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viernes, 12 de septiembre de 2014

El paco y las villas.

http://soclauraetcharren.blogspot.com.ar/2014/09/paco-camorra.html




Paco camorra.

Laura Etcharren

Se enciende, el vértigo devorador, después de las 12 del mediodía. De Villa Corea a Villa la Rana.
Villa Corea II.

Con un tejido social perforado, Argentina, se acomoda en su involución. En el fracaso, como la constante de la última década. Es que con una niñez en riesgo por un lado, y una infancia absorbida por el flagelo de la droga por el otro, el progresismo, no es más que otra de las tantas deformaciones retóricas del Simulacro Nacional y Popular. Y lo que es peor aún, una afrenta a la inteligencia de la sociedad agobiada y con miedo.
Villa la Rana
 Son las 6:30 de una madrugada gris. En las inmediaciones del asentamiento, casi no hay movimiento. Menos aún, en Villa la Rana, Partido de San Martín.
 Los niños del Paco duermen. Sus proveedores, después de la "vida loca", también. El movimiento comienza alrededor de las 12 del mediodía cuando el "bajón" se hace sentir y el desayuno es una "birra". Y con la misma, se vuelve al ruedo.
 El panorama es desolador.
 La paste base de la cocaína (devoradora de generaciones) no tiene piedad. Sus efectos, en algunos casos, ni siquiera permiten buscar una cama. Niños tirados, desvanecidos por el veneno, aparecen, casi como "cadáveres", en varios de los pasillos de una de las villas más complejas de la Provincia de Buenos Aires, junto a Villa Corea (Ver nota: Villa Corea. La fortaleza. http://www.soclauraetcharren.blogspot.com.ar/2014/08/villa-corea-la-fortaleza.html)
 El Paco "es la droga que los tiene muertos en vida", me cuenta una mujer abrumada ante la barbarie cotidiana, mientras observamos los despojos humanos que ni siquiera, sienten la "helada".
 Villa la Rana se encuentra, más precisamente, en Villa Ballester.


 Hasta hace algunos años, la venta de Paco, estaba prohibida por los narcos en varias villas del Partido de San Martín. No obstante, la dinámica del mercado que avanzó y creció ampliamente, logró penetrar el flagelo paria que aún estaba contenido en la zona.
 La Rana, es la villa del Partido que cuenta con bandas de menores complicadas y claramente divididas: La del "Galera" y la del "Pinocho". Bandas que hoy, responden a intereses del Narco Menudeo pero también, a un ascenso dentro del Crimen Organizado bajo la estructura de poder otorgada por los exonerados de la Bonaerense. Y según el relato, dentro de la villa, "estos chicos cuentan con la liberación de calles que la policía les da para robar y para ir después mitad y mitad o 70 a 30 sin quieren vivir más".
 Se pasó de los hurtos, al robo. De las armas blancas, a las armas de fuego. De las bicicletas, a las autos. Y se corona, como en Villa Corea, la modalidad extorsiva.
 Las mujeres que operan de forma descartable dentro de las bandas, son las encargadas de "seducir" a los transeúntes. Son el señuelo que dará paso al delito armado.
 No hay límites. En Villa la Rana, se homenajea a la constante: "Alguien, siempre tiene que morir".
Es la villa de la camorra alimentada por el paco y todas las sustancias que por allí circulan.
 Corea y la Rana
 La relación entre la Corea y la Rana es de una tensa calma, ya que existe, por las bandas que operan, una puja territorial.
 Villa Corea se presenta como una fortaleza armada en donde ya se conformó una Mara local. Es la villa atravesada por el brutal silencio de Candela. Y en donde la dinámica con la mala policía y las fuerzas exoneradas proveen de impunidad y "talento" a las organizaciones delictivas que se encuentran enlazadas en la cadena de fusiones y traiciones de acuerdo a los intereses creados y al monto a percibir.
 La Rana, por su parte, tiene una división de bandas más rigurosa. Y el Paco, logró infiltrarse con más poder. Dentro de la misma, la disputa es constante. Y los disparos, son los acordes siempre esperados.
 En ambas Villas, la contabilidad de la droga es atroz. De 20 casas, entre 16 y 18, tienen droga. Por elección o por imposición. Cuentan, además, con la "seguridad" de una policía ausente. De esa buena policía que convive con el enemigo que le limita los ingresos.
Se trata de "Goliat". La Bonaerense que mantiene una guerra interna y que en sus diferencias éticas, llevadas al campo de acción, fue funcional al desarrollo del Narcotráfico. Aquel que supo plantar sus células en las villas y que opera, como corresponde a los "grandes" de la Mafia, a distancia. Desde sectores más sofisticados que nada tienen que ver con el edilicio lumpenaje.
 Solo se unen, la Corea y la Rana, por sigilosa estrategia. Cuando algunas bandas ajenas con limitaciones operativas, quieren avanzar sobre el territorio.
 La construcción de la Provincia de Buenos Aires
 El Paco es la droga que arrasa a los niños sin continentes. Sobre todo, a los emergentes de la marginalidad que ha sido la gran instrumentación llevada adelante por el Modelo sostenido en la ficción de la inclusión y cuyo máximo mérito, ha sido la apertura -con 20 años de diferencia Centroamericana- al Narcotráfico y Las Maras.
 Así es como la incorporación de la pasta base a la degradación social es la peor construcción de la Provincia de Buenos Aires que se expandió a otros lugares del país, fundamentalmente, a CABA. En la 1-11-14 -Bajo Flores- al Paco, le rinden culto. 
 Sin embargo, el radio paquero de privilegio, se encuentra en el extenso territorio envuelto de anomia. Buenos Aires. 
 Dicha construcción, es la que impidió la proliferación de "Los Kiosquitos". Ocurre, que la minoridad quemada, no está preparada por operar como "soldaditos" de vigilancia, ni para atender en las casillas del horror. El deterioro, es tan grande, que no sirven, ni siquiera, para eso. En cambio, en Rosario, donde el mercado no pasa por el Paco, "Los Kiosquitos", se multiplican con jactancia a pesar del Turismo Aventura de Berni.
 Por tal motivo, es que la Banda de "Los Monos" encuentra en Buenos Aires un territorio apetecible para plantar sus clicas. Para trasladar, el negocio de los Búnkers, a una provincia que cuanta más policía crea, más inseguridad genera.
Final con entrega
 El narcotráfico tendió sus lazos profesionalmente frente a la ausencia de políticas de seguridad.
Tenemos narcos porque hay un mercado más allá del consumo. De hecho, el narcotráfico no perezoso supo aprovechar su génesis: Lavado de dinero. Y en esa génesis, es cuando el circuito se vuelve incontrolable y la despenalización, un absurdo. Una irresponsabilidad en el contexto de una Argentina marginal sin continentes de ningún tipo y con altos niveles de violencia.

 Hay una consagración. Una máxima que será el corolario del año 2014. La degradación de un país, entregado sin escrúpulos, a la Narco Criminalidad.

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