por Carlos Pissolito
Tal como sucede con las grandes producciones a las que nos tiene acostumbrado Hollywood. La saga continúa. Y como en los episodios anteriores promete mantener el suspenso y la tensión hasta el último minuto.
 |
| No sólo cambiará la decoración del famoso despacho. |
Para poner las cuestiones en contexto. Es bueno reconocer que los cambios de jefaturas son, tradicionalmente, una oportunidad que se usa en las zonas de conflicto para calibrar y evaluar a las nuevas autoridades. Y ya está pasando en este momento con la asunción de J Biden a la presidencia de los EEUU.
Creo que este será el caso en las conflictivas relaciones entre los EEUU y China. Y de un importante tercero en discordia, Rusia.
Pero, al contrario de lo que piensan muchos analistas, sostengo que los dos primeros buscarán una mayor cooperación. En temas tales como: el cambio climático, el apoyo a organismos internacionales como la ONU, el FMI y la OMS y la libertad de comercio.
Rusia, por su parte, jugará su papel de tercero en discordia. Como ha sido lo tradicional con un típico alineamiento de 2 contra 1. Por el momento, el dúo abarca a China y a Rusia, los que no siempre han gozado de relaciones tan excelentes. Y lo deja a los EEUU afuera. Pero, cada vez que los EEUU se acercó a uno de ellos, lo hizo para confrontar con el tercero. Como fue el caso durante la pasada Guerra Fría como Rusia en el lugar del excluido.
Esto ya lo han anunciado prominentes geopolíticos norteamericanos neoconservadores como R Kaplan, quien le pide a la clase dirigente de su país que acepte cooperar con China en un marco “imperial”. Ya que:
“...en un sentido funcional y operativo, especialmente ahora que entramos en una era de grandes conflictos de poder, el imperialismo acecha entre bastidores como un principio organizador de la geopolítica, por difícil que sea de admitir”.
“La esencia de una realidad imperial es una profunda desigualdad en la distribución global del poder. Y eso define, manifiestamente, nuestra era actual. Los Estados Unidos y China están, literalmente, compitiendo por la dominación global, con Rusia no muy atrás”.
Como el artículo fue escrito antes de la proclamación del triunfo de J Biden, Kaplan pronosticaba:
“En el caso de que Joe Biden sea elegido presidente de los Estados Unidos, la realidad imperial del mundo de hoy solo se hará más obvia. Después de todo, el presidente Donald Trump ha sido un nacionalista con una veta neo-aislacionista: todo lo contrario de imperial”. (Ver: https://espacioestrategico.blogspot.com/2020/10/la-vida-eterna-de-los-imperios.html )
Coincidimos con Kaplan, en que Biden tratará de tranquilizar a todos. Empezando por sus aliados más cercanos y siguiendo por los chinos, mas no con los rusos. Y que como todo este juego se da en un escenario poblado de incertidumbres, tales como la evolución de la pandemia y la vacunación, multitud de ciberataques y la probable rotura de las cadenas de abastecimiento; la suerte los EEUU, de China y de Rusia estarán estrechamente ligadas entre sí a su respectiva capacidad de adaptarse lo más rápido posible a las cambiantes circunstancias.
Para seguir el cumplimiento o no de esta tesis, sugiero seguir de cerca los siguientes conflictos territoriales: Taiwán, Corea del Norte, Hong Kong y Mar del Sur de China, ya que estos serán los principales lugares en los que China va a testear la resolución de la nueva administración norteamericana.
En otro orden de cosas, también, será interesante, seguir los avatares de la guerra tecnológica y comercial, especialmente, en el campo de las nuevas tecnologías, de las energías limpias, de la carrera espacial y del combate de la pandemia. Los puntos a controlar serán las BigTech y sus movimientos hacia y desde China.
Finalmente, también, será interesante prestar atención a las jugadas en las que los EEUU tengan la iniciativa. Especialmente, en todo lo relacionado con Irán, Israel y las Monarquías del Golfo. Además, de la compleja situación de la legitimidad de gobierno en Venezuela. Aquí la apreciación es más complicada, ya que se aprecia que no hay acuerdo entre los asesores de Biden. Pues, unos quieren la guerra con Irán y otros no. Lo mismo que con Venezuela respecto del cambio de su régimen.
Como es tradicional, Israel será la "wild card" para saber para qué lado se inclinan los EEUU. Especialmente, en su interacción frente a un posible conflicto con Irán. También, el resurgimiento de movimientos terroristas sunnitas como ISIS en Siria e Irak, alentado desde la anterior administración demócrata.
