Coronavirus: Una carrera en seco.

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por William S. LIND

A pesar del pánico innecesario actual, el coronavirus puede terminar haciéndonos un favor. Ha guiado al gobierno a llevar a cabo un ejercicio de fuerza a fuerza a gran escala, una carrera en seco si lo desea, la que será necesaria cuando llegue una verdadera plaga. Esa plaga será un regalo de la tecnología infernal de la ingeniería genética, ya sea como un accidente o como un arma de destrucción masiva en las Guerras de 4ta Generación. Los Estados temerán, con razón, el uso de tales armas debido al potencial tiro por la culata. Algunas entidades de G4G no tendrán esa preocupación.



Las acciones del gobierno hasta el momento han sido prudentes, y por ellas (cuarentenas, cierre de lugares de reunión, cancelación de viajes, etc.) no debemos preocuparnos excesivamente por el coronavirus desde un punto de vista médico. El "New York Times", recientemente, ofreció algunos datos concretos sobre las tasas de infección. A pesar de declaraciones como las de la idiota de la Merkel de que el 70% de los alemanes pueden terminar infectados, nada de eso está sucediendo. El viernes 13 de marzo, el "Times" señaló en un cuadro en la página A7 de que la tasa de infección (no muertes) en Italia, el punto de más alto mundial actual, es del 25 por cada 100.000 personas. En Corea del Sur, donde el virus parece haber alcanzado su punto máximo y ahora estar disminuyendo, la tasa de infección ha sido de 16 en 100.000. El domingo 15 de marzo "Times" publicó una columna, "¿Es útil obsesionarse con las estadísticas?" por Ellen Peters, que dijo:

"Según los datos de la Universidad John Hopkins, Hubei, la provincia china donde surgió el virus, ha reportado 67.760 personas infectadas de una población de aproximadamente 59 millones, una tasa de incidencia de 0,11 por ciento. Esto significa que el 99,89 por ciento no estaban infectados. . .

Los números chinos no son confiables, pero incluso si multiplicamos el número de infectados en la provincia de Hubei por diez, aún obtenemos una tasa de infección, de nuevo, de solo infección, no de muerte, de 1,1 por ciento. De los infectados, alrededor del 80% parecen tener casos leves o no mostrar síntomas".

Con las medidas adecuadas en su lugar, el coronavirus no es una amenaza importante. Una vez más, ha sido una buena prueba, una que muestra que las prácticas desarrolladas durante siglos para lidiar con epidemias aún funcionan. Al igual que las epidemias pasadas, esta parece seguir una curva en forma de campana, que dura aproximadamente ocho semanas. China ahora informa menos de diez casos nuevos al día y la economía comienza a funcionar nuevamente.

Nuestra economía recibirá un gran golpe, porque los consumidores no están gastando. Pero en sí mismo, la epidemia solo debería darnos un mal trimestre. Si desencadena la crisis de las deudas externas, esa es una historia muy diferente. El Banco de la Reserva Federal es consciente del peligro y actuó con fuerza la semana pasada para reforzar el mercado de deuda a corto plazo, inyectando U$ 15.000 M en él. Reducir las tasas de interés o el impuesto sobre los salarios propuesto por el presidente Trump, hará poco; porque ambos están tirando de la misma cuerda. Pero la propuesta del presidente de hacer que los trabajadores por hora reciban su paga completa es importante, al igual que los préstamos y las subvenciones sin interés a las pequeñas y medianas empresas que han tenido que cerrar.

La mayoría de las lecciones de este ejercicio de campo masivo son antiguas. La ciencia no ha hecho que las epidemias sean cosa del pasado; por el contrario, nos asegura ciertas epidemias futuras muy peligrosas. Muchas de las cosas que "tenemos que hacer" o que "tenemos que tener" son innecesarias; vivir tranquilamente en casa tiene mucho que ofrecer (especialmente si apagamos a los generadores de ruido eléctricos y a los difusores de pánico en la vida de muchas personas). Tener una despensa bien surtida y al menos cierta capacidad de comer de lo que produce la tierra son prácticas sabias. Una caña de pescar puede ayudar a poner la cena en la mesa, al igual que saber cazar. En una situación más grave que esta, los gobiernos serían inteligentes al declarar la temporada de caza abierta, sin límites para los ciervos, ya sabes, esas grandes cosas marrones que destruyen nuestros jardines, destruyen nuestros autos y no nos sirven de nada a menos que nosotros los matemos y nos los comamos. No escasean, ni los gansos canadienses o los pavos salvajes.

Volviendo a las viejas formas, la Retrocultura (1) como yo la llamo, formas comprobadas durante siglos de experiencia humana, saldrá a la luz cada vez que la realidad regrese. El consumismo, la "alta tecnología" y una cultura frívola donde "entretenerse" es el mayor bien no son la realidad. Las epidemias lo son. ¿Haremos un buen uso de esta carrera en seco y comenzaremos a ser reales nuevamente o eso dará una patada en el estómago en lugar de una patada que nos despierte?

Traducción y notas: Carlos Pissolito

Notas:

(1) "La retrocultura es un redescubrimiento del pasado y de las cosas buenas que tiene para ofrecer. Además, es una recuperación de esas cosas buenas, por lo que podemos disfrutarlas como lo disfrutaron nuestros padres, abuelos y bisabuelos. La retrocultura rechaza la idea de que "no puedes regresar". Lo que hemos hecho antes, obviamente, podemos hacerlo de nuevo. Durante muchos años, los estadounidenses vivieron en una tierra segura, sólida y cómoda, una sociedad civil e incluso elegante donde la vida de la abrumadora mayoría era agradable y buena. Lo que funcionó para ellos puede funcionar para nosotros. Podemos recuperar las cosas buenas que tenían y sabían." Definición de W. Lind, nota del traductor.