. Creo que aquí está el centro de la cuestión. Pero, tengo la certeza de que todas ellas sabrán como administrar la violencia. Cerramos con una pregunta: ante una eventual desaparición del Estado pakistaní. ¿Quién retendrá el control de sus bastos arsenales? Entre los que hay varias cabezas nucleares. No me cabe dudad que no faltarán aspirantes para esa tarea.
C.P.