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sábado, 17 de agosto de 2013

EFEMERIDES


RENUNCIAMIENTO vs ATORNILLAMIENTO

 


Las personas se conocen por sus actitudes en las instancias decisivas de sus vidas. Parecen sintetizar, en un solo gesto, su visión y lo que realmente pretendían ser antes que simplemente parecer.

Por ejemplo, tras la Conferencia de Guayaquil, el General San Martín decide retirarse de la vida pública. Entiende que ha cumplido con su misión en la vida. Ha asegurado la independencia de su patria, la de Chile, la de Perú y la de Ecuador. Aunque sabe que la tarea no está terminada completamente. Se retira prudentemente. ¿Por qué?

Simplemente, porque entiende que su presencia traería más inconvenientes que beneficios a la causa que sostiene. Cuál es la de la Independencia Americana. Podría, tal como se lo aconsejan sus seguidores más cercanos, quedarse y dar la pelea. Pero, ésta ya no sería contra los enemigos de la Independencia, sino contra quienes deberían ser sus aliados e incluso contra algunos de sus subalternos.

Sabe que ha sido traicionado. En lugar de arremeter contra sus adversarios dolorido y resentido. Opta por el exilio. El tiempo y la historia no harán otra cosa que darle la razón.  San Martín, aún en la renuncia, nos deja una importante lección de vida. Hay que saber bajarse del orgullo, nunca de la dignidad.

Una lección que, hoy, no es muy tenida en cuenta. Quienes deberían imitarlo. No consideran la posibilidad de renunciar. Simplemente, porque en sus espíritus no hay nada superior a sus proyectos personales. En realidad, poca cosa si se lo compara con una gran causa como sería el bienestar de la Patria y la salud de las instituciones que comandan.

Han perdido la vergüenza, no es de extrañar que sus subalternos le pierdan pronto el respeto.
El Administrador.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es absolutamente cierto. Resulta muy negativo tener un ejemplo 'super' como el del General San Martín, que había derrotado además a las fuerzas Napoleónicas en Bailén, y no hacerse eco.