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jueves, 28 de noviembre de 2019

Narcotráfico: Dos presidentes, ambos equivocados.


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por William S. LIND

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Familia LeBarón. 
La reciente masacre en México de nueve ciudadanos estadounidenses, todos mujeres y niños, por hombres armados de un cartel de la droga provocó dos reacciones muy diferentes de los presidentes estadounidense y mexicano. El presidente Trump dijo, según la edición del 9 de noviembre, del Cleveland Plain Dealer:


"El gran nuevo presidente de México ha hecho de esto un gran problema, pero los carteles se han vuelto tan grandes y poderosos que a veces se necesita un ejército para derrotar a un ejército. Este es el momento para que México, con la ayuda de Estados Unidos, libre la GUERRA a los carteles de la droga y los borre de la faz de la tierra."



En contraste, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo:

"Duele mucho. ¿Pero vamos a querer resolver el problema de la misma manera? ¿Declarando la guerra? Que, en el caso de nuestro país, se ha demostrado que no funciona. Eso fue un fracaso, que causó más violencia. . ."

Si entendemos a las Guerras de la 4ta Generación, sabemos que ambos presidentes están equivocados, aunque ambos muestran cierto entendimiento de la situación.

El presidente Trump tiene razón en que los carteles mexicanos de la droga son grandes y poderosos. Pero, subestima el grado. Algunos de ellos ahora son más poderosos que el Estado mexicano. Tienen más dinero que el Estado, tienen un ciclo OODA (1) mucho más rápido que las fuerzas del Estado y, en la forma clásica de la G4G, han penetrado las fuerzas del Estado hasta el punto en que controlan a muchos de ellas, en gran parte, pagando mejores "salarios" que los Estados. Si México declara la guerra a los carteles, la perderá.

El presidente López Obrador tiene razón en que se ha demostrado que la guerra con los carteles no funciona. Pero, no parece ver otra alternativa que su famosa frase, "Abrazos, no disparos", que también se ha demostrado que no funciona, como testifican los nueve estadounidenses muertos. ¿Así que, qué es lo que debe hacerse?

Obviamente, la mejor respuesta es detener a los carteles antes de que se vuelvan más poderosos que los Estados. Pero, es demasiado tarde para eso, en México, como en gran parte de América Central y en todo el mundo, donde muchos tipos de entidades G4G se han vuelto más poderosas que sus estados anfitriones, por ejemplo, Hezbollah en el Líbano.

Para los Estados que se encuentran en esa situación, la teoría de las G4G sugiere otro enfoque: establecer las reglas del juego. Desde la perspectiva del Estado, los hombres armados de un cartel que matan a hombres armados de un rival no debería ser un gran problema. Como me dijo un ruso en Moscú hace años cuando pregunté por Chechenia: "Bueno, ahora los chechenos están matando chechenos, ¿a quién le importa?"

El problema es que a veces los civiles son asesinados, secuestrados o robados, lo que revela el vacío del Estado y socava su legitimidad. Un presidente de México u otro país donde los elementos no estatales se hayan vuelto más poderosos que el Estado mismo podría ofrecerles un acuerdo: si evitan las bajas civiles, nos mantendremos fuera de su camino y de lo que sea su máxima prioridad. Para los carteles de la droga, eso es ganar dinero vendiendo más drogas.

Si bien el Estado no es lo suficientemente fuerte como para emprender la guerra y derrotar a los carteles, aún puede aumentar o disminuir el costo de sus negocios. Como la mayoría de los empresarios, sospecho que los líderes de los carteles lo que quieren es reducir sus costos. Podrían estar abiertos a un acuerdo en esos términos. Por supuesto, es una solución no ideal desde el punto de vista del Estado que quiera destruir a los carteles. Pero, puede ser el mejor trato que pueden obtener los Estados débiles.

Si México tuviera un acuerdo de "reglas del juego" con, al menos, los principales carteles, un incidente como la masacre de nueve mujeres y niños estadounidenses vería al cartel cuyos sicarios los ejecutaron, ajusticiados por sus propios sicarios.

Como siempre en las G4G, la lucha con los carteles de la droga es en esencia un concurso de legitimidad. Cuando los civiles son asesinados en la guerra entre los carteles, tanto el Estado como los carteles sufren un duro golpe a su legitimidad. El Estado surgió para poner orden, dándole seguridad a las personas y a sus bienes. Los Estados que no pueden o no hacen eso pierden su legitimidad. A su vez, las entidades inteligentes de la G4G como el Hezbolá saben que su legitimidad depende de proporcionar seguridad y otros servicios al mar civil en el que nadan. Cuando matan a civiles, se lastiman.

Bismarck describió la política como "el arte de lo posible". Para preservar la paz pública y la seguridad civil en lugares donde el Estado es débil, un acuerdo con las fuerzas de las G4G que establezcan las reglas del juego puede no ser la mejor solución, pero puede ser la única solución posible.

Traducción: Carlos Pissolito

(1) http://espacioestrategico.blogspot.com/2019/11/una-gran-victoria-para-las-guerras-de.html

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