por Carlos PISSOLITO
"Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?" fue una frase pronunciada por Cicerón, famosa por ser la primera oración de su arenga contra Catilina, un conjurado contra la República romana.
Aplicada al caso venezolano la podríamos traducirla más o menos así: "¿Hasta cuándo abusarás, Maduro, de nuestra paciencia?
Parecería ser que, aún falta mucho. Pues, no toda rebelión está, necesariamente, condenada al éxito. Como los demuestran los 70 años de vigencia del régimen soviético y los más de 50 del cubano.
Comparaciones que vienen muy bien al caso. Dado el origen ideológico del movimiento bolivariano y la nacionalidad de sus principales asesores externos.
Ya lo hemos dicho y lo repetimos: la supervivencia del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, depende en forma directa del control que éste pueda ejercer sobre sus fuerzas armadas para mantener y ejercer el monopolio del uso de la fuerza.
En ese sentido, la sublevación de un pintoresco oficial de policía no puede ponerlo en peligro. Más parece un episodio sacado de una serie hollywoodense antes que del conocido manual práctico de Edward Luttwak, "Coup D'etat" o de la profusa experiencia sudamericana sobre el tema.
Por otro lado, la profunda división ideológica entre los gobiernos de la región, sumada a la habitual inoperancia de organismos regionales, tales como la OEA, tampoco permiten alentar esperanza por ese lado.
Así como están las cosas, los venezolanos están librados a su suerte. O más específicamente a la organización de una facción importante de sus FFAA, conducidas por un verdadero líder que siguiendo las viejas enseñanzas de Francisco de Vitoria respecto del derecho de los pueblos al tiranicidio se decida a poner las cosas en su lugar.
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