La prudencia es un tema muy tratado pero muy poco aplicado en la realidad política, estratégica y jurídica. La prudencia se conecta con el pasado, académica e históricamente y se proyecta al futuro, por la necesidad de tomar decisiones transcendentes y de cultura general.
Por Carlos E. Laidlaw (*)
Rafael, La Escuela de Atenas, Museo Vaticano |
Como es costumbre del autor penetra, en primer lugar, en la etimología del vocablo porque “es una ciencia que estudia el significado de las palabras a través del conocimiento de su origen, estructura y transformaciones a lo largo del tiempo”
Así, trepando por sus sucesivos distintos orígenes, se puede destacar que básicamente Prudencia proviene del latín “prudentia”, que a su vez deriva de “providere” (“ver delante de sí, ver de lejos, prever, proveer, velar por…), relacionada con con“providentia” (cautela, cuidado, previsión. provisión, que son las formas romanas del griego (gr) “phrónesis” (muy empleado por los filósofos griegos por su naturaleza multifacético; Aristóteles la define como”:1) La capacidad de pensar acerca de materias prácticas, que denomina “sabiduría práctica”; 2) La vincula con el por qué se decide actuar de una manera y no de otra; 3) Tiene un contenido intelectual y ético; 4) Es la virtud del pensamiento moral (Expresada en la Ética de Nicómaco) orientada a la prudencia, dentro del pensamiento inteligente práctico, clave de la ética”.
El análisis etimológico lleva a comprobar diferentes acepciones y establecer conceptos para comprender del origen del sustantivo Prudencia, razón por el cual se facilita su definición general, aplicada a casos históricos para ver sus consecuencias proyectarse al futuro con la finalidad de considerar su potencial evolución
Históricamente, en segundo lugar, los filósofos griegos antiguos consideraban que la prudencia (phrónesis) debía ser la gran virtud del político, militar o jurista, profesiones que para ellos culminan con la inteligencia práctica.
La excelencia (gr, “aret” política de los griegos, expresada, especialmente, por Platón consistía en el cultivo de tres virtudes morales específicas:
- “Andreia” que significa 'valentía' - 'hombría'.
- “Sofrosine” que significa 'sensatez, moderación, mesura'.
- “Dicaiosine” que significa 'justicia'.
Platón en “La República” agregó y reordenó su orden de importancia agregando la Prudencia (“phrónesis”) colocando a la Justicia como primera virtud moral porque ella tenía un carácter fundante para afianzar a las otras tres, quedando de esta manera
- Justicia como virtud fundante / preservante.
- Prudencia como calculativo.
- Fortaleza como enérgico,
- Templanza como apetitivo.
Aristóteles coloca en primar lugar a la Prudencia con la traducción de la palabra "phónesis”, desarrollada anteriormente
Cicerón respeta el enfoque de Platón pero, luego, la iglesia Católica mantiene e Prudencia en el primer puesto en las “virtudes cardinales” (significa “principales”) para diferenciarla de las “virtudes Teologales (hábitos que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad del hombre: la humildad, la caridad, la castidad, la gratitud, la templanza, la paciencia y la diligencia).
Conceptualmente, en tercer lugar, la Prudencia está basada en: 1) Pensar aplicando la inteligencia práctica en base a la situación que se vive en un campo determinado (político, militar o jurídico) para conseguir un resultado positivo, objetivo y concreto; 2) Prever, es decir ver con anticipación, a lo lejos en el tiempo, las posibles contingencias que pueden comprometer la decisión en ciernes; 3) Actuar con cautela, cuidado, previsión.
El conocimiento profundo y organizado de Prudencia para quienes quieren “Vivir actuando en Política” (ver http://espacioestrategico.blogspot.com/2023/03/vivir-actuando-en-politica.html), así como en los ámbitos de la Estrategia o Jurídico, todos los cuales requieren ineludiblemente de la “paideia” que, según Aristóteles, “encierra una visión de la vida, a través de una educación constante, motivada por un intenso deseo de saber, el ideal de la perfección humana, donde se encuentra la razón tras el conocimiento., para lograr la excelencia”.
La Prudencia Política es la virtud imprescindible de un jefe de gobierno (asesores y legisladores) que deben tomar decisiones fundamentales relacionadas con el funcionamiento del Estado, teniendo siempre en cuenta al Bien Común, de acuerdo con el concepto de “phrónesis” del Estagirita, que debe tener las aptitudes de Hacer (gr.“poiein”) y Obrar (gr. “prattein”) que lleva la Ciencia al nivel de Arte (gr. tejen”) para desarrollar, junto con la .ética, su “ethos” (conducta, carácter, personalidad) para actuar como un Estadista o funcionario idóneo, al adoptar sus resoluciones, previa consideración y valoración que no existe una mejor, en base a la realidad del pasado y las futuras contingencias que pueden surgir, producto de la incertidumbre, siempre presente.
Frente a tales circunstancias requiere del buen consejo (gr. “eubulia”) de los asesores con capacidad de descubrir alternativas.
La Prudencia Militar ha sido tratada en profundidad por Carlos A. Pissolito en su obra “La Prudencia y el Arte Militar (Editorial Dunken- 1997) cuyo subtítulo expresa ”La Pedagogía para la Toma de Decisiones Militares”.
La Prudencia Militar es una prolongación de la Prudencia Política que requiere una causa justa: la Defensa Nacional Interna y Externa, en el contexto legal que se establezca sobre dichos aspectos. Cuando dicho marco no exista, se debe apelar a Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), para su empleo y cuya “paidea” debe ser reglamentado para el empleo de Las FF.AA., a fin de usar la violencia, incluso el engaño y las estratagemas, etc. contra el enemigo, ocultando los propósitos o intenciones de su empleo.
La Prudencia Jurídica se encuentra en la misma denominación que caracteriza el uso del Derecho, es la Jurisprudencia, es decir la Prudencia en ejercicio de la Ciencia del Derecho, de lo justo y de lo injusto, con el debido cumplimiento de “la capacidad de responder, precaver (“Prevenir un riesgo, daño o peligro, para guardarse de él y evitarlo” – RAE) y actuar en forma imperativa y flexible para respetar el orden público y el alma de la convivencia” de las partes en litigio.
En síntesis, la Prudencia requiere un buen sentido, un buen juicio, templanza, cordura, sabiduría, discernimiento, aplomo y ser precavido calificativos que constituyen sus condiciones y el medio de coordinación con las otras tres virtudes cardinales.
Asimismo, consiste en discernir y distinguir lo que está bien de lo que está mal en cada circunstancia y actuar en consecuencia.
LA PRUDENCIA ES UNA ACTITUD BASADA EN LA APTITUD PROFESIONAL
(*) General de División (R) del Ejército Argentino
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