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miércoles, 31 de diciembre de 2014

China: más protagonismo.




http://www.lanacion.com.ar/1755534-china-otro-paso-hacia-el-centro-del-escenario

China: otro paso hacia el centro del escenario





Por Emilio Cárdenas |  Para LA NACION


La presencia de China en el escenario internacional es cada vez más visible. Su protagonismo y gravitación están claramente en aumento, en los más diversos rincones del mundo.

Un hecho nuevo así lo confirma: China enviará un batallón de infantería de su ejército a Sudán del Sur. Allí se integrará a la fuerza de paz de las Naciones Unidas que ha sido desplegada, contingente que ya cuenta con unos 11.000 efectivos.

Se trata de 700 efectivos militares chinos, comandados por 121 oficiales. Fuertemente armados. Tropas de combate, entonces. Con morteros, misiles anti-tanque, vehículos blindados, aviones de observación a control remoto para tareas de observación y bombardeo y todo el armamento defensivo requerido por la misión que estará a su cargo.

Su protagonismo y gravitación están claramente en aumento, en los más diversos rincones del mundo
No es la primera vez que China participa en las misiones de paz de las Naciones Unidas. En rigor, China es el miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que más efectivos aporta a esas misiones. A lo largo y ancho del mundo.

Pero hasta ahora los 2000 efectivos que se desempeñan en esas misiones cumplían tareas de distinta naturaleza. Hablamos de ingenieros, personal médico, profesionales de transporte o de efectivos afectados a misiones que tienen que ver con la seguridad de los hombres y mujeres que trabajan para las Naciones Unidas en el exterior.

Aportar un batallón de tropas de combate es algo diferente. Por el mandato y por las responsabilidades consiguientes. Es, además, una novedad. Y ahora un precedente.



Los primeros 180 efectivos chinos llegarán a Sudán del Sur en enero próximo. El resto se desplegará en marzo de 2015. Apenas 43 de sus integrantes han participado en misiones anteriores de las Naciones Unidas. El batallón incluye, además, a 13 mujeres. Lo cierto es que, si miramos lo sucedido a lo largo de las últimas dos décadas, China ha lentamente multiplicado por veinte su contribución de efectivos a esas delicadas misiones. Lo que cabe apaludir.

La decisión apuntada se suma a una presencia política sumamente activa en todas las negociaciones y esfuerzos por tratar de pacificar a Sudán del Sur, afectado por una dura guerra civil de carácter esencialmente étnico.

De este modo, China parece haberse alejado un tanto de la noción de "no-intervención" que hasta ahora ha venido siendo central en el evangelio que define su política exterior. La que supone "no interferir" en las cuestiones de política doméstica de terceros estados, incluyendo aquellos con los que China se relaciona comercialmente en busca de los recursos naturales y alimentos que necesita. China, cabe apuntar, ha invertido muy fuertemente en el desarrollo de los yacimientos de hidrocarburos de Sudán del Sur. Toda una apuesta no exenta de riesgos, cuya evolución China sigue de cerca.

Sudán del Sur es, recordemos, el país más joven del mundo. Nació en 2011, después de varias décadas de una guerra contra el régimen sudanés de Khartoum, que es islámico, mientras en Sudán del Sur imperan el cristianismo y el animismo.

China hamultiplicado por veinte su contribución de efectivos a las delicadas misiones. Lo que cabe apaludir
El 90% de los ingresos en moneda extranjera de Sudán del Sur se origina en exportaciones de petróleo, de las que el país es fuertemente dependiente. China es su principal comprador externo y acaba de suscribir un nuevo contrato, comprometiéndose a comprar más crudo.

La guerra civil de Sudán del Sur ha interrumpido reiteradamente las entregas de petróleo previstas y el personal chino expatriado ha sido víctima de presiones y secuestros. Para China ese país es un proveedor con problemas, lo que parece haber generado una decisión de seguir lo que sucede en Sudán del Sur con una inmediatez cada vez más cercana e intensa.

Sudán del Sur es, en realidad, un mosaico de etnias. Tiene en su interior nada menos que a 64 distintos grupos étnicos. Con todos los problemas que supone la convivencia de identidades diferentes.

El conflicto armado interno enfrenta, concretamente, a la etnia de los "dinkas" con la de los "nuer". El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, es "dinka". El vicepresidente, Riek Machar, es, en cambio, "nuer".

La contienda, de gran violencia, ha generado dos millones desplazados, cifra enorme en un país de once millones de almas. Toda una tragedia, paliada -en alguna medida- por la labor de las Naciones Unidas.

En la propia capital, la sofocante ciudad de Juba, unos 30.000 "nuer" duermen todas las noches en campamentos administrados y custodiados por las Naciones Unidas, para así escapar de la violencia cotidiana.

La guerra civil de Sudán del Sur lleva ya un año de enfrentamientos. Y no parece encontrar las alternativas necesarias para ser reemplazada por un clima de paz y estabilidad.

En el último año, como consecuencia directa de ella, perdieron la vida unas 50.000 personas. Las Naciones Unidas alojan a unas 100.000 personas, en distintos campamentos para evitar que sean víctimas fáciles de una espiral de violencia que no se detiene. Pese al embargo de armas decretado contra Sudán del Sur y a las sanciones económicas que ya han sido dispuestas.

La idea básica de las Naciones Unidas es instalar una tregua entre ambos bandos y -luego del cese del fuego entre ambos bandos- conformar un gobierno mixto con participación de los líderes de las dos etnias. Y, tras un período de pacificación de unos 30 meses, convocar a elecciones presidenciales.

No obstante, hasta ahora no se ha logrado el acuerdo mínimo indispensable de las partes en conflicto. Todo es fragilidad, entonces. Mientras tanto, el gobierno central mantiene un ejército primitivo con unos 200.000 efectivos, que más que una solución pareciera ser parte del rompecabezas a armar.

Por todo esto, China (que obviamente protege sus inversiones externas) ha decidido participar en la fuerza de paz de las Naciones Unidas. Para seguir estando lo más cerca posible de la evolución de Sudán del Sur, que obviamente le preocupa.

En su reciente libro "Sobre China", publicado en 2011, Henry Kissinger sostiene que los chinos han sido siempre cultores de la llamada "realpolitik". Lo que sucede en Sudán del Sur parecería darle la razón.

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