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lunes, 29 de marzo de 2021

EEUU: La chispa

traditional RIGHT

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por William S. LIND


Fort Bragg uno de tantos fuertes
con nombres de héroes confederados.


Las grandes corrientes históricas, a menudo, son puestas en marcha por pequeños acontecimientos. El asesinato del archiduque Franz Ferdinand no causó la Primera Guerra Mundial, la causa fue la enemistad entre Austria y Rusia que se remontaba a la Guerra de Crimea, junto con planes militares que priorizaban la movilización más rápida que su oponente; pero proporcionaron la chispa en el barril de pólvora. De manera similar, la causa del colapso de la república radicará en la adopción por parte del Establishment de Washington de la ideología del marxismo cultural, que condena a los blancos, a los hombres y a los heterosexuales como, inherentemente, malvados y, por lo tanto, los convierten en enemigos de la mayoría de los estadounidenses. Pero un evento menor bien puede ser la chispa que prenda fuego al edificio.

Esa chispa está a la vista. Cediendo a las demandas del marxismo cultural y sus fanáticos "woke", la Administración Biden se está moviendo para cambiar el nombre de todas las bases militares cuyos nombres actuales son los de generales confederados. Esto es parte de la campaña de odio de la izquierda contra el Sur, su historia y su cultura y más, ampliamente, su demanda de que los blancos se rebajen continuamente ante los negros (sin incluir a los negros que lucharon por la Confederación, un número nada trivial). Presumiblemente, los nuevos nombres de las bases serán los de mujeres lesbianas negras, monstruos "transgénero", esclavas que asesinaron a sus amos y a sus familias o cualquier otra cosa que la izquierda pueda encontrar flotando en la cuneta.

Las personas que integran el Establishment de Washington no saben nada sobre los militares. Tampoco, en su mayor parte, les importa. Les resultan útiles cuando quieren empujar la política cultural "progresista" en las gargantas de extranjeros recalcitrantes; pero por lo demás, no les gustan los hombres que pelean y piensan que pueden reemplazarlos con mujeres, lo que es como reemplazar perros guardianes por gatos guardianes. Si entran en una guerra que implica más que bombardear chozas de barro por la noche desde 10.000 metros, descubrirán su error. Mientras tanto, miran sus organigramas y dicen: "Bueno, esos soldados tontos tienen que hacer lo que les digamos porque el gráfico lo dice".

Pero los combatientes tienden a tener una fuerte identificación con cosas como regimientos, armas y servicios y los nombres históricos de sus bases. Las unidades basadas en lugares como Ft. Bragg, Ft. Hood y Ft. Benning se identifica con esos nombres. En muchos casos, otros miembros de la familia, a menudo, viven en esas mismas bases desde hace generaciones (como siempre, el campo de reclutamiento más importante del Ejército es el sur rural). En todo el país, los militares retirados comparten una fuerte identificación con los nombres de las bases actuales. No me resulta difícil imaginar que cuando se anuncien los nuevos nombres de base políticamente correctos, las tropas en esas bases se amotinen. Si lo hacen, es probable que obtengan un fuerte apoyo de los veteranos y de las comunidades que rodean a las bases.

¿Qué hace entonces el Establishment de Washington? Si envía otras unidades militares contra los que se resisten, es probable que rechacen las órdenes. También, lo hará la Guardia Nacional. También, lo hará la policía. ¿Y ahora qué, señora subsecretaria?

Los eventos que derrumbarán la Tercera República Americana, nuestro sistema de gobierno desde 1865 hasta el presente que nos ha dado un gobierno federal todopoderoso, un sistema cerrado en Washington y un pueblo administrado, necesitan una causa más. Esa causa es un colapso económico. La salvaje creación de dólares por parte de la Reserva Federal y la explosión de la deuda nacional provocarán ese colapso. Si el momento será tal que la economía esté cayendo justo cuando llega el cambio de nombre de la base, no lo sé. Estoy seguro de que cuando llegue el desastre económico, junto con la guerra cultural que se intensifica rápidamente, la mezcla volátil encontrará una chispa. Me encantaría la ironía si esa chispa fuera cortesía de los Estados Confederados de América.

Traducción: Carlos Pissolito

1 comentario:

Roberto Carlos Stangaferro dijo...

Excelente!!!