Por su parte, la situación interna de los EEUU creemos que evolucionará a un Estado de vigilancia destinado a erradicar la posibilidad de que incidentes como la toma del Capitolio vuelvan a repetirse en el futuro. (Ver: https://espacioestrategico.blogspot.com/2020/10/bienvenidos-la-era-del-capitalismo-de.html )
Eso llevará a la administración federal a reforzar sus tareas de control, coptación y vigilancia sobre sus agentes, especialmente, los integrantes de las FFAA, las respectivas Guardias Nacionales y las fuerzas policiales. Pues, se deduce que es hay una masa de simpatizantes de D Trump.
Si bien el foco se pondrá en las organizaciones armadas de la Derecha, a las que se las irá colocando fuera de la ley; lo importante a tener en cuenta será el accionar de las fuerzas federales para reprimirlas o simplemente, dejarlas hacer. Y las probables reacciones violentas y no violentas de estos grupos para reducir el efecto de estas medidas.
Cuál será el resultado final de esa ofensiva del gobierno federal y sus agencias contra los que ahora considera como su “enemigo doméstico” o simplemente, “terroristas”, no lo sabemos. Tales acciones en el pasado, realizadas a una mucho menor escala, tuvieron desenlaces muy violentos. Como por ejemplo, el allanamiento a la secta de los davidianos en Waco que terminó con la muerte de 86 personas en 1993. (1)
Todo lo dicho va a estar reforzado desde las campañas psicológicas que desarrollarán los MCS afines al gobierno, que son la gran mayoría, y que reforzarán las RRSS con políticas de cancelación contra aquellos que sean declarados "enemigos del Estado o del Sistema" o de utilizar mensajes de contenido racista y de incitación al odio.
Por supuesto, que los EEUU es un país federal con 50 Estados y que las reacciones van a variar mucho entre uno y otro. Lo que estamos señalando es que la política de la nueva administración y su intento por homogeneizar una sociedad profundamente dividida. Los temas principales de discusión serán:
- la portación abierta de armas (open carry),
- las medidas de distanciamiento y de confinamiento social (cuarentena),
- la cancelación de toda la cultura sureña caracterizada como esclavista y supremacista y
- las nuevas políticas de inmigración y residencia.
No son pocas las voces que han alertado sobre consecuencias tan graves como de la probabilidad de hasta una nueva guerra civil. Al respecto, el analista norteamericano W Lind sostiene como posible el siguiente escenario:
“En la raíz de estos potenciales de violencia y de guerra de cuarta generación en suelo estadounidense se encuentran tres hechos que la Izquierda no percibe. Primero, la mayoría de los estadounidenses lucharán para evitar una dictadura ideológica en este país, especialmente una donde la ideología, el Marxismo cultural, los condena como intrínsecamente malvados (es decir, los blancos). En segundo lugar, los instrumentos de coerción del gobierno, la policía y el ejército, están en su mayoría manejados por la Derecha. En cierto momento, rechazarán las órdenes de la Izquierda y pasarán a la oposición. En tercer lugar, la legitimidad del gobierno federal ya es escasa y sus acciones como usar a la Corte Suprema pueden derrumbarla por completo”. (Ver: https://espacioestrategico.blogspot.com/2020/11/eeuu-correra-sangre.html )
Lo que suceda, en definitiva, en los EEUU, no soló será importante para los norteamericanos. También, para el resto del mundo. Tal como lo fue la caída del Imperio Romano de Occidente para los pueblos que vivían bajo su influencia. Pero, no solo por las consecuencias. Las que serán muchas y variadas. También, porque intuimos que los poderes mundiales que colaboren en ello harán lo propio por estas tierras que son las nuestras. Mejor estar prevenido, porque la única flecha que se puede evitar es la que se venir.
Nota:
(1) El asedio de Waco (Texas) realizado, por parte del gobierno federal estadounidense, la Agencia Federal de Armas y Tabaco y la policía tejana, contra la rama de los davidianos, una secta dirigida por David Koresh, que tuvo lugar entre el 28 de febrero y el 19 de abril de 1993. En total, 4 agentes de la ATF murieron, 16 resultaron heridos, y seis Davidianos murieron en la incursión inicial el 28 de febrero y otros 76 más murieron en el asalto final del 19 de abril.
Posteriormente, El terrorista Timothy McVeigh, escogió el 19 de abril de 1995, el segundo aniversario de la masacre de Waco, como la fecha para perpetrar el sangriento atentado de Oklahoma City que dejó 168 muertos y 700 heridos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario