http://www.infobae.com/opinion/2017/06/11/los-militares-pueden-ser-un-limite-para-maduro/
Por Rosendo Fraga
La crisis venezolana no tendrá fin en tanto y en cuanto las Fuerzas Armadas, unidas o divididas, pongan un límite al chavismo. El análisis de la Primavera Árabe muestra cómo Mubarak cayó en Egipto cuando los militares, en forma cohesionada, decidieron destituirlo. Asimismo, en Siria, Assad ha logrado retener el poder hasta hoy porque mantiene la lealtad de sus Fuerzas Armadas.
En el caso concreto de Venezuela, hay tres circunstancias en las cuales los militares han puesto un límite al chavismo. La primera tuvo lugar años atrás, cuando Hugo Chávez cosechó su única derrota electoral, al perder un referéndum. Su intención fue desconocer el resultado, pero los mandos militares lo disuadieron de hacerlo.
A Nicolás Maduro, las Fuerzas Armadas le pusieron un límite en dos circunstancias, durante la gestión del general Vladimir Padrino López como ministro de Defensa. La primera fue en diciembre de 2015, cuando Maduro planteó la intención de desconocer el resultado de las elecciones legislativas, por las cuales perdió el control del Parlamento. La otra fue hace semanas, cuando la Suprema Corte, a instancias el Presidente, quitó al Parlamento sus atribuciones.
Por decisión del Consejo de Defensa, presidido por el mencionado ministro de Defensa e integrado por los jefes de las Fuerzas Armadas, el máximo tribunal dejó sin efecto su decisión, que hubiera implicado el pasaje del autoritarismo al totalitarismo.
El 6 de junio, el mismo día que la Fiscalía General a cargo de Luisa Ortega Díaz, que está enfrentando al chavismo, informó sobre la víctima número 67 en la represión de las protestas iniciadas a comienzos de abril. El mismo día, en el Fuerte Tiuna, la mayor guarnición del Ejército del país, ubicada al suroeste de Caracas, tuvo lugar una conferencia del ciclo dispuesto por el Presidente para explicar el sentido y los objetivos de la Asamblea Constituyente que ha convocado. Esta es desconocida por la oposición nucleada en el Mesa de Unidad Democrática (MUD), que la considera parte del autogolpe iniciado con el intento de desconocer el Parlamento.
La conferencia fue transmitida a todo el país por el principal canal de televisión estatal. La represión de las protestas ha estado a cargo de la Guardia Nacional, un cuerpo de policía militarizado creado en 1936, similar a la Gendarmería argentina, y la Policía Nacional Bolivariana (PNB). De acuerdo con las circunstancias, cuentan en esta tarea con la cooperación de las "milicias", civiles armados que han recibido instrucción militar, que están bajo el mando de un general retirado y los "colectivos", que son grupos de choque paraestatales.
Toda esta estructura ajena a las Fuerzas Armadas depende del ministro de Interior y Justicia, que es un general retirado y ex jefe de la Guardia Nacional, Néstor Riverol, acusado en los tribunales estadounidenses de complicidad con el narcotráfico, quien no estaba presente en esta conferencia.
La mencionada fiscal general ha denunciado excesos en la represión y acusó días atrás a 19 agentes del Estado —14 de ellos integrantes de la Guardia Nacional— de graves violaciones a los derechos humanos, incluidos homicidios. El día antes de la Conferencia, múltiples testimonios en medios de comunicación y redes sociales mostraron a miembros de la Guardia Nacional robando a opositores que manifestaban, haciendo uso de armas de fuego y atacando a periodistas.
En su disertación, el ministro de Defensa mencionó públicamente a la Guardia Nacional al decir: "No quiero ver a un guardia nacional más cometiendo una atrocidad en la calle", rodeado de los jefes militares más importantes. Agregó: "El que se aparte de la línea del Estado, de la preeminencia del respeto de los derechos humanos y no se comporte como un profesional, entonces tiene que asumir su responsabilidad".
También pidió a los capellanes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que se acerquen más a las tropas en estos momentos para ayudarlos a superar las "grandes dificultades" que están enfrentando cotidianamente a raíz de la represión. Cabe señalar que la Iglesia Católica venezolana está muy enfrentada con el chavismo y que esta semana sus autoridades fueron recibidas por el Papa, en señal de respaldo.
Esta misma semana, la agencia Reuters dio cuenta de que han sido detenidos 14 oficiales de las Fuerzas Armadas, con grado de oficiales superiores como coronel y subalternos como capitán. Han sido acusados de "rebelión" y "traición", detenidos en Penal de Ramo Verde, donde están presos muchos opositores, incluido Leopoldo López.
El mes pasado, tres tenientes buscaron asilo en Colombia. Venezuela ha pedido su extradición bajo el cargo de intentar un golpe de Estado.
En conclusión, la actitud asumida esta semana por el ministro de Defensa, general Padrino López, criticando los excesos de la represión de las fuerzas de seguridad y policiales, que no dependen de su cartera, cuando se confirma que han sido detenidos oficiales del Ejército desconformes con el gobierno, son señales de que las Fuerzas Armadas pueden no estar dispuestas a seguir a Maduro hasta las últimas consecuencias.
Por Rosendo Fraga
La crisis venezolana no tendrá fin en tanto y en cuanto las Fuerzas Armadas, unidas o divididas, pongan un límite al chavismo. El análisis de la Primavera Árabe muestra cómo Mubarak cayó en Egipto cuando los militares, en forma cohesionada, decidieron destituirlo. Asimismo, en Siria, Assad ha logrado retener el poder hasta hoy porque mantiene la lealtad de sus Fuerzas Armadas.
En el caso concreto de Venezuela, hay tres circunstancias en las cuales los militares han puesto un límite al chavismo. La primera tuvo lugar años atrás, cuando Hugo Chávez cosechó su única derrota electoral, al perder un referéndum. Su intención fue desconocer el resultado, pero los mandos militares lo disuadieron de hacerlo.
A Nicolás Maduro, las Fuerzas Armadas le pusieron un límite en dos circunstancias, durante la gestión del general Vladimir Padrino López como ministro de Defensa. La primera fue en diciembre de 2015, cuando Maduro planteó la intención de desconocer el resultado de las elecciones legislativas, por las cuales perdió el control del Parlamento. La otra fue hace semanas, cuando la Suprema Corte, a instancias el Presidente, quitó al Parlamento sus atribuciones.
Por decisión del Consejo de Defensa, presidido por el mencionado ministro de Defensa e integrado por los jefes de las Fuerzas Armadas, el máximo tribunal dejó sin efecto su decisión, que hubiera implicado el pasaje del autoritarismo al totalitarismo.
El 6 de junio, el mismo día que la Fiscalía General a cargo de Luisa Ortega Díaz, que está enfrentando al chavismo, informó sobre la víctima número 67 en la represión de las protestas iniciadas a comienzos de abril. El mismo día, en el Fuerte Tiuna, la mayor guarnición del Ejército del país, ubicada al suroeste de Caracas, tuvo lugar una conferencia del ciclo dispuesto por el Presidente para explicar el sentido y los objetivos de la Asamblea Constituyente que ha convocado. Esta es desconocida por la oposición nucleada en el Mesa de Unidad Democrática (MUD), que la considera parte del autogolpe iniciado con el intento de desconocer el Parlamento.
La conferencia fue transmitida a todo el país por el principal canal de televisión estatal. La represión de las protestas ha estado a cargo de la Guardia Nacional, un cuerpo de policía militarizado creado en 1936, similar a la Gendarmería argentina, y la Policía Nacional Bolivariana (PNB). De acuerdo con las circunstancias, cuentan en esta tarea con la cooperación de las "milicias", civiles armados que han recibido instrucción militar, que están bajo el mando de un general retirado y los "colectivos", que son grupos de choque paraestatales.
Toda esta estructura ajena a las Fuerzas Armadas depende del ministro de Interior y Justicia, que es un general retirado y ex jefe de la Guardia Nacional, Néstor Riverol, acusado en los tribunales estadounidenses de complicidad con el narcotráfico, quien no estaba presente en esta conferencia.
La mencionada fiscal general ha denunciado excesos en la represión y acusó días atrás a 19 agentes del Estado —14 de ellos integrantes de la Guardia Nacional— de graves violaciones a los derechos humanos, incluidos homicidios. El día antes de la Conferencia, múltiples testimonios en medios de comunicación y redes sociales mostraron a miembros de la Guardia Nacional robando a opositores que manifestaban, haciendo uso de armas de fuego y atacando a periodistas.
En su disertación, el ministro de Defensa mencionó públicamente a la Guardia Nacional al decir: "No quiero ver a un guardia nacional más cometiendo una atrocidad en la calle", rodeado de los jefes militares más importantes. Agregó: "El que se aparte de la línea del Estado, de la preeminencia del respeto de los derechos humanos y no se comporte como un profesional, entonces tiene que asumir su responsabilidad".
También pidió a los capellanes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que se acerquen más a las tropas en estos momentos para ayudarlos a superar las "grandes dificultades" que están enfrentando cotidianamente a raíz de la represión. Cabe señalar que la Iglesia Católica venezolana está muy enfrentada con el chavismo y que esta semana sus autoridades fueron recibidas por el Papa, en señal de respaldo.
Esta misma semana, la agencia Reuters dio cuenta de que han sido detenidos 14 oficiales de las Fuerzas Armadas, con grado de oficiales superiores como coronel y subalternos como capitán. Han sido acusados de "rebelión" y "traición", detenidos en Penal de Ramo Verde, donde están presos muchos opositores, incluido Leopoldo López.
El mes pasado, tres tenientes buscaron asilo en Colombia. Venezuela ha pedido su extradición bajo el cargo de intentar un golpe de Estado.
En conclusión, la actitud asumida esta semana por el ministro de Defensa, general Padrino López, criticando los excesos de la represión de las fuerzas de seguridad y policiales, que no dependen de su cartera, cuando se confirma que han sido detenidos oficiales del Ejército desconformes con el gobierno, son señales de que las Fuerzas Armadas pueden no estar dispuestas a seguir a Maduro hasta las últimas consecuencias.
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