Carlos Pissolito
El reciente triunfo del Brexit que implica la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea. En realidad involucra mucho más que eso y anticipa la muy probable ruptura de la propia Gran Bretaña como unidad política y el fracaso integral del ambicioso proyecto de la UE.
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| El rapto de Europa por Botero. |
En principio, muy probablemente, esta salida será seguida por la independencia de Escocia e Irlanda. Las que paradójicamente, podrán optar por reintegrarse a la UE. Procesos similares, ya se han iniciado y muy bien pueden fructificar en España con Cataluña y el País Vasco y en Italia con la Liga Lombarda.
Para seguir, podemos decir que solo Alemania, Francia y probablemente Grecia tengan intereses serios por permanecer en la UE, pero bajo otras condiciones menos abarcantes y bajo las condiciones que impondrán sus gobiernos, cada vez más alineados con los postulados de la nueva derecha.
Todo ello pone en evidencia que quienes están en serio peligro de desaparecer son los Estados nacionales. Al menos, bajo las formas que les conocemos desde la Paz de Westfalia.
Fuerzas profundas, ancestrales, parecen querer retomar los lugares perdidos frente a la ingeniería social y la tecnocracia en los últimos años.
A la renombrada globalización se le opone, por lo bajo y en varios formatos una creciente fragmentación que reivindica principios de identidad mucho más antiguos.
En estos sentidos, siempre hemos sostenido que la literatura y la historia permiten conocer una realidad compleja mejor que muchas ciencias eruditas. En este caso particular creemos que Europa tiene un espejo distante en el cual mirarse. Y es, tal como lo propusiera la conocida historiadora norteamericana, Barbara Tuchman, el calamitoso siglo XIV http://espacioestrategico.blogspot.com.ar/2016/01/el-calamitoso-siglo-xxi.html
Los frecuentes ataques terroristas y los millones de refugiados que atraviesan sus fronteras son la sombra ominosa que da sentido a esta comparación.
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