por William Lind
Un linchamiento en las calles de Paris |
Rusia y la OTAN están ahora en la escalera de la escalada en Ucrania, y la OTAN, no Rusia, es la que está impulsando a ambas partes hacia arriba. La última escalada es una decisión de los Estados Unidos y, estúpidamente, de Alemania, de permitir que Ucrania dispare misiles de fabricación estadounidense y alemana contra la propia Rusia. Actualmente, el permiso se aplica sólo al frente norte en las cercanías de Kharkiv; pero se puede contar con que esa limitación se eliminará como un paso más en la escalera, una escalera que llega hasta la guerra nuclear.
La excusa es que Rusia está intentando tomar la ciudad de Kharkiv, que se encuentra a sólo doce millas de la frontera rusa. Sin duda, Rusia estaría feliz de adquirir Kharkiv, pero ese no parece ser el objetivo de su operación actual. Su objetivo es crear una zona de amortiguamiento entre Rusia y Ucrania. La razón por la que lo necesita es que las fuerzas rusas en el exilio respaldadas por Ucrania han atacado a Rusia a lo largo de esa frontera. La acción engendra reacción.
Eso no es lo que está impulsando a Rusia y a la OTAN a ascender en la escalera hacia el empleo de armas nucleares, algo que los rusos han advertido que harán si se les presiona demasiado. El factor determinante es que la OTAN ha adoptado un objetivo estratégico inalcanzable, a saber, que Ucrania recupere todo el territorio ocupado por Rusia, incluida Crimea. A menos que el ejército ruso o el frente interno ruso colapsen, eso no sucederá. En la actualidad, ninguno de esos acontecimientos parece probable, aunque los Estados autoritarios como Rusia son frágiles y pueden quebrarse sin previo aviso.
Sin esos acontecimientos, Ucrania está atrapada en una guerra de desgaste que seguramente perderá. Ya se está quedando sin personal, a pesar de lo cual el gobierno ucraniano tuvo grandes dificultades para lograr que el parlamento rebajara la edad de reclutamiento de veintisiete a veinticinco años (la mayoría de los demás países reclutan a los dieciocho años). La producción occidental de municiones no puede satisfacer las necesidades de una guerra larga, mientras que la de Rusia sí puede. El intento de Ucrania de generar una guerra de maniobras en el verano de 2023 fracasó, en gran medida porque su plan operativo carecía de Shwerpunkt.(1) Por la poca información que he podido obtener, los tanques construidos en Occidente no sobrevivieron a la ofensiva mejor que sus homólogos rusos, principalmente debido a las municiones antitanques de alto ataque. Toldos como los que ahora se ven en los tanques israelíes Merkava en Gaza pueden ayudar, pero hasta ahora Ucrania no parece emplearlos.
Esto deja a la OTAN enfrentada a la derrota, que es cualquier resultado en el que Ucrania no recupere todo su territorio. El pánico está empezando a cundir. El presidente francés Macron ha planteado públicamente la posibilidad de enviar tropas francesas y potencialmente de otras tropas de la OTAN a Ucrania. Alemania ha dicho que no, pero como acabamos de ver en el colapso de Berlín al restringir las armas alemanas al territorio ucraniano, la coalición del semáforo siempre está en amarillo. Es probable que el asunto se decida en Washington. Si Trump gana, el realismo regresa y es probable que se llegue a un acuerdo de paz. Pero si Biden gana, Blob (2) no podrá aceptar ni siquiera una derrota parcial de la OTAN, lo que significa que el ascenso en la escalera de la escalada continuará. ¿Ha olvidado la gente lo que pueden hacer las armas nucleares?
Establecer un objetivo estratégico inalcanzable suele conducir a una escalada que conduce a una guerra total, nuclear o no. Netanyahu ha hecho lo mismo en la guerra de Gaza; A pesar de los mejores esfuerzos de las FDI, Israel no es capaz de destruir a Hamás como centro de poder militar o político dentro de Gaza. Una vez más, el pánico está invadiendo y es probable que Netanyahu abra otro frente contra Hezbollah para distraer la atención de su fracaso en Gaza. El pánico adopta muchas formas, pero en la mayoría de ellas se incluye la escalada.
La OTAN cometió un error estratégico desde el principio. ¿Aceptará que no puede cumplir su objetivo estratégico y se contentará con menos, o cavará su propia tumba más profundamente? Si una guerra al otro lado del mundo o más allá de la frontera oriental de Europa termina con un intercambio nuclear, Macron y otros que presionaron por una escalada que terminarán con sus días escuchando las palabras “¡a la Lanterne!” (3)
Traducción y notas: Carlos Pissolito
Notas:
(1) punto de gravedad, en alemán el original.
(2) Mancha sucia que designa al establishment político.
(3) La expresión À la lanterne! (¡a los faroles!) obtuvo especial relevancia en París al inicio de la Revolución francesa, porque en los faroles se colgaban a los contrarrevolucionarios durante los linchamientos públicos y ejecuciones en las calles de Paris.
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