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miércoles, 24 de mayo de 2023

25 de mayo de 1810. La lucha continúa.

 







por Carlos Pissolito

Los vecinos de Buenos Aires se reúnen
frente al Cabildo.
El 25 de mayo de 1810 fue un movimiento revolucionario realizado por los vecinos de Buenos Aires, apoyados y encuadrados por la milicia local conocida como la “Legión Patricia” que había cobrado protagonismo tras haber rechazado a dos invasiones enviadas por la Gran Bretaña.

Mediante este acto político se depuso, en forma definitiva, a las autoridades nombradas desde España para gobernar al Río de la Plata. Fue el comienzo de la causa por la independencia de estos territorios, el nacimiento de una nueva nacionalidad, que a los pocos años se asumiría oficial y públicamente.


El propio presidente de la Junta Patria instalada, el teniente coronel don Cornelio de Saavedra, afirmó tiempo después: "La destitución del Virrey y creación subsiguiente de un nuevo Gobierno americano, fue a todas luces, el golpe que derribó el dominio que los Reyes de España habían ejercido en cerca de 300 años en esta parte del mundo".

Este primer acto independentista, recién se completaría formal y materialmente, el 9 de Julio de 1816 con la Declaración de la Independencia.

Si en el primero de estos actos se montó una suerte de farsa para dejar de obedecer a la Metrópoli, sin decirlo abiertamente. En el segundo de ellos, no faltó la voluntad para proclamarlo a los cuatro vientos.

Las circunstancias que rodearon al primero estuvieron caracterizadas por una tensa incertidumbre; pero la situación –por todo lo demás- era de tranquilidad en la ciudad-puerto.

Por el contrario, las que existían en el segundo eran dramáticas. España preparaba una expedición militar para sofocar el levantamiento; la Corona de Portugal no era indiferente a lo que pasaba y, para colmo de males, se asomaba –entre nosotros- el fantasma de la anarquía.

Todo gran movimiento se inicia con un primer paso. La Revolución de Mayo fue el primero de nuestra nacionalidad como forma única e independiente. Un camino que, aún, no ha terminado. Ya que no son pocas las amenazas que se ciernen sobre nuestro destino en lo universal. Y que nos obligan a estar alertas y vigilantes.

Hoy, más que nunca, Viva la Patria!

